Cap 92 desicion

Luis Mejía

Cap 92 decisión

 --- Esa noche María José fue llevada, a una de las habitaciones donde fue acotada por su padre. Mientras quitaba sus zapatos la escucho murmurando: Susana prepara todo; después de la presentación quiero quedar embarazada, “hipo”. Pero, ¡no quiero que ese hombre me tenga por las buenas! Exclamo esa declaración lo dejo desconcertado y preguntándose ¿de qué diablos está hablando? su intuición como padre, le decía que su hija estaba planeando algo y que la mujer con la que se había emborrachado seria su cómplice; en busca de saber a qué se refería. Indago ¿qué quieres que haga? No lo sé, pero, tendremos que esperar, que este en mi día mar fértil hipo….iré al ginecólogo después de la fiesta y así saber en qué momento es más apropiado para embarazarme. ¡Quiero que sea una sola vez!, recuerda que la medicina tiene que ser fuerte para no recordar nada al día siguiente, no…….. Siguió murmurando sin detenerse, rebelando todos sus planes a su padre. 
--- Por lo dicho, Samuel entendió que las dos mujeres borrachas hasta decir no mas no solo estaban desahogando sus penas ni bebiendo por beber, estaban planeando algo, algo tan grande, que ni si quiera él podía imaginar, viendo a su hija tumbada en la cama, en un profundo sueño acaricio su cabeza, no pudo contener sus lágrimas todo era su culpa si no se hubiera perdido en el vicio del juego y el alcohol, su hija no estaría sufriendo las consecuencia y tal vez, solo tal vez el destino hubiera tenido otro camino para ella, aun con el dolor que sentía y lo arrepentido que estuviera no tenía derecho a intervenir en sus decisiones, se levantó, salió de la habitación dejándola sola. 
--- En la sala tomo su teléfono marcando un número espero que la llamada fuera contestada, al descolgar: ¡hola hija! ¿Cómo estás? Preg a Marcela quien llevaba días de haber salido del país luego de enterarse de la verdad. ¡Bien papá! contesto la mujer del otro extremó. ¿Ya bienes en camino? Continuo con su interrogatorio “si” estaré allí mañana temprano, un profundo silencio se escuchó en ambos lados. 
--- Marcela quedo aturdida por un momento, escuchar a su padre suspirar en barias ocasiones sin decir nada, asustada preg ¿qué sucede papá? ¡No me digas que algo le sucedió a María José! Al ver que estaba preocupando a su hija, rápidamente retomó la conversación. “No”, no te preocupes, a tu hermana no le sucedió nada es más, se está quedando en casa, solo me llene de nostalgia al darme cuenta que mis hijas han crecido y ya no me necesitan, ¿cómo corre el tiempo no? 
--- Marcela se burló: no digas eso papá, siempre te vamos a necesitar, aunque no sea como antes, siempre serás importante en nuestras vidas, nunca nos volveremos a separar, espero, que el destino no sea tan cruel como para hacernos sufrir más finalizo suspirando. Eso espero dijo Samuel, con un nudo en la garganta; no quería decir nada que pudiera interferir con los planes de su hija mayor, decidió dar por terminada la llamada. Mañana hablaremos, que tengas un buen viaje, ¡que pases buenos noches papá! término Marcela Esa noche todo transcurrió en completa calma: Fran, Alexandra, Alejandro, Marcela, Samuel, Olivia, Javier y demás involucrados estaban en sus casas sin poder conciliar el sueño, a excepción de María José quien dormía placida mente en su cama. 
--- Todos estaban esperando el resultado del día siguiente por fin el mundo que tanto había estado intrigado por conocer el rostro, identidad de la señora ludinski lo conocería. Al amanecer Alexandra, después de levantarse y haberse dado un baño reconfortante se levantó con los ánimos por lo más alto, llamando a su asistente ordeno ¡quiero que todo esté en orden, avisa a todos los medios, que la seguridad este siempre atenta! todo tenía que salir perfectamente bien no había espacio para los errores; al colgar camino a la habitación del Fran quien estaba siendo atendido por las enfermeras quienes estaban revisando su estado para esa noche al entrar y ser vista por el hombre, se formó una sonrisa de alegría, haciendo señas para que las enfermeras se apartaran, exclamo, ¡quiero hablar contigo asolas. 
--- Alexandra se acercó mientras las dos enfermeras serraban la puerta, estando ya los dos en la habitación las lágrimas cayeron por el rostro del hombre, Alexandra se dejó caer de rodilla al suelo, dejando salir las lágrimas: no, no, no puedes hacerme esto reclamo. Tienes que estar aquí, prometiste que estarías a mi lado hasta el final todo eso lo había expresado, de la nada, sin que el hombre dijera algo, con solo mirar su mirada llena de tristeza, comprendió la realidad de lo inevitable. ¡Allegado mi hora!, tos, tos, intenta cálmate por favor suplico; Alexandra, llamare al 
--- Con voz temblorosa, el hombre extendió su mano para detenerla, moviendo su cabeza negaba en silencio, con las solas expresiones le suplicaba que resistiera, llorando ¡quiero verla por última vez! ¡Quiero que me perdone! 
--- Alexandra tomo su mano y con un llanto ahogado, sin contenerse se recostó a su lado; mientras sollozaba por la inminente partida del hombre con él que había convivido durante tanto tiempo ayudándolo a sostener el imperio que hoy le entregarían al niño al cual habían criado entre los dos como si fuera propio hijo mientras se lamentaba, Fran, hizo una última petición: hazme un favor, suplico. Tráela, quiero verla. 
--- Esta bien, pero tienes que prometerme que resistirás hasta que nazca el heredero, Fran negó una vez más a su pedido no puedo prometerlo; sabes mejor que yo que mi tiempo ha terminado. 
--- Descansa la llamare. Mientras en el Aeropuerto un hombre mayor junto a su hijo y una joven muy hermosa salían por las puertas acompañados de una docena de guardias que los custodiaban, no solo era en ese lugar en diferentes puntos de la ciudad familias poderosas se preparaban para la noche más importante del momento conocer oficialmente a la que sería la esposa de su nuevo socio comercial, sí, esa noche no solo era para presentar a la señora ludinski, también era para que Alejandro entrara oficial mente al mundo empresarial sin ninguna restricción.