Se estarán preguntando, ¿Qué haces exactamente como hijo del presidente?, ¿Qué haces de tu vida si estas de vacaciones?
Pues la verdad es que no hago nada interesante, mi vida se ha resumido a estar en mi laptop o computadora todo el día esperando a que alguien haya visto a mi pequeña Mia.
—Hoy empiezas con las clases de francés — me dice mi madre
—Okey—respondo de mala gana
—No tienes por qué portarte de ese modo, estarán tus amigos de colegio y tus primos — me dice ella
—Super — nótese mi sarcasmo
—Contigo no se puede— me dice ella y se va de mi cuarto
Odio que se metan en mi vida, ya tengo 17 años y me siguen tratando como a un niño.
Desde hace una semana que tengo la imagen de cómo se vería Mia en la actualidad, es hermosa, su mirada, su sonrisa, es perfecta y sé que en persona será aún más bella.
Me doy una ducha y me pongo algo "casual".
Una camisa blanca, un pantalón jean oscuro y un suéter azul.
Mi cuerpo no es la gran cosa, hago ejercicio solo porque sé que es bueno para la salud, tengo unos bíceps fuertes, pero no tan marcados, mi abdomen si esta algo marcado, pero nadie lo sabe porque nadie me ha visto sin playera.
Ya listo salto de mi cuarto y me dirijo a la habitación de mi madre para saber a qué hora empezaran las clases de francés.
Estoy por tocar la puerta del cuarto de mi madre hasta que escucho unos pequeños sollozos.
—No madre, mi hijo me desprecia porque piensa que yo también aparento ser alguien que no soy—dice mi madre
No tengo la más mínima idea de lo que está hablando mi abuela, pero mi madre rompe en llanto.
—Fue él madre, el amor de mi vida me engaño con su secretaria, solo lo hice por despecho, pero mi hijo me vio y ahora él piensa que mi vida es una farsa — dice ella llorando a mares
La verdad es que yo no sabía nada de lo que mi padre había hecho, pero eso no le quita menos importancia a lo que mi madre hizo.
No la juzgo, pero no comparto el hecho que por despechada haya hecho lo que hizo.
Toco despacio en su puerta y espero a que ella me responda.
—Te llamo después madre — dice mi madre despidiéndose de mi abuela
Segundos después escucho un "Adelante" de mi madre.
—Madre, quería preguntarte a qué hora serán las clases de francés que me otorgaste — le digo sin que se note que he escuchado más de la cuenta
—A las 4 de la tarde hijo — me dice ella mirando su espejo y aplicándose polvo
—Gracias por la información madre, me retiro con permiso — le digo y me dispongo a irme
—No soy tan mala como crees, te puedes retirar — me dice mi madre con un cierto temblor en la voz.
No juzgo a mis padres, pero su relación no va del todo bien y eso ellos lo saben hace demasiado tiempo.
Cuando cumplí los 14 años fue que vi a mi madre con su entrenador personal en la cama, me enoje tanto que se lo dije a papá, luego me entere que él también la engañaba con su secretaria.
Si tan solo pudiera encontrar a Mía, ella me sacaría del hueco profundo en donde estoy metido, ella prometió ayudarme en todos mis problemas.
Flashback
—Aran, sabes que te quiero ¿verdad? — me dijo Mia
—Lo sé, yo también te quiero — le dije yo
—Te he hecho un poema, pero no es perfecto, nada es perfecto y menos lo será mi poema, porque la verdad es que no se si está bien, pero eso es lo de menos y sabes porque...—decía ella, pero yo la pare
—Solo dime el poema, no hables mucho, pareces una cotorra—le dije riéndome
—Vale, aquí va...
Un amigo es lo que tengo hoy
Un hermano es lo tendré mañana
Y un amor es lo que nos unirá por todas las semanas
Mi única condición es no mentir
Para así poder ayudarte a salir
De esos huecos profundos para que así vuelvas a sonreír
No soy perfecta ayudando, pero por lo menos hago algo
Mi sonrisa es sincera, mis sentimientos también
Es por eso que te quiero hoy y mañana también
—Te quiero Mía —le dije dándole un abrazo
—Te quiero Aran — me dijo ella
Fin del flashback
Extraño a Mía, ella era distinta a otras chicas, ella era única entre todas
#
Llego a la famosa clase de francés con el profesor Guilfredo Simon, la verdad es que es una mierda pronunciar su nombre, tengo que decirle Guelfredo Saimon, en qué mundo vive él, ni loco le digo así.
—bon après-midi jeune homme Aran — dice el profesor
—No entender nada, yo hablar español, estar aquí para aprender — le digo con señas para que me entienda
—Lo entiendo perfectamente señorito —me dice el profesor
—Ah, okey — le digo y me voy a sentarme a uno de los sitios libres de la parte de atrás
En la parte de atrás veo a una chica de cabello rubio como el de ricitos de oro, de piel blanca como la nieve, su cabello es tan largo como el de Rapunzel, su mirada tan tierna como la de Cenicienta, tiene rasgos valientes como Mérida, se nota que le gusta la vida salvaje como a Pocahontas, se ve que le encanta leer como a Bella y tiene un pequeño dragón de peluche como Mulán.
Que gran descripción Aran, así seguro la tienes a tus pies —me reprocho a mí mismo.
Tengo esta rara costumbre siempre, comparo a las mujeres con las princesas y esta sin duda es una, una muy bella princesa.
Me acerco y veo que sus labios son de un color rosado intenso, pero no tienen ni una pizca de labial.
—Hola — la saludo
—Hola, soy Camile — me dice ella
—Soy Aran, Aran Bonachera — le dijo dándole la mano
—Un gusto Aran. soy Camile de La Torre — me dice ella estrechando su pequeña mano con la mía
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Editado: 01.04.2023