Son muchas las historias oscuras de personas curiosas que se han sentado frente al mal llamado "juego" de la ouija. Algunos entraron en una espiral de obsesión y locura que terminó incluso con la muerte. Es una peligrosa práctica que nadie debería realizar y de la que, en realidad, poco se sabe.
Los escépticos piensan que la ouija manda mensajes que el propio grupo de personas sabe y expresa, quizás, desde lo más profundo del subconsciente. La energía de una gran concentración por parte de los asistentes podría ser tal que el puntero podría llegar a moverse. Si juntamos estas dos suposiciones, tendríamos una lógica explicación al fenómeno de la ouija y, por lo tanto, sería algo completamente humano y producido por nosotros mismos. Sin embargo, no son pocas las ocasiones en las que experiencias con el tablero evidencian que ha de haber algo más, que la ouija puede considerarse como una puerta de acceso a otro mundo, un lugar oscuro donde fallecidos y otros seres logran establecer contacto con nosotros. Si eso fuese cierto, estamos ante algo muy peligroso, ya que desconocemos a la entidad que establece un contacto directo con nosotros.
Es como si dejáramos la puerta abierta de nuestra casa al irnos a dormir, sin importarnos qué persona desconocida puede entrar y con qué intenciones...