Detrás de la oscuridad

Capítulo 29: Cabo suelto

Beverly Calvert

Después de estar encerrada en mi cuarto dos días seguidos por fin decido salir.

El primer día la paranoia me gano, sentía que me vigilaban a cada momento o en cualquier instante vendrían por mi.

El segundo día comencé a pensar la forma de hacerles creer que no me metería con ellos.

Mentiras, engaños y manipulación fue lo que me enseñaron y lo usare en su contra.

Hago las misma rutina que hacia antes de que ellos llegarán, me despido de mi madre y voy para la escuela.

Se que desde algún lado ellos me están mirando así que actuó lo mas normal que puedo.

— Beve— me llaman haciendo que me detenga y muestre una gran sonrisa— ¿Saliste mas temprano de casa?— niego— Tal vez a mi se me hizo tarde.

— Tal vez.

— Vámonos— pasa su brazo por mis hombros y comenzamos a caminar— ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?

La excusa que tome para estos dos días es que estaba enferma y me sentía muy mal, me funcionó bastante.

— Me siento mucho mejor, me sirvió mucho el descanso.

— Que bueno, lo ultimo que quiero es que te vayas antes de tiempo— lo dice en un tono raro, pero lo dejo pasar.

Llegamos a la escuela, el se detiene a saludar a unos amigos mientras que yo solo me quedo parada esperando a que me de permiso para hablar al igual que siempre.

Cuando terminan de hacer chistes malos y hablar de cosas triviales nos vamos a clase. Mateo me dirige a mi salón y después de una ultima amenaza me deja ir. 

Hago lo mismo de siempre, entro al salón y solo espero a que la profesora llegue, pero también lo espero a el.

No llega.

¿En donde esta?

¿Se fue?

¿Se cambio de clase?

Estúpido Col.

La profesora llega, la clase comienza y yo solo pienso lo que hare. 

Ellos están locos, no me puedo acercar. 

Debo encontrar una forma de hundirlos, pero son demasiado cuidadosos y no dejan nada que los afecte. 

Maldita sea, ¿Por que le tuve que hablar?

Las clases continúan y no veo a ninguno de ellos.

¿En donde se metieron? 

Tal vez ellos se fueron y significa que me dejaran la vida en paz. 

Me aferro a esa idea y solo continuo mi vida como lo haría normalmente. 

Llega el descanso y me voy a la cafetería esperando a que Mateo llegue, me pone un poco nerviosa su presencia, un error que yo cometa y el es capaz de hacerme cualquier cosa, pero supongo que así van las relaciones y de esta forma tiene que ser.

Sin poder evitarlos sigo buscándolos, pero no están. ¿Realmente se fueron? 

— ¿Me buscas?— su voz hace que me recorra un escalofrió— ¿Te quedaste muda tan rápido?— no respondo— Claro me estas ignorando.

— Déjame en paz— digo lo mas segura que puedo. 

— ¿Te tembló la voz?— mierda— ¿Me tienes miedo, Beverly? 

— No, solo quiero que te alejes de mi, Col. 

— No quiero. 

— No me retes. 

— ¿Me estas amenazando? 

— No, solo quiero que me dejes en paz y si no lo haces les diré a todos que me torturaron y les enseñare las marcas que tengo. 

— Tu estuviste de acuerdo.

— ¿Tienes pruebas? 

— ¿Tu si?— no, no tengo nada y no me van a creer. 

— Si— lo miro— Ustedes no tienen ninguna prueba de que yo acepte hacer las cosas, pero yo tengo muchas de que no lo hice. 

— No es verdad, tu aceptaste. 

— Pero nadie lo sabe y no lo sabrán— lo miro a los ojos y logro captar una pequeña sonrisa— Así que déjame en paz o les ira muy mal, Col. 

— Estas jugando con fuego, Beverly— sonríe— Y dejare que te quemes. 

— ¿Qué pasa?— pregunta Mateo antes de que pueda responder— Col hace mucho que no te veo. 

— Lo se, es que he estado muy ocupado— responde serio, pero no a la defensiva. 

— ¿Qué hacían?

— Nada— responde Col— solo vine por comida y me encontré a tu novia. 

— ¿Estabas hablando con el?— me pregunta, mierda. 

— No— se adelanta Col— Solo le pedí permiso para poder pasar— nos da una pequeña sonrisa— Yo me tengo que ir con mis hermanos, adios chicos— nos rodea y no se aleja mucho de nosotros.

— Ese chico me parece algo raro— comenta Mateo. 

— Yo no le presto mucha atención. 

— Voy a la mesa, ¿Me llevas comida?— asiento y el se va. 

Comienzo a poner comida en la bandeja que tengo en las manos y sin querer me voy acercando cada vez mas a Col y los demás, pero es que ellos están en medio del camino no es mi culpa. 

— ¿Qué hacemos?— alcanzo a escuchar a Ait.

— La dejaremos hacer lo que quiera, ella no es mi prioridad— responde Col. 

— Porque primero no te convences a ti de eso y después nos lo dices a nosotros— dice Sley en voz demandante. 

— No me estés retando Sley, porque te va a pasar lo mismo que a Lea— y con eso todos se quedan callados. 

Lea.

El cabo suelto. 

Lea me va a ayudar a destruirlos. 



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En el texto hay: misterio, asesinos, reinado

Editado: 07.03.2022

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