Hell.
El pueblo más lejano que encontró.
Es pequeño y muy tranquilo, perfecto para lo que tiene en mente.
Phoebe Jones.
Bajo del tren.
Camino recorriendo las angostas calles y observando el lugar.
Todos sonríen, se saludan y me echan una que otra mirada.
En un pueblo tan pequeño se deben conocer todos y al verme ahí, una desconocida, vestida únicamente de negro y muy despeinada llama la atención ¿No?
Detengo a una señora y con la sonrisa más amable que tengo le hablo.
- Hola, disculpe la molestia. Soy nueva aquí y quería saber si no hay alguna cabaña por el bosque que está cerca.- pregunto con una sonrisa de niña buena.
- Hola, mi hija tiene en venta una pequeña cabaña. Si quieres te puedo dar el número y la contactas.- habla con un tono muy maternal.
- Muchas gracias.
Luego de unas horas ya tengo donde quedarme.
No está muy alejada del pueblo pero supongo que servirá.
Me pongo cómoda y me siento en la sala.
Pensé en si había traído lo necesario. Un poco de ropa y mis bellos juguetes.
Por qué obviamente no iba a dejar mi colección de navajas o mi primer arma.
Son cosas con un valor muy sentimental para mí.
Saco la lista que estaba junto a mis bebés y veo el plan que arme hace unos días atrás.
Paso 1.
•Conocer el lugar.
•Observar a las personas.
•investigar lo principal sobre ellas.
Con eso comenzaría en la noche.
Daría un recorrido por todo el pueblo.
No hay tiempo que perder.
#
- Pequeña, no sé que pasará hoy, pero pase lo que pase si hay peligro corre.-No entendí nada, pero solo asentí.
-Si papá.
-Te amo Phoe. Nunca lo olvides.- me abrazo.
Sonaba a despedida, ¿Por qué estaba despidiéndose? ¿Que estaba pasando?
- Hija, te amo demasiado y no permitiría que algo te pase. Haz lo que dijo tu padre, pase lo que pase corre sin mirar atrás. No temas. Hay personas demasiado malas y no les importará nada. Tú corre.- mis lágrimas caían sin parar. No quería perderlos.
Nos sentamos en la sala. Mis padres tenían en sus manos un arma.
Sentí como la puerta se abría de golpe y mis padres me hicieron esconder.
Luego solo oí muchos disparos, no sabía lo que pasaba pero tenía miedo.
Al asomarme desee jamás haberlo echo. Mis padres estaban en el suelo sin vida. Un gran charco de sangre de estaba formando. Ahogué un grito, quien los había matado solo sonreía. Di una última mirada y corrí. Corrí como nunca lo había echo, corrí dejando atrás todo, corrí aún con la imagen de sus ojos sin vida en mi cabeza, corrí aún cuando mis pulmones ardían, solo corrí.
Me desperté agitada. Solo fue una pesadilla me dije. Aún sabiendo que no era así.
Esos recuerdos me atormentaban cada día de mi vida.
Mire la hora, 3:15 am, hora de poner en marcha el paso 1.
Salgo de la cabaña y fría brisa me recibe haciendo agitar un poco mi largo cabello rojo. La oscuridad se hace presente pero le perdí el miedo hace mucho tiempo. Camino por el bosque escuchando el ruido de algún que otro animal. Cuando llegó a las desoladas calles me dispongo a recorrer todo el pueblo.
Este pueblo es tan aburrido. Pero claramente todo cambiará.
No tiene nada de interesante.
Solo hay un parque ni muy chico ni muy grande, una escuela, una secundaria y dos plazas chiquitas.
Eran las 5:20 am, no quedaba nada que ver así que me propuse volver a la cabaña.
Caminaba tranquilamente en la abundante oscuridad, ni la luz de la luna se reflejaba gracias a los enormes pinos que lo impedían.
Una rama crujió como si alguien la hubiera pisado. Eso me puso alerta. La oscuridad me dificultaba mucho ver pero trate de buscar el árbol más cercano e intenté poder concentrarme para escuchar mejor. Podría haber sido un animal pero no estoy segura.
Escucho otra crujido un poco mas lejos y trato de guiarme con cuidado hacia donde lo escuché.
Los árboles son más bajos en esta parte por lo que puedo ver un poco.
Logro ver a la distancia una figura, era alta, caminaba muy torpemente, fijé más la vista y vi que arrastraba algo.
Lo seguí desde las sombras, hasta que se detuvo miro para todos lados y cubrió lo que llevaba con varias ramas y hojas.
Luego se alejo a paso lento, observé que tenía un cuerpo bastante atlético, pero no podía ver más que eso. Cuando estuvo lo bastante alejado me acerque, fue muy idiota al solo cubrirlo, era fácil de descubrir algo así.
Empecé a quitar todo lo que cubria eso, por qué la verdad no sé que era pero soy algo curiosa con estas cosas. No siempre se ve a una persona en el medio del bosque a estas horas ¿No?.
Cuando termine de quitar todo ví que era una ¿Alfombra? Tenía varias manchas pero no podía ver mucho. Tome el extremo de lo que creo que es una alfombra, lo destape pero antes de observar oí una voz.
- La curiosidad mató al gato.- era una vos demasiado ronca y distante.
Sonreí. Tal vez el pueblo no era tan aburrido.
- Pobre gato- dije divertida.
Voltee para ver el dueño de esa voz.
Está vez lo pude ver mejor.
Su cabello negro despeinado, sus ojos negros a la luz de la luna se veían intimidantes, su cuerpo era tallado por los mismísimos dioses, era guapo e intimidante. Si fuera otra y no yo quien se lo hubiera encontrado estaría muy asustada.
- ¿Terminaste?- dijo pícaro.
- Si, no eres la gran cosa.- dije seca.
- Este lugar es muy peligroso, no deberías andar por acá.- dijo con un destello de gracia pasando por sus ojos.
- ¿por qué debería temer?- dije "preocupada"
- Por qué te encontraste conmigo.- hablo muy calmado.
- Te dije que no eres la gran cosa, podría asustarme más un perro rabioso que tú.
-No me conoces.
-Ni tu a mi.- mi voz impostada llamo su atención. Lo ignore y me fui sintiendo su mirada sobre mi.
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Editado: 21.03.2021