CHAPITRE 45...
Ashton...
Un dulce de chocolate, un jugo de manzana, un sándwich y una bandeja para ello. Tome camino hacia la salida con cierta tranquilidad en mí.
Los murmullos a mi alrededor eran increíblemente incesantes, admitía que amaba sentir que era el centro de atención para las chicas, pero, ahora debía llegar cuanto antes a la parte trasera de este instituto.
-Ash- recorrió una electricidad por mi espalda en cuanto escuché la dulce y aguda voz de aquella chica.
-princesa Haley- sonreí dulcemente en cuanto se puso delante mío.
Haley, era descrita según los murmullos como: la chica más ardiente de Jackson, desde su melena rubia y lacia, hasta sus ojos y esbelta figura.
-dime cariño cuando tú y yo tendremos un momento juntos? –.
¿Momentos juntos? ¿Sería eso tan genial? -.
Me refería... a estar con una chica a solas, llevarnos de las manos, tomar juntos una malteada... querernos mutuamente.
-no estamos ahora juntos? - cuestione de manera coqueta.
-entonces... escapémonos de este instituto y vayamos a...-.
-cariño, en serio me gustaría, pero, debo hacer algo antes...-.
Rodeé su hermosa silueta y en cuestión de segundos la vi frente mío nuevamente.
-en serio iras con esa chica, es la nerd- esa palabra... porque siempre que hablaban de Alexa, tenían que mencionar nerd, esa palabra la odiaba, odiaba escuchar esa palabra cuando se referían a Alexa, era una chica, una mujer, solo eso ¿porque nerd?, ¿porque determinar a la dulce Alexa como nerd?- ahora mismo no debe siquiera estar pensando en ti, cuando esta con Matteo-
-Entonces es cierto- musité con el ceño levemente fruncido.
-déjala con él, es su especialidad, vamos nene muéstrame lo que eres-.
-debo irme-.
Pero ella no estaba dispuesta a dejarme pasar.
Un paso... un paso era lo que necesitaba para que me besara, porque podía sentirlo, la chica estaba a punto de hacerlo.
-no querrás estar tan cerca de mí, princesa- musite vagamente.
-por qué no? - su voz realmente era tan adictiva.
-porque el chocolate no combina muy bien con una camisa tan blanca como la tuya- sus oídos se alarmaron en cuanto escucho la palabra chocolate, retrocediendo con sus altos tacones.
- debo irme- sonreí de lado y la rodeé nuevamente a tan solo cinco pasos.
-aun no entiendo ese cuatro ojos que hizo para hechizarte- aferre mi agarre a la bandeja y gire bruscamente hacia ella.
- escucha, lindura, lo que pasé entre ella y yo no es de tu incumbencia, así que, cariño, deja de llamarla así y no te metas en su vida, porque de nada servirá, mientras este con ella- y cuando me di cuenta estaba a tan solo dos pasos de ella, con el ceño levemente fruncido y la bandeja en su pecho.
-yo...- y simplemente retrocedió, percibí en sus ojos el miedo que tanto odiaba ver en las chicas, esa pizca de tristeza, miedo, temor, era suficiente para ponerme de malas el día.
¿Por qué eran tan frágiles todas?
Tenía la necesidad de ver a las chicas felices, siempre.
-discúlpame, pero, odio que hablen mal de Alexa, ahora debo irme- musite con desdén, despareciendo de la cafetería.
Debía llegar rápido junto a Alexa, no quería que tuviera un mal aspecto de mí.
Los pasillos de Jackson eran tan largos, que en el tiempo que estuve en este instituto me mareaba constantemente, demasiados casilleros y un extenso pasillo, muchas opciones de puerta y nada de final.
Bufé desesperado a punto de empezar de correr en cuanto sentí como mi pantalón vibraba, gruñí con desdén y atendí a llamada.
-quien? - musité a trote.
-esa es la manera de saludar a tu padre, jovencito- pare en seco en cuanto escuche su voz.
Y por fin en cuanto vi la salida recurrí a bajar la bandeja y dejarla a solo cinco casilleros de la salida.
-lo siento, es que estoy ocupado ahora mismo, yo...-.
- así se habla hijo, un Clark siempre es trabajador, por eso no entiendo por qué no aceptaste mi idea de ir a Nueva York desde inicios de clases-.
-ya te lo expliqué yo...-.
-no quiero explicaciones, Ashton, me canse de ellas, ahora... el martes que sigue, los socios de las empresas, Mulligar y Benson, llegaran en la noche para la junta, juntos con los futuros líderes de sus empresas y... ¿quién crees que también debe asistir? - frote levemente mi nariz con cierto recelo, tomando aire y desviando mi mirada como si papa se encontrase delante de mí y me diera dolor de cabeza tener que verle.
- papa, yo...-.
- es eso una excusa lo que escucho? - inquirió con su practico tono autoritario.
Las fiestas de papa, siempre eran de alta calidad, con chaperones, vino, alcohol ultra fino, copas, bocadillos, risas forzadas con otros colegas, compromisos y futuras instalaciones.
-solo será un encuentro? - cuestione con una ceja alzada, como si este pudiera verme.
-con los colegas de las empresas si- afirmo.
Aunque había algo que todavía no terminaba de caer, del todo.
-si vas a hablar debes empezar de una buena vez, Matteo- su voz, era la voz de Alexa.