Detrás del Paraíso (borrador)

Capitulo 16‖

CAPITULO DIECISÉIS

SEAN MYERS

La cabeza me palpitaba. Sentia el dolor punzante en mi sien. La luz entrando por la ventana no ayudaba, solo sensibilizaba mi vision. 

Solo podia recordar lo que paso en una noche. La cena. La maldita cena. Una en la que no hago mas que arrepentirme de haber ido. Toda la maldita noche, pensando en sus padres, en las preguntas, en su cercania, sus palabras... Ella. Pensando en ella. En su jodido vestido que no hizo mas que calentarme en cuanto la vi. En su cara cada que la estimulaba....

Era una jodida tortura.

Esa misma noche despues de haber presenciado el infierno en vida, sentia miles de sensaciones. ¿Que si me habian dolido sus palabras? Para nada. Solo tenia las ganas de algo. Algo que ella no quizo darme. Y que claramente conseguiría sin ningun esfuerzo.

El mejor antro de la ciudad se encontraba a las afueras de Maxon, justo en las entradas de Grayson un pueblo pequeño con centros de entretimiento en cada esquina. La musica retumbaba por todos lados, el olor a sexo, bebidas y sudor se proyectaba por todo el salon. La gente bailaba en la pista, rozandose unos con otros y desprendiendo un aire caliente. Era todo lo que necesitaba. Quitarme la tension que habia adquirido en la cena con los Anderson y olvidarme de su maldito rostro delicado que gritaba a todo pulmon: peligro.

No habian pasado ni media hora desde que pedi mi primer trago en la barra, cuando una chica rubia con un cuerpo fenomenal se acerco a mi con una gran sonrisa. Me importaba un carajo si se veia bien o no, solo queria cumplir mi objetivo: Follar.

Ni siquiera me tome la molestia de recordar su nombre, solo la tome de la mano y la lleve a un rincon del lugar, en donde las voces y la musica dismuia muy poco. La tome de la cintura y la acerque a mi, y antes de que siquiera pudiera decir algo, ya la estaba besando con fuerza apretandole el trasero y encargandome de deshacer las inmensas ganas que me habia dejado Maggie.

Me embriague, folle, bailé, volvi a follar pero habia algo en esa "diversion" que no me permitia seguir con lo que queria conseguir. Ella. No podia dejar de pensar en ella, incluso cuando me estaba follando a una rubia que ni siquiera le llagaba a los talones, no dejaba de pensar en el primer beso que nos dimos, en la manera que me pidio que la besara en la casa de los Tomilson, en la manera que se retorcia bajo mi toque y la manera en que trataba de no gemir cada que recorria su anatomia. 

La queria a ella. No a nadie mas. Solo a ella. Se estaba tornando en una obsesion perversa y no queria que siguiera asi. Me sentia vulnerable y no queria seguir siendolo. No queria ser vulnerable por ella y eso era un maldito castigo.

Tras llegar a casa, sin saber exactamente como, cai rendido en cuanto me surmegi en el colchon. 

Sentia los sintomas de una buena cruda. La boca seca, dolor de cabeza, sensibilidad, nauseas y el cuerpo cortado. Cerrando los ojos con fuerza me senté en la orilla de la cama e ignorando el dolor punzante al tener los rayos de sol en la cara, sali y baje las escaleras hasta llegar al comedor don de papá tenia una taza de cafe humeante y un periodico en las manos. Henry estaba en su silla alta con un tazon de cereales con leche y del otro lado Christian y Nathan con unos hotcakes en el plato. En cuanto todos me vieron rodaron los ojos y siguieron con su desayuno.

—Gracias por tomarse la molestia de servirme mi desayuno—murmure sarcastico buscando algo de comer en el refrigerador.

—¿A que hora llegaste anoche Sean?

Cada movimiento que hacia me provocaba un constante dolor, hasta el oir la irritable voz de mi padre.

—No lo se—rode los ojos y sin dudarlo comence a rebuscar en los cajones de la cocina, buscando alguna pastilla para calmar los sintomas.

—Dijimos que no habria nada de fiestas mientras cuidaras a tus hermanos. ¿A donde fuiste Sean Myers?

Golpee bruscamente la encimera de la cocina y me quede ahi tratando de controlar mi respiracion. Ese tema siempre me prendia. Voltee bruscamente a verlo. Mi hermanos se removieron incomodos en sus sillas.

—¿Y donde estabas tu?, ¿Follandote a una nueva? 

—Vuelves a hablarme de esa manera frente a tus hermanos y no dudare en quitarte esa maldita motocicleta. 

—Es lo que menos me importa. Si te recuerdo bien, son tus hijos no mios. No es mi responsabilidad cuidar de ellos ni mucho menos ver por ellos como un padre por que simplemente soy su hermano y soy una persona mas en esta familia que necesita ver por si mismo.

—¿Ver por ti mismo es irte de fiesta todos los dias?, Por que no creas que no me he dado cuenta de que estas saliendo con la vecina.

—¿Maggie?—la vocesita chillona de Henry interrumpio nuestra discusion.

Me gire para verlo y aligere mi expresion. Cuidar de mis hermanos no era algo que me molestara pero no me agradaba que papá quisiera desacerse de nosotros, dejandome todas las responsabilidades a mi. Como el: "Hazles de desayunar", "llevalos al escuela", "comprales ropa nueva", "compra la comida de la semana", "lleva a Henry a las quimioterapias"; "pagale la colegiatura a Christian y Nathan" entre otras cosas que se me hacian un poco pesadas.

—Si pequeño, Maggie—con suavidad me sente a su lado y acaricie su pelo. 

—¿Cuando nos llevara de nuevo al parque de diversiones? La ultima vez no termino muy bien—hizo una mueca.

Cuando me arregle con ella, pequeño.

—Tenemos que entender que ella no siempre tiene ratos libres, Henry, tal vez luego planeamos una salida, ¿Te parece? 

—¡Si!—exclamo y me abrazo para despues volver a comer de sus cereales—papá ¿si te conte que Maggie me llevo a un parque de diversiones en mi cumpleaños, tambien me compro un disfraz y me consiguio un osito de peluche en un juego?




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