Destinos entrelazados: El Alfa y la Omega

¿Qué quieres de mi? - I

Ya han transcurrido varios días desde lo sucedido en el mirador, situación la cual evito recordar pues el simple hecho de hablar de ello provoca que mi piel se erice y no precisamente por lo bonito o agradable del recuerdo.   

Durante este tiempo la intranquilidad ha tomado parte en mi vida a pesar de que constantemente Lina y yo nos encontramos protegidas por Lyall ya que aquel sin mediar palabra u objeción alguna se instaló en nuestras vidas sin siquiera pedir permiso y hemos tenido que terminar aceptado dicha situación.  

Ahora bien, aunque en silencio me alegra tener a Lyall cerca no dejo de sentir que algo grande mucho más de lo que podamos manejar está sucediendo tras las sombras y me aterra el solo hecho de pensarlo pues soy consciente de que yo no sería capaz de tener tal situación bajo completo control puesto que probablemente ante mi debilidad quedaría expuesta ante el peligro.  

Así pues, en silencio me veo en la obligación de tragarme en seco mi preocupación y por ello no puedo evitar preguntarme si estuvo bien el hecho de que yo me alejara en esta ciudad.  

Tras haber tenido un inició de día por demás decir agitado gracias a Lyall y sus exigencias como de costumbre, finalmente el gran Atlante nos da la bienvenida.  

Ya ha pasado la mañana y la tarde casi termina, el sol incluso se encuentra en los últimos minutos de destello brillando en el ocaso tras los últimos minutos del atardecer empezar a correr dando aviso a que la noche se aproxima.  

Como todos los días cada uno de nosotros tanto mis compañeros, Lina y yo nos encontramos dando los últimos detalles al restaurante en cuanto a su organización se refiere antes de que las puertas del Gran Atlante sean abiertas completamente al público tras el reloj casi marcar las siete de la noche hora en que los comensales empiezan a transcurrir por tan icónico lugar.  

Lina y yo desde hace un rato nos encontramos dando los últimos toques a unas mesas continúa acomodadas en un rincón próximas al bar, riendo y conversando rememorando algunas situaciones las cuales nos habían tocado vivir tanto aquí con los comensales como en casa con Lyall así que las risas provenientes de nosotras eran casi imposibles de evadir o incluso disimular.  

Los pocos minutos faltantes se apresuraron a transcurrir con gran velocidad, por lo que antes de que nos diéramos cuenta el reloj marcaba con gran énfasis las siete en punto.  

Lina y yo presumiendo la rápida aparición de los primeros comensales nos disponemos a acomodar nuestros uniformes para a fin de cuentas encontrarnos completamente presentables.  

Así que yo en mi caso tras dirigirme hasta un rincón cercano a una maseta de interior cercana a la puerta que da rumbo a la cocina, allí ordeno mi vestimenta prestando completa atención a que todo se encontrara en su lugar.  

La noche se encontraba calmada y el flujo de comensales era considerablemente bajo, vamos que no se encontraba para nada aquel sentimiento de agobio que se produce cuando el restaurante se encuentra a casa llena provocando que se sintiera un halo de paz.  

Así que, tiempo después siguiendo el orden ya establecido entre los meseros por fin mis primeros comensales arribaron al restaurante, aquello para mí fue algo de mucha emoción pues tras llevar algunos días en pleno entrenamiento al fin se me había permitido servir como mesera puesto para el que había sido a fin de cuentas seleccionada.  

Así que con todo el cuidado y la delicadeza del mundo sin dejar de lado ningún detalle importante ofrecí mis servicios a aquellos comensales, cada uno de sus deseos hablando gastronómicamente fueron concedidos por mí sin rechistar tarea que me tomo alrededor de una hora en completar bastante rápido la verdad.  

Tiempo después su despedida llego así que por ende no muy se marcharon me dispuse a terminar de organizar aquella mesa para que cualquier nuevo comensal que apareciese pudiera acomodarse y así por ende ser atendido.  

Así sin más me dispuse a organizar todo en aquella mesa con gran velocidad y acomodando todo en el carrito el cual utilizábamos para transportar, acomodé cada uno de los elementos de la bajilla que habían sido anteriormente usados sustituyéndolo de seguido por unos limpios, antes de dirigirme a mi destino la cocina.  

Ahora bien, segundos después con cual tranquilidad regrese al gran salón como si no hubiera pasado nada totalmente despreocupada, sin saber que allí ya me aguardaba una sorpresa.  

Así pues, atravesé la puerta de acceso mientras que aun llevaba la cabeza un tanto agachada tras encontrarme enderezando un tanto mi uniforme que tras estar constantemente moviéndome de vez en cuando se arruga, algo normal que puede ocurrir.  

Completamente despreocupada, camino y atravieso los pasillos entre las primeras mesas y por simple curiosidad no puedo decir que se debió a nada más pues estaría mintiendo busco con la mirada a Lina para ver donde aquella se encontraba, valla error cometí y la sorpresa ante lo que vi no tardo en hacerse notar en mi rostro.  

Perpleja me quede al notar a quien Lina se encontraba sirviendo y quien de forma descarada desde su asiento poso sus ojos en mi al tiempo que elevaba su mano izquierda para hacer un extraño saludo con sus dedos al moverlos en zip zap como doncella en certamen de belleza.  

— Otra vez no — replique tras ver a Bastrii allí. 

Indudablemente su sola presencia provocaba que la intranquilidad que experimentaba ya de por si en el momento aumentara por cuatro su intensidad haciéndome incluso suponer que, tras encontrarme con él, probablemente alguna nueva guerra, accidente, conflicto o hazaña se avecinaba, en vista de que nuestros esporádicos encuentros están llenos de tan inusuales situaciones.  

Su presencia era evidente que producía en mí una gran ansiedad, era notable la incomodidad que su solo ser era capaz de provocarme, así que tras verle de forma tímida e inquieta me di la vuelta y en silenció me marché.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.