Devuélveme mi sonrisa

Capítulo 7. No seas tan materialista

Tras aduanas, equipajes y algún correteo arriba y abajo, las dos mujeres llegaron a su asiento de primera en el avión dirección Atenas sin escalas.

Sentada en una cómoda butaca con televisor integrado y reposabrazos con varios paneles de iluminación personales para la lectura, Laura aprovechó para compartir su preocupación.

—No tengo equipaje, ya lo has visto… Y apenas llevo dinero encima.

Lidia casi ni la escuchaba. Estaba toqueteando su sillón a la vez que pedía una copa de algún champán de origen francés que con dificultades la joven era capaz de pronunciar.

—No seas tan materialista… Preocúpate por dejarte llevar y distraerte. —Hizo una pequeña pausa, como si buscase un entretenimiento—. ¿Ves a ese mozo de ahí? —señaló a uno de los auxiliares de vuelo—. ¿Por qué no le pides una bebida?

Laura miró al joven y descubrió que él ya llevaba rato observándola. Parecía distraído mirándola fijamente. La chica se sonrojó. Tenía la sensación de que era como una niña en un juego de adultos que no comprendía. 

Lidia le sugirió con la cabeza que se tirara a la piscina, pero Laura bajó la vista, buscando algún recoveco donde esconder su mirada.

A la misteriosa mujer le rechinaron los dientes y puso un par de segundos los ojos en blanco, como cuando una madre se harta de las sandeces de su hija.

El avión no tardó en despegar y con escasas horas de vuelo, Laura y Lidia ya sobrevolaban el cielo de Grecia. Debajo suyo, un archipiélago lleno de sorpresas aguardaba. Poco se esperaba Laura lo que se encontraría en aquella tierra llena de mitos y leyendas.



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En el texto hay: chicklit, chica, romance

Editado: 21.01.2022

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