CHAPITRE 64
El antes al parecer director de cabello canoso, termino diciéndonos cuando cada uno debía salir, así que a medida que eran llamados, el lugar quedaba un poco más vacío.
Primero fue Dante Lovegood, llamado por James con demasiado esplendor.
-El futuro empresario, Dante Lovegood –
Es así como había recitado a Dante y este antes de salir se limitó a suspirar y sonreír inconscientemente diciéndome: Deséame suerte.
Desapareciendo de la cortina, llegando a estar frente a un montón de personas.
Suspire pesadamente de tan solo pensar que debería salir en compañía con Demons, aun sabiendo que él sencillamente me odiaba.
No me malinterpreten con mis emociones, pero, el hecho de estar aquí, era sencillamente por Dante, por él y por mi padre, con la intención de estar presente en el inicio de su carrera, que aseguraba ser muy exitosa, quería ser parte de su futuro, pero, no tan cerca de la familia, pues, tía Adeline me odiaba por el simple hecho de no escoger un futuro tan exitoso como el de ella, tío Dorians me odiaba porque tía Adeline me odiaba y porque mi sueño era… ¿Cómo decía?... ¿absurdo?... ¿pérdida de tiempo? malgasto de dinero.
Y Demons… pues, él siempre fue apartado, compartía los ideales de su madre, solo que él si le metía empeño a ello, el sí se lo tomaba a conciencia, el si me detestaba.
Tía Adeline, se removía en su lugar frente a mí con su enorme vestido y de paso pisaba el mío, aunque no sabía si era inconscientemente o lo hacía a propósito y conciencia, sin embargo, lo hacía, mientras que el tío Dorians, solo se limitaba a mirar su reloj y luego al frente con cierta molestia, aunque, realmente ese era su rostro natural… no le conocía otro.
-Sus padres, lo responsables de este futuro gran empresario, la señora Adeline Collins y el señor Dorians Lovegood-
- Esto es increíble, es señorita, no señora, me cree acaso una vieja-
Exploto frente a mi removió su cabeza, como si su cabellera pudiese moverse aún están amarrada en una torta.
-Señor, seño…señorita, en cinco segundos-
Tía Adeline era el tipo de persona que le importaba como se viese y lo que la gente comentase de ella.
Y el hecho de que el director escuchara lo mal que la tía Adeline había habaldo de James, le dio una idea a lo que le diría a él.
Tía Adeline y Tío Dorians enroscaron sus manos y salieron de aquí tomados de las manos, luciendo su relación con mucho esplendor.
Y cuando por fin desaparecieron en el escenario, suspire pesadamente y la tensión cayó sobre mi como balde de agua fría, puesto que… aun aquí quedaba Demons.
Fruncí mi ceño y pesadamente removí mis moños, pensando en darle un buen impulso a el nuevo vestido de Leonard, como lo fue la vez pasada.
Mire mi vestido verificando que todo estuviese bien y nada se hubiera dañado, aunque tía Adeline deño un par de pisoteadas en él, sin embargo, además de ello y de que mis nervios incrementaban, me sentía absorbida en un mundo muy diferente al mío, lo cual, de alguna manera era preocupante y estar con Demons en este cuarto a oscuras era aún más nervioso.
- ¿Aun sigues con ese absurdo sueño de ser escritora? –
Me dejo perpleja cuando me dirigió la palabra por primera vez en todo el tiempo que habíamos estado aquí.
Pero, de alguna manera me quedaba terrible el hecho de haberle escuchado decir algo por primera vez y que solo fuese eso.
-De hecho, estoy estudiando para ello, en Columbia-
Y frunció su ceño mirándome de reojo con desprecio.
-Entonces, ahora estudias para ser vagabunda-
Arreglo su saco y miro al frente con indiferencia.
- ¿Qué?... Demons, es mi vida, no la tuya-
-De eso no cabe duda, si fuese la mía hace tiempo me hubiese matado, por esas ideas estúpidas e innecesarias-
Fruncí mi ceño y mordí mi labio inferior queriendo golpearlo, pero, seguramente quedaría en el suelo en segundos.
-Demons, enserio no entiendo que hice para que me odies tanto-
Rio secamente (debía dimitir era la primera vez que lo veía reír)
-El hecho de que seas tú, es suficiente y no te odio, Alexa… realmente, solo te detesto de manera incondicional, con tus ideas de vagancia, enserio teniendo un legado tan importante como Collins y lo desperdicias con vagancia pura, Alexa, no entiendo cuál es tu punto-