Detrás de la oscuridad

Capítulo 34 Cansada

Beverly Calvert

Nuevamente me estoy preparando para la misma estúpida rutina de siempre.

Me estoy cansando de esto. Todo era mas divertido cuando me veía a escondidas con ellos.

Decidí dejarlo todo por la paz. Una semana paso y ellos no volvieron a hablar conmigo y yo no volví a atacarlos, es lo mejor para mí.

Después de desayunar me voy a la escuela, me encuentro a Mateo a medio camino al igual que siempre. Comienzan las clases y por alguna razón deseo que el venga y me hable.

Espero y espero. Al ver que no llega pierdo la esperanza y me resigno a vivir esta estúpida rutina.

La maestra llega, la clase comienza y yo me mato poco a poco.

Entonces llega. Lo veo parado en la puerta con mochila en mano, le pide perdón a la profesora por la tardanza y entra al salón. Busca algún asiento vacío, pero el único disponible esta a mi lado así que suelta un suspiro y se sienta.

Intento verlo discretamente, pero la discreción no es mi fuerte porque al sentir mi mirada me voltea a ver con cara seria.

— ¿Qué quieres? — pregunta en su tono habitual.

— Nada.

— ¿Por qué me miras tanto?

— Por nada, es que me causas curiosidad— frunce el ceño.

— Rara— regresa su vista al frente.

— ¿En serio no me vas a hablar?

— ¿En serio nos acusaste con la policía? — me mira y no puedo evitar sonreír.

— Ay no fue la gran cosa, supéralo— ríe.

— Ay Beverly.

— Deja de llamarme así, sabes que lo odio— veo como se le forma la sonrisa en su rostro— ¿En serio Lea está viva? — se encoge de hombros.

— Según tú, ella está muy muerta— me mira— ¿Qué es lo que quieres? Primero juras que me vas a destruir y después intentas hablar conmigo. ¿Qué quieres, Erly?

— No lo sé— admito— Solo sé que está mal estar cerca de ustedes, pero quiero estar con ustedes porque siento que me complementan— no dice nada y lo tomo como un deja de molestar.

— Eso es lo que hacemos— vuelve a hablar captando mi atención— Envolvemos a la gente para que sienta la necesidad de estar con nosotros.

— ¿Eso fue lo que me hicieron?

— No— me mira nuevamente— A ti no te hicimos nada.

— ¿Entonces por qué quiero estar con ustedes?

— Eso es algo que tu misma deberías descubrir— él lo sabe— No tengo planeado todo, Erly.

— ¿Por qué te sigues acercando a mí?

— Tu eres la que quiere que le hable— finge anotar algo en su cuaderno.

— Hace una semana fuiste a mi casa y me volviste a engañar.

— No lo hice— asegura— Tu sola te engañas, yo no hago nada.

— Ahora resulta que eres un santo que no hace nada— ríe.

— No soy un santo, créeme soy todo lo contrario, pero yo solo estoy aquí para hacer que Nisha regrese.

— Claro, la famosa Nisha— digo con un poco de desprecio y el me mira al instante— Perdón, insulte a tu chica— niega.

— ¿Qué hare contigo, Erly?

— Lo que tú quieras, solo no me mates que me gusta vivir— sonríe— Me quitaron a la única amiga que tenía— sabe que hablo de Lea.

— ¿Aun no te das cuenta que nuestro concepto de familia no es tan diferente al tuyo? — me quedo callada— Claro que aun no te das cuenta. ¿Cómo lo estas llevando? — me le quedo viendo— Todo esto, nosotros y la mierda que llevas encima.

— Creo que lo estoy llevando bastante bien— respondo— ¿En dónde están tus padres? — cambio de tema.

— Sabes que no tengo.

— ¿En serio? — asiente— ¿Quiénes son las personas que fueron a la fiesta?

— Una persona cualquiera, pero mis padres no.

— ¿Les pagas para fingir que lo son?

— No gastaría dinero en esa tontería— sonrió— Con amenazas de muerte cualquiera accede.

— Yo no lo he hecho.

— Claro que no.

Ninguno vuelvo a decir nada, la clase continua e intento actuar lo mas normal que puedo.

—Nos vemos luego, Erly— me dice cuando termina la clase.

Me voy a la cafetería lo más rápido que puedo, tomo una bandeja y comienzo a poner la comida que se que a Mateo le gusta, intento ser muy cuidadosa porque se que si me equivoco me ira bastante mal e intento que las cosas entre el y yo vayan mejor.

Al terminar de poner comida me voy a una mesa vacía y me siento a esperarlo, después de un rato el entra al lugar junto con su grupo de amigos. No me caen bien, pero son amigos y tengo que soportarlos.

—Beve— me sonríe— ¿Ya me has traído la comida? — asiento y le acerco la bandeja.

El la mira cuidadosamente mientras que yo tiemblo y rezo que todo este bien.

— ¿Todo bien? — pregunto y el me mira.

— Si, esta todo bien. ¿No comerás hoy? — niego— Perfecto, sabes que te ira mal.

Me quedo callada y espero a que termine de comer, cuando lo hace se levanta y sale de la cafetería. Así es mi relación con él. El ordena y yo hago como debe de ser.

Las clases terminan y regreso a casa como siempre. Al llegar me voy a mi cuarto para esperar a que mi madre llegue.

Estoy tan cansada de todo.

Siento que algo raro esta pasando, pero no se que es.



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En el texto hay: misterio, asesinos, reinado

Editado: 07.03.2022

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