Beverly Calvert
Después de estar encerrada en mi cuarto dos días seguidos por fin decido salir.
El primer día la paranoia me gano, sentía que me vigilaban a cada momento o en cualquier instante vendrían por mi.
El segundo día comencé a pensar la forma de hacerles creer que no me metería con ellos.
Mentiras, engaños y manipulación fue lo que me enseñaron y lo usare en su contra.
Hago las misma rutina que hacia antes de que ellos llegarán, me despido de mi madre y voy para la escuela.
Se que desde algún lado ellos me están mirando así que actuó lo mas normal que puedo.
— Beve— me llaman haciendo que me detenga y muestre una gran sonrisa— ¿Saliste mas temprano de casa?— niego— Tal vez a mi se me hizo tarde.
— Tal vez.
— Vámonos— pasa su brazo por mis hombros y comenzamos a caminar— ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?
La excusa que tome para estos dos días es que estaba enferma y me sentía muy mal, me funcionó bastante.
— Me siento mucho mejor, me sirvió mucho el descanso.
— Que bueno, lo ultimo que quiero es que te vayas antes de tiempo— lo dice en un tono raro, pero lo dejo pasar.
Llegamos a la escuela, el se detiene a saludar a unos amigos mientras que yo solo me quedo parada esperando a que me de permiso para hablar al igual que siempre.
Cuando terminan de hacer chistes malos y hablar de cosas triviales nos vamos a clase. Mateo me dirige a mi salón y después de una ultima amenaza me deja ir.
Hago lo mismo de siempre, entro al salón y solo espero a que la profesora llegue, pero también lo espero a el.
No llega.
¿En donde esta?
¿Se fue?
¿Se cambio de clase?
Estúpido Col.
La profesora llega, la clase comienza y yo solo pienso lo que hare.
Ellos están locos, no me puedo acercar.
Debo encontrar una forma de hundirlos, pero son demasiado cuidadosos y no dejan nada que los afecte.
Maldita sea, ¿Por que le tuve que hablar?
Las clases continúan y no veo a ninguno de ellos.
¿En donde se metieron?
Tal vez ellos se fueron y significa que me dejaran la vida en paz.
Me aferro a esa idea y solo continuo mi vida como lo haría normalmente.
Llega el descanso y me voy a la cafetería esperando a que Mateo llegue, me pone un poco nerviosa su presencia, un error que yo cometa y el es capaz de hacerme cualquier cosa, pero supongo que así van las relaciones y de esta forma tiene que ser.
Sin poder evitarlos sigo buscándolos, pero no están. ¿Realmente se fueron?
— ¿Me buscas?— su voz hace que me recorra un escalofrió— ¿Te quedaste muda tan rápido?— no respondo— Claro me estas ignorando.
— Déjame en paz— digo lo mas segura que puedo.
— ¿Te tembló la voz?— mierda— ¿Me tienes miedo, Beverly?
— No, solo quiero que te alejes de mi, Col.
— No quiero.
— No me retes.
— ¿Me estas amenazando?
— No, solo quiero que me dejes en paz y si no lo haces les diré a todos que me torturaron y les enseñare las marcas que tengo.
— Tu estuviste de acuerdo.
— ¿Tienes pruebas?
— ¿Tu si?— no, no tengo nada y no me van a creer.
— Si— lo miro— Ustedes no tienen ninguna prueba de que yo acepte hacer las cosas, pero yo tengo muchas de que no lo hice.
— No es verdad, tu aceptaste.
— Pero nadie lo sabe y no lo sabrán— lo miro a los ojos y logro captar una pequeña sonrisa— Así que déjame en paz o les ira muy mal, Col.
— Estas jugando con fuego, Beverly— sonríe— Y dejare que te quemes.
— ¿Qué pasa?— pregunta Mateo antes de que pueda responder— Col hace mucho que no te veo.
— Lo se, es que he estado muy ocupado— responde serio, pero no a la defensiva.
— ¿Qué hacían?
— Nada— responde Col— solo vine por comida y me encontré a tu novia.
— ¿Estabas hablando con el?— me pregunta, mierda.
— No— se adelanta Col— Solo le pedí permiso para poder pasar— nos da una pequeña sonrisa— Yo me tengo que ir con mis hermanos, adios chicos— nos rodea y no se aleja mucho de nosotros.
— Ese chico me parece algo raro— comenta Mateo.
— Yo no le presto mucha atención.
— Voy a la mesa, ¿Me llevas comida?— asiento y el se va.
Comienzo a poner comida en la bandeja que tengo en las manos y sin querer me voy acercando cada vez mas a Col y los demás, pero es que ellos están en medio del camino no es mi culpa.
— ¿Qué hacemos?— alcanzo a escuchar a Ait.
— La dejaremos hacer lo que quiera, ella no es mi prioridad— responde Col.
— Porque primero no te convences a ti de eso y después nos lo dices a nosotros— dice Sley en voz demandante.
— No me estés retando Sley, porque te va a pasar lo mismo que a Lea— y con eso todos se quedan callados.
Lea.
El cabo suelto.
Lea me va a ayudar a destruirlos.
Editado: 07.03.2022