Punta Dorada, agosto 2014
Kelly se frotó los ojos, se levantó de la silla y caminó hacia la estantería que estaba a su espalda. Cuando Ángelo le había comprado el escritorio y si bien no hizo cambiar toda la decoración de la casa como había amenazado, lo que sí ordenó fue la remodelación y acondicionamiento de uno de los salones que estaba al lado de su despacho, como estudio para ella, y lo que más gustaba a Kelly de éste, era la enorme biblioteca que Ángelo se había encargado de proveerle. Para la actividad que ella realizaba, por fuerza debía investigar mucho, pues aunque escribía mucha fantasía, su propio cerebro no la dejaba escribir nada que no tuviese una explicación o basamento lógico o científico en algunos casos, pero a pesar de que podría hacerse con la mencionada información abriendo el buscador de su ordenador, a ella le gustaban los libros, su olor, sus páginas, y los hermosos encuadernados.
Estando de espaldas como estaba, ella no lo había sentido entrar, de manera que se sobresaltó.
Estaba girándola cuando una llamada en la puerta lo interrumpió. Posiblemente iba a enviar al infierno a quien fuese, pero al volverse vio no solo a Bianco sino a Piero, y aparte de la sorpresa pues su GA había estado ausente según Luciano cumpliendo el castigo que se merecía por haberlo dejado salir de la casa el día del accidente, por sus expresiones supo que algo de seria naturaleza debía estar sucediendo. No obstante, su cerebro no tuvo ocasión de iniciar el rápido y habitual repaso de dónde podían estar los miembros de su familia, porque ya Piero estaba hablando, y la verdad, como lo notaría Ángelo un poco después, nunca lo había visto tan alterado.
Aunque un nacimiento y si bien es motivo de alegría en cualquier familia, aquellos que estaban por nacer eran los príncipes herederos del imperio Del Piero, de modo que todos los miembros del personal de seguridad recibieron el permiso para avisar de forma inmediata a todos sus objetivos con la resultante de que en menos de una hora, la clínica estaría atestada de personas.
Cuando Kelly y el aún obnubilado Ángelo llegaron, Luciano daba órdenes a alguien por su DTR.
Los GA que escuchaban pensaron que si fuese por Luciano, aquel desdichado individuo habría sido eliminado de la faz de la tierra hacía mucho.
Sin embargo, Ángelo parecía de cualquier modo menos tranquilo. Los demás miembros de la familia fueron llegando casi uno detrás del otro, y cuando llegó Nicola, Luciano miró a Daiki y éste caminó hacia él.
Aunque en primera instancia a Luciano no le extrañaba mucho y estaba seguro que Nicola había estado sintiéndose enfermo desde la boda, y su condición se había agravado cuando se enteró del embarazo, giró un poco la cabeza y concentró su mirada en él, pero después de unos minutos de atenta observación, que por cierto debió ser muy intensa pues Nicola se volvió a mirarlo, llegó a la sorprendente conclusión, al menos para él, que parecía más ansioso que enfermo.
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Editado: 26.06.2022