Detrás de mi Pantalla

▼¡¡¡PLATOS A LA CARGA!!!▼

Los días han pasado, algunos con mejores días que otros, sin embargo cada uno tiene algo de diferencia, pero para mí, siguen siendo exactamente iguales, o en la mañana o la salida me molestan, pero no puedo hacer mucho, tratar de defenderme es igual que tratar de encender una fogata en el fondo del mar.

Luego de amargas horas de clases finalmente me encuentro en el comedor, con alguna vaga esperanza de poder comer algo sin incidentes desagradables —arruga su nariz y negando vagamente—. Me he puesto a la fila, detrás de un tipo casi tan alto como Clark, aspiro el deliciosamente el dulce aroma de la comida que están sirviendo, avanzando lentamente logré agarrar una bandeja para poder poner la comida, se me apetece comer una buena rebanada de pizza y una soda, por fortuna hoy la barra es libre y puedo elegir lo que comeré, no podía esperar más a llegar a la barra, la Fila de  estudiantes formados de apoco se va haciendo más grande, y detrás de mí, se forman unas chicas, de esas que conforman las porristas, aquellas quisquillosas y berrinchudas niñas mimadas de papi y mami.

No pasa más de unos cuantos segundos y empiezo escuchando molestos murmullos sobre comentarios sueltos a mi forma de vestirme, risas más fingidas que los gemidos de una tortuga ahogándose, de principio trato de ignorarlas, pero conforme avanza la fila,  mi humor empeora a tal punto, que me siento como un volcán en plena erupción.

Más por ser un caballero, ubico mis modales y trato de sonar dulce, aunque en este momento más dulces estén los limones.

Señoritas… por favor ¿Quieren dejar de criticar mi vestimenta?, sinceramente no creo que a nadie le importe y le afecte la forma en que me visto, o me veo, sin embargo de ustedes…

Me imagino que pasan por necesidades más grandes que las mías, debido a la ausencia de ropa y por supuesto de cerebro.

Rápidamente regrese la vista al frente y pasé directamente a recibir mi comida y buscar una mesa para poder sentarme. Había callado a esas víboras descerebradas, me sentía feliz,  por primera vez podía celebrar una de mis victorias, estaba claro que para una pelea se necesitan dos ignorantes, el que la inicia, y el que la sigue y definitivamente no soy ninguno de los dos —mira su bandeja relamiendo sus labios—.

A diferencia del resto de días hoy había pedido algo diferente para comer ya que la pizza se agotó rápidamente, en vez de eso elegí, un poco de ensalada rusa, arroz, estofado de carne, ensalada y una Coca-Cola, mi estómago me pedía a gritos que me devore la comida, busque por unos segundos en dónde sentarme y al final de la sala, pude ver a Clark y Camila sentados platicando amenamente sobre algún tema que no me interesa pero al final son mis amigos.

Sin dudarlo me encamine para poder sentarme con ellos, casi nunca nos sentábamos juntos a la hora del almuerzo, ellos suelen compartir con los suyos y yo almuerzo solo, pero hoy estaban allí…

Clark al verme enseguida me hizo un ademán con la cabeza indicándome que podía unírmeles, sin dudarlo un segundo me encaminé a paso apresurado al encuentro, había pasado varias mesas, sin embargo la última que tenía que pasar era la del equipo de baloncesto y las porristas que sutilmente fueron insultadas…

Con toda la valentía del mundo, agarre fuerte mi bandeja y decidí a pasar por alado de su mesa, los pelos se me pusieron de punta y menos de un segundo mis sentidos se encontraban alerta, ahí estaban los brabucones que siempre me molestaban.

— ¿Qué paso florecita? ¿Te comieron la lengua los ratones? —Risas de fondo—.

—Trataba de ignorar los comentarios ofensivos por parte de los brabucones, pensando a toda velocidad en posibles alternativas que podía seguir, dar la vuelta no era un opción, no quería sentarme con desconocidos, regresarme y comer en el aula, no era algo permitido, la última vez por poco termino en suspensión. Apreté fuertemente la bandeja en mis manos y avance a paso lento pero decidido, tratando de ignorar las burlas y risas que estaba recibiendo.

Un grande y fornido pecho se interpuso en mi camino, era Rick, el que personalmente se encargaba de darme duchas mañaneras en el inodoro de la escuela.

— ¿Vas a algún lado pastelito? —Lo mira como a una cucaracha insignificante—.

—Con el pecho latiendo a mil por hora, lo esquive sin tocarle un pelo, para mi fortuna no trato de agarrarme allí mismo y ponerme la bandeja de sombrero, con toda la poca valentía que tenía y la confianza de que me faltaban unos cuantos pasos, seguí avanzando de repente uno de los brabucones se levantó de repente y no lo vi —Choca con alguien y embarra toda su comida en su chamarra— Hay no, mierda, mierda, mierda —Dice para sí mismo—.L… L… Lo siento —Alex baja la cabeza en forma de disculpa—. N… No quise ensuciarte, p… puedo limpiarlo.

—Mira lo que haces —Lo empuja —. ¿Te parece divertido ensuciarme la ropa con esa porquería de comida que traes? ¡Contéstame cuando te hablo! —Dice molesto y lo empuja de nuevo—.

—N… No… L… Lo siento de verdad no te vi, —Alex lo mira de reojo—. ¿Ahora soy una garrapata como tú? Ríe incrédulo. —Miren —El brabucón alza la voz y todas las personas del comedor miran inmediatamente—. Tenemos un nerd valiente —, se empiezan a escuchar murmureos en el salón y la mirada del brabucón se concentra en Alex— ¿Sabes lo que les hago a las cucarachas como tú y las demás? —Toma un poco de ensalada con sus manos y se la soba por el cabello, seguido de eso el resto se limpia en la ropa de Alex—. Les enseño a respetarme, tendrías que estar besando mis pies y no mirarme como a alguien de tu nivel, que te que quede claro pedazo de mierda, tu eres por mucho más inferior que yo y aquí únicamente reino yo ¿Entendiste pedazo de mierda? —Habla con gran prepotencia y confianza— así que piérdete de mi camino si no quieres una buena golpiza al salir de aquí.

—Sentía los trozos de ensalada meterse por mi camisa mientras refregaba mi cabello con ella, sentía miedo, pero más que eso estaba furioso, se estaba metiendo con lo más preciado para mi “La comida” no sé en qué momento exacto perdí el control y le estampe mi bandeja con los restos de comida en su cara de mono cilíndrero mientras daba su discurso de “Rey destronado”, solo sé lo que hice y la batalla campal que se desató en ese momento.



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En el texto hay: humor negro, novelaromantica, aventuras pasion

Editado: 10.09.2022

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