Destiny of a witch

El eclipse

-¡¿Qué diablos?! –gritó Morgan al ver la pelea mágica.

-No te quedes ahí niña tonta ¡Haz algo! –le ordenó enojada la pelirroja.

La rubia mira dudosa pero finalmente hace caso y defiende a la supervisora.

-¿Qué estás haciendo Morgan? –le pregunta Diego decepcionado y molesto a la vez.

-Lo siento pero no ayudo a brujas roba novios –mira molesta a la castaña-, tu tampoco deberías ayudarla ¡es una bruja engañosa!

-¡Diego no la escuches! –Le ordenó Jean desde una esquina donde lanzaba cosas para distraer a los atacantes-, Alex haz un escudo –le pidió a la chica desesperada.

-No puedo…no sé cómo –contestó con aflicción la joven bruja.

-¡Ay vamos! –respondió angustiada la rubia de cabello corto.

Tanto Alex y la supervisora lanzaban hechizos mutuamente como ambos Kanays atacaban.

-Envíalas a otro lugar como lo hiciste con Morgan esa vez –le ordenó Jean a Alex más que como sugerencia.

La castaña frunce los labios, dudosa, pero finalmente lanza el hechizo y las desaparece del lugar.

-¿A dónde se fueron? –preguntó Jean preocupada.

-No lo sé, solo dije que lejos –contestó agitada.

-¿No pudiste ser más específica? –preguntó Diego irritado.

-Oh lo siento, ¿querías que las enviara a un hotel 5 estrellas? –le gritó usando su típico sarcasmo.

-Morgan pudo terminar en un lugar peligroso –contestó molesto por la acción de la bruja.

-Tiene que ser una broma –susurró Jean y se apartó.

-Ah… ¿denada? –Replicó exasperada-, salve tu cuello de una bruja loca.

-Bueno no hubieras tenido que hacerlo sino nos hubieras arrastrado a mí y a Jean –volteó a ver a la rubia esperando su apoyo.

-No está vez Diego, te advertí sobre Morgan pero tú…

-¿ahora es mi culpa? –El chico actúa ofendido.

-Yo no dije eso… –Ambos empiezan a discutir.

Alex sólo los mira fastidiada y revira los ojos para luego desaparecer.

-¡ah genial! Se fue, gracias Diego –comenta con sarcasmo.

La castaña aparece en su habitación.

-Esos tontos… ¡esa tonta kanay! –dijo molesta a solas.

-Alex… ¿estas en casa? –Preguntó su padre desde el comedor-, no te oi llegar.

-Ah… si, llegué hace un rato –continuó hablando al caminar rumbo a la sala.

La chica se sienta cómodamente en el sofá mirando al televisor.

-¿ya comiste? Podemos…

-Ah…pensaba ir a comprar una pizza pero mejor la pediré a domicilio –respondió sin mirar a su padre que estaba atrás suyo.

-Bueno, me quedaré y entonces podremos comer en familia –dijo Francisco con un tono alegre.

-¿comer… “en familia”? –Dijo de manera burlona-, ¿desde cuándo hacemos eso? –Frunció el ceño irritada- Ni siquiera somos una familia Francisco, en lo que a mi concierne apenas si actúas como mi padre.

El hombre se aclaró la garganta disimuladamente frunciendo los labios.

-Supongo que debo volver a trabajar –dijo calmadamente-, tengo mucho trabajo que hacer en la oficina.

-Por supuesto que si –contestó en voz baja alzando una ceja mientras se iba su padre.

Una mujer aparece atrás de la chica.

-¡Descubriste otro Kanay! –gritó molesta Cussy haciendo fruncir el ceño de la chica.

-Cussy…-dijo sin ánimos.

-¿Cuándo me dirias que hay otro Kanay en Miami? ¡Y que era Diego! –la mujer joven empezaba a acalorarse en la discusión- Por eso tanta insistencia con los libros ¿cierto?

La chica se había levantado del sillón al oír los reclamos y solo la miraba callada mientras fruncía los labios.

-¿Qué pretendías hacer? ¿Querías tu propio Kanay para pelear contra Morgan? –la mira preocupada.

-¿tal vez? –Le dijo con gracia la chica- bueno, no lo sé, ya no recuerdo siquiera porque empecé eso ¿bien? –le respondió de mala gana.

-Los Kanays son peligrosos, además siendo la elegida… -Cussy fue interrumpida por la castaña.

-Eso –reviró sus ojos y se dirigió a la cocina-, ¿podrías dejar de andar diciendo que soy la elegida? ¡No soy la elegida! ¿De acuerdo? –Respondió muy alto con exasperación-, solo soy una chica ordinaria que por desgracia tuvo que recibir poderes que nunca pidió… ¡Yo nunca pedí ser una bruja!

-Lo sé, pero ahora los tienes y debes ser responsable –continuó con el regaño-, asi que…

-No –dijo cortantemente-, es todo, se acabó, yo no soy la elegida asi que no sigas con eso…es más vete, ahora –la miró molesta mientras sostenía su limonada.

-Alex…

-Haz uno de tus hechizos o ahí está la puerta, solo vete ya –dijo respirando hondo la chica.

La mujer frunció los labios, desilusionada pero aceptó irse, asi que caminó hacia la puerta pero algo que observó la detuvo.

La chica se aclaró la garganta para que Cussy volteara.

-La puerta –dijo al mirar hacia el objeto para indicarle que se fuera.

Cussy se fue y al instante Alex se dirigió a su cuarto con su bebida, pero al seguir pensando en lo que tanto veía Cussy se regresó y caminó rumbo al lugar que miraba la mujer joven.

Bien…veamos que tanto mirabas Cussy

Pensaba la castaña, mientras buscaba en un estante negro pequeño con varios libros que se encontraba a lado de la puerta debajo de la ventana junto a esta.

-¿Qué….es esto? –Dijo confundida al ver el lomo de un libro grande de color negro con apariencia de estar viejo- ¿“Enciclopedia de magia”? –volteó asustada hacia la cocina.

El vaso de su bebida que había dejado en el mostrador de su cocina, se había caído extrañamente al suelo; la chica confundida miró los pedazos de vidrio del vaso roto en el piso.

Agh…debo limpiarlo y ni siquiera lo tire yo

Pensó molesta mientras apretaba sus labios y reviraba los ojos.

La chica limpió la limonada tirada y fue a su habitación a leer el libro que encontró.

-El hechizo de sustracción –encontró un hechizo que le llamó la atención-, solo las brujas y hechiceros poderosos podrán realizar el hechizo, pero solo el ser mágico supremo podrá lograrlo con éxito quedándose los poderes sustraídos sin destruirse a sí mismo –el semblante de la chica se tornó pensativo-, asi que eso pretende la supervisora –respiró hondo al preocuparse.




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