Beat

Se acomodó en la silla del comedor y esperó a que el mayor empezara a comer para seguir él, observando a la muchacha de cabello rojo sentada al costado derecho del hombre.

—Sabes que eres uno de mis contactos en los Clanes. Así que necesitaré que encuentres a alguien con urgencia.— empezó a decir el hombre masticando.

—Si es para realizar uno de tus experimentos no estoy dispuesto a hacerlo.— respondió el muchacho con ojos directos en la mujer aparenten más joven que el, que no probaba bocado y luego volvió a su plato con interés.

—Key, esto es algo que se ha salido de las manos. Ese hombre a descubierto la identidad de Dae Hye. Y sabes lo que esto implica en estos momentos. No podemos revelar la existencia de los Assasin y mucho menos a los Clanes que lo tomarán como una ocasión para no hacer lo que pedimos.

El muchacho lo miró con aburrimiento. En serio estaba creyendo eso? De verdad que estaba siendo un completo idiota. Ya con el Clan Park todos sabían de la existencia de los Assasin.

—Por favor, ya ellos lo saben.— murmuró, llevándose un pedazo de verdura a la boca. —Ni tan oculto lo han mantenido ustedes. Solo la noticia de su experimento fallido ha cursado por todos los Clanes de Corea del Sur.

—¡Eso no es lo que quiero decir!— alzó la voz el hombre. Ese muchacho lo irritaba cuando quería. —Me refiero a las identidades. Si descubren quienes son, los persuadirán para usarlos, mucho más a los que están en término.

—Está bien.— Soltó Key, terminando su cena. —Investigaré quien ha sido. Solo espero que no me sigas involucrando en tus tonterías. Recuerda que no soy tu juguete. Y piensa más las cosas antes de ejecutarlas.

***

Ho Seok entró a su departamento estaba agotado, decaído y lo único que su cuerpo le pedía era descansar. Sus sentimientos estaban muy mezclados y no percibía mucho lo que pasaba a su al rededor. Observó todas que ya acomodadas. Nam Joon de verdad era de mucha ayuda cuando se lo proponía, pero lo hacía solo para estar de metiche y conocer lo sucedido. Ahora debía contarle con lujos y detalles cómo Dae Hye y él habían desbaratado el cuarto y no específicamente de la manera en que se imaginaba.

Se lanzó a la cama, pensando en todas las cosas pasadas. Debía ser optimista, debía darse ánimos como siempre y seguir apoyándose en sus amigos. Lo de Dae Hye lo tenía roto, pero necesitaba ser fuerte y superar su amorío ahora que podía. Más con la idea en su cabeza de que ella posiblemente lo utilizó para llegar más fácilmente hasta Park JiMin.

Se colocó de costado en la cama, cerrando los ojos para recuperar las energías perdidas y descansar, pero un estruendo lo hizo incorporarse. Tomó entre sus manos el arma que dejó sobre la mesita de noche y cruzó la puerta del dormitorio apuntando con el arma. La soltó luego de comprobar que era su mejor amigo.

—Un día de estos me matarás del susto.— indicó el pelirojo, llevándose la palma hasta el pecho, donde su corazón bombeaba a miles de pulsaciones por segundo. El moreno alzó la vista despreocupado y se rió del mayor.

—No esperaba que estarías aquí. Solo vine a terminar de ordenar las cosas que me pediste y de paso a dejar esto, pero creo que ya no hace falta.— dijo, colocando un papel doblado sobre la mesita del sofá. Ho Seok se quedó viéndolo y entonces se percató de que llevaba en su otra mano una bolsa.

—¿Te vas?

—Tengo que ir a una reunión en Busan. Creo que tendremos que preparar algunas tomas para el nuevo sencillo de IU.— expresó el moreno, verificando con sus ojos críticos la cocina, después de dejar la bolsa sobre el sillón.

—¿Tomarás el tren o irás en avión?— cuestionó el pelirojo preocupado.

—Iré en el auto.— contestó.

—¿Estás seguro de eso? Tienes mucho tiempo que no conduces, además con los accidentes que has tenido no te recomendaría ir solo.

—Vamos, Hyeong. No soy un niño.— expresó el moreno con una sonrisa. —Estaré bien.

Ho Seok a veces se preocupaba mucho, a pesar de que Nam Joon pareciera más el mayor de todos por su madures. Era un chico excepcional, que siempre estaba dispuesto a ayudar y dar todo de sí. Admiraba que apesar de todo lo vivido con él y Yoon Gi, su pasado, siempre optó por tomar el camino correcto y dar ejemplo de ello a sus amigos. Era un compositor y productor muy importante en las regiones de Seúl, pero mantenía su estudio en Daegu por causa de que allí vivía su abuela y sus mejores amigos. No sabía cómo podía sacar tanto tiempo para ellos. Era como una luz en medio de las tinieblas que los arropaba. Y eso le hacía sentir mucho alivio. Le hacía feliz.

El pelirojo sonrió al menor y se fue directamente a abrazarlo.

—Te quiero, amigo.— le expresó con una sonrisa extendida en sus finos labios y palmeó su espalda.