CHAPITRE 67
Y así fue, Dante Lovegood se separó en ese instante de mí y tomo camino por las escaleras, de pronto parecía que un objetivo más en mi vida se había cumplido, que había soltado algo que ya estaba preparado, de pronto sentí la felicidad de verlo irse.
-Sigues usted señorita Collins, como coautora de esta empresa es su deber ser la segunda en dar el baile de inicio-
James había estirado su mano frente a mí en dirección a la escalera, con una sonrisa amable y cordial.
Lo mire asustada por un instante, pensando que debía abrir un baile, porque posiblemente tropezaría y caería enseguida, conociendo lo torpe que era, eso era una posibilidad de lo que sucedería.
-James, eso es imposible, porque… yo no…-
- ¿Tiene miedo señorita Collins? -
Desesperada respiré hondo y asentí rendida.
-Era de esperarse de una chiquilla de sociedad baja-
Fue en ese momento en que tía Adeline tiro su ataque y disolvió mi miedo convirtiéndolo en coraje puro.
¿Cómo se atrevía?
Aunque… era cierto.
-Vamos querida, demostrémosle quienes son los reyes de la pista-
Y el Tío Dorians no se quedaba atrás y atacaba igualmente como si de un insecto garrapatoso se tratase.
Mis moños apretaban mi cabeza y me hacían provocar la coloración rojiza en mi rostro… o tal vez era el gran coraje que llevaba encima.
Los Lovegood se despidieron de mi con su espalda en alto y bajaron las escaleras que en algún momento Dante había bajado, pues, así eran ellos… una vez que Dante no estuviese del todo cerca, me atacaban como pudiese y cuanto pudiesen.
Su crueldad no tenía limites verdaderamente.
-Como daría porque se cayera con ese enorme vestido-
Mascullo James a mi lado, e hizo una expresión difícil de aguantar en silencio, así estalle en risas a su lado.
Ver realizar ese puchero… realmente de alguna forma me alegro el momento.
-No debería dejar que esa sonrisa desaparezca de su rostro, joven Alexa-
Suspire pesadamente y pare de reír, asintiendo, ralentizando mis nervios y calmándolos un poco con un corto suspiro nuevamente y enfrentando mi gran pena.
-Tienes razón, James, gracias por todo-
-Yo no he hecho nada en especial-
Comento con una sonrisa de lado.
Apoye es sonrisa e hice lo mismo caminando hacia la escalera con estos tacones que resonaban en el suelo y daban el aviso de que una nueva persona descendería por estas escaleras, era obvio que mi pecho volvía y se iba en un respiro, pero, debia cotrolarme aunque fuese un poco.
Pero, una vez frente a las escaleras y a la vista de todos… me pregunte mentalmente…
¡¿Cómo carajo bajaría por estas escaleras?!
Era un hecho que la tía Adeline bajo con ayuda de su esposo, pero, yo no.
Mire a un lado donde se encontraba la pared…posiblemente una pared no sería de mucha ayuda, mire hacia el otro y veía como Demons se iba por donde entramos, era obvio no le gustaban los bailes, James mientras tanto respondía a algo en su celular, miraba al frente y me era imposible ver lo más lejos posible, puesto que la miopía no era de curarse y con estos lentes de contactos me sería difícil.
-Mierda-
Masculle con miedo.
- ¡Señorita Collins, espérenos por favor! -
Fue entonces cuando del otro lado de la pared que se encontraba cerca se escuchó una voz de mujer, fruncí mi ceño de inmediato, pensando que tal vez lo había soñado, pero, en cuanto Brittany y Bethany cruzaron el umbral de la puerta que desconocía por completo, mi miedo se disipo por un instante y el estado de confusión apareció.
-Señorita…Collins-
Bethany dio una gran bocana de aire en cuanto se enderezo y con sus cajas doblegadas intento apoyarse en su hermana que tenía una posición encorvada.
-Te he dicho que no me llames así, Bethany, solo Alexa está bien-
En cuanto a mi comentario Brittany frunció su ceño y negó con la cabeza.
-En casos como estos, debemos mantener el respeto que se merece, debemos hacerle ver a los demás que usted es nuestra jefa, es por su bien señorita Collins-
Negue con la cabeza enseguida y puse una mano en cada hombro e cada una de ellas.
-Ni hablar, deben saber que son mis amigas primero que todo, no quiero obligaras a algo tan cruel…-
Pero, Bethany tomo mi mano entre las suyas y sonrió.
-Señorita Collins, de eso nada, amamos que sea nuestra jefa usted y no otra chiquilla quisquillosa, usted nos trata bien y estamos bien con eso, por eso, ahora déjenos ser si con usted, aunque sea por esta noche-
-Bethany, no, Brittany, no podría-
Masculle con desolación, sin embargo, Brittany quito mi mano de su hombro y se situó tras de mí.
-Te seguiremos, así que cuanto antes bajemos-
Y alzo mi cola del vestido, Bethany sonrió y acompaño a su hermana y de pronto sentía que esa cola… simplemente no estaba que ahora mi viaje abajo se veía más fácil.
Suspire nerviosamente como solía hacerlo y con ayuda de Bethany y Brittany baje por las escaleras, los tacones rechinaban con el piso de mármol, la vista era sencillamente de una princesa y todo, totalmente todo se veía pequeño, eran estos momentos en los que una chica normal… realmente se preguntaba…