Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 51 Y llegaron

 

Punta Dorada, agosto 2014

Kelly se frotó los ojos, se levantó de la silla y caminó hacia la estantería que estaba a su espalda. Cuando Ángelo le había comprado el escritorio y si bien no hizo cambiar toda la decoración de la casa como había amenazado, lo que sí ordenó fue la remodelación y acondicionamiento  de uno de los salones  que estaba al lado de su despacho, como estudio para ella, y lo que más gustaba a Kelly de éste, era la enorme biblioteca que Ángelo se había encargado de proveerle. Para la actividad que ella realizaba, por fuerza debía investigar mucho, pues aunque escribía mucha fantasía, su propio cerebro no la dejaba escribir nada que no tuviese una explicación o basamento lógico o científico en algunos casos, pero a pesar de que podría hacerse con la mencionada información abriendo el buscador de su ordenador, a ella le gustaban los libros, su olor, sus páginas, y los hermosos encuadernados.

  • ¿Dónde estás? – preguntó pasando la mano por una hilera de libros
  • Justo aquí, amore – le dijo Ángelo mientras besaba su hombro

Estando de espaldas como estaba, ella no lo había sentido entrar, de manera que se sobresaltó.

  • ¡Abogado, me asustaste! – exclamó – ¿Por qué haces eso? No estoy dormida – le dijo porque el gesto de besarle el hombro era algo que Ángelo hacía en las mañanas antes de abandonar la habitación para no despertarla o en las noches cuando se acostaba tarde por la misma razón
  • No tienes que estarlo – dijo sujetando su cintura – Y lo hago porque me gustan tus hombros, y tu cuello – dijo deslizando los labios por la curva del mencionado cuello – y…

Estaba girándola cuando una llamada en la puerta lo interrumpió. Posiblemente iba a enviar al infierno a quien fuese, pero al volverse vio no solo a Bianco sino a Piero, y aparte de la sorpresa pues su GA había estado ausente según Luciano cumpliendo el castigo que se merecía por haberlo dejado salir de la casa el día del accidente, por sus expresiones supo que algo de seria naturaleza debía estar sucediendo. No obstante, su cerebro no tuvo ocasión de iniciar el rápido y habitual repaso de dónde podían estar los miembros de su familia, porque ya Piero estaba hablando, y la verdad, como lo notaría Ángelo un poco después, nunca lo había visto tan alterado.

  • ¡Señor, Mila…!
  • Vamos – lo interrumpió Kelly tirando de Ángelo

Aunque un nacimiento y si bien es motivo de alegría en cualquier familia, aquellos que estaban por nacer eran los príncipes herederos del imperio Del Piero, de modo que todos los miembros del personal de seguridad recibieron el permiso para avisar de forma inmediata a todos sus objetivos con la resultante de que en menos de una hora, la clínica estaría atestada de personas.

Cuando Kelly y el aún obnubilado Ángelo llegaron, Luciano daba órdenes a alguien por su DTR.

  • No me importa si está en una reunión con el emperador del universo, lo montan en el avión y lo quiero aquí en el término de la distancia – ordenó
  • Hecho – le llegó la voz de Yuri
  • Alex, no creo que sea buena idea hacer las cosas de este modo – le dijo Kelly que había mal interpretado la identidad de la persona a la que él estaba ordenando traer
  • ¿De veras? Créeme Ika, si Bambi sale de esa sala y su hermano no está aquí, quien va a pasarlo mal soy yo
  • ¿Iván Damilo?
  • Claro, porque Francisco Javier ya viene en camino, por suerte no dio problemas
  • ¿Iván lo hizo?
  • En realidad no, pero su custodia pensó que tal vez no era buena idea interrumpir la reunión en la que está – le dijo pero la miró con atención – ¿De veras pensaste que estaba mandando a traer a Montiel?
  • Es su padre, Alex – dijo ella – Y sin duda tiene derecho a ser informado
  • Claro, pero no es necesario hacerlo en este momento

Los GA que escuchaban pensaron que si fuese por Luciano, aquel desdichado individuo habría sido eliminado de la faz de la tierra hacía mucho.

  • Ey – dijo Luciano  agitando la mano frente al rostro de Ángelo – ¿Estas bien?
  • ¿Lo está ella? – preguntó él a su vez, pero quien respondió fue Kelly
  • Tranquilízate, estoy segura que lo está

Sin embargo, Ángelo parecía de cualquier modo menos tranquilo. Los demás miembros de la familia fueron llegando casi uno detrás del otro, y cuando llegó Nicola, Luciano miró a Daiki y éste caminó hacia él.

  • ¿Dio problemas? – le preguntó porque él había estado en otra frecuencia coordinando el traslado de los hermanos de Damila
  • No, pero… – dijo y se detuvo rascándose la cabeza
  • ¿Pero qué?
  • Si me preguntas, parecía enfermo cuando se lo dije

Aunque en primera instancia a Luciano no le extrañaba mucho y estaba seguro que Nicola había estado sintiéndose enfermo desde la boda, y su condición se había agravado cuando se enteró del embarazo, giró un poco la cabeza y concentró su mirada en él, pero después de unos minutos de atenta observación, que por cierto debió ser muy intensa pues Nicola se volvió a mirarlo, llegó a la sorprendente conclusión, al menos para él, que parecía más ansioso que enfermo.




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