Capitulo siete

Había quedado en un tipo shock después del sueño que tuve, había sentido como si estuviera ahí, viviéndolo. Caminaba a paso apresurado por los pasillos de la prepa, después de salir de mi clase le había mandado un mensaje a Dexter diciéndole que tenías que hablar con él y que era urgente, a él no le importo mucho salir de su clase y me dijo que nos veíamos en las gradas en donde eran los partidos de americano. Mis pasos eran largos y mi respiración estaba acelerada ¿Y si eso iba a pasar? ¿Una visión?

Muchos pensamientos venían a mi mente, mi cerebro estaba haciendo conclusiones precipitadas y eso me preocupaba.

Cuando llegue a las gradas desde lo lejos pude ver que Dexter ya había llegado y estaba sentado fumando, corrí lo más rápido que pude para llegar con él y cuando lo hice tenía la respiración acelerada y me sentía caliente.

-¿Cansada?-Pregunto Dexter en tono burlón al escuchar como jadeaba, asentí.- ¿Qué paso?

-Me quede dormida en mi clase y.-Tome aire y me senté a su lado.-Tuve una tipo pesadilla.

-¿Solo me ocupabas para eso?-Frunció el ceño y yo negué quitándole el cigarrillo dándole una calada.

-Fue muy raro, estabas tú, un amigo que es hombre lobo y una bruja que acabo de conocer.-Volví a acercar el cigarrillo a mis labios.-También estaba mi papá…

-Haven no te entiendo, explícate.-Me arrebato el cigarro y lo tiro al piso haciendo que se apagara.

-Estaban como haciendo algo conmigo…-Me interrumpió.

-¿Una orgía?

-No es eso asqueroso.-Lo golpee.-Yo me veía como tu cuando estas comiendo de mí y estaba recitando algo, y tú y los demás estaba haciendo algo pero no sé qué…

-¿Y qué crees que sea?

-Desde hace un par de meses he tenido algo parecido a visiones.-Mordí mi labio y trague en seco.-Cuando te conocí no me asombro porque ya había soñado con eso… tengo miedo que lo que soñé hoy se haga realidad…

No dijo nada. Yo tampoco lo hice. Estaba asustada, no quería convertirme en lo que había visto, no quería eso, todavía no estaba del todo segura de que fuera a pasar pero en todo caso necesitaba estar preparada mentalmente. Tengo miedo.

-No tienes por qué tener miedo.-Hablo Dexter con voz ronca sacándome de mis pensamientos.-Dije que te iba a cuidar y lo cumpliré, te cuidare lo prometí, fue parte de nuestro trato.-Asentí lentamente procesando lo que me dijo.- ¿Cómo se llaman tus amigos?

-Aldrin y Muki…

-¿Aldrin y Muki son tus amigos?

-Si, a Aldrin lo conozco desde hace bastante y Muki la conocí porque necesitaba algo.

-¿Los estimulantes de la vez pasada?-Asentí.-Con razón sentía que conocía ese tipo de poción.

-¿Qué haremos?

-Ir a verlos.-Se levantó de la banca y agarro su mochila sacando sus llaves del coche.-Vamos, no tenemos que perder tiempo.

Asentí y comencé a caminar detrás de él. Dexter había tenido un leve cambio, al principio si me daba un poco de miedo como llegaría a ser pero estas casi cuatro semanas que llevo conociéndolo me he dado cuenta que cuando quiere y se esfuerza llega a ser incluso divertido, aunque el hecho de que tome de mi sangre sea un tanto raro llega a ser agradable pasar el tiempo con él.

Llegamos al estacionamiento y nos subimos a un lindo Jeep color negro. Básico.

-No le digas básico a Elvis.-Me regaño cuando llevábamos cinco minutos callados, volvió su vista de la calle a mi.-Elvis es una gran camioneta es mi hijo, si le faltas el respeto a él me lo faltas a mí.

-No seas nena.-Le saque la lengua y el en un movimiento ágil la agarro con sus dedos de su mano desocupada, con la otra manejaba.

-No soy nena, que le digas cosas a Elvis se siente como si te aplastaran la lengua.-Aplasto con sus dedos mi lengua y emití un gemido de dolor.-Se supone que te tiene que doler, no gustarte, masoquista.-Soltó mi lengua pero antes de que sus dedos estuvieran fuera de mi alcance le lance una mordida atrapando con mis dientes su dedo anular.- ¡Haven!

Aplique más presión sobre su dedo y luego lo solté.

-No vuelvas a tocar mi lengua cerdo.

-No vuelvas a decirle cosas a Elvis.

-¿Qué tipo de persona le pone nombre a su auto?-Dije en tono preocupado y Dexter volteo a verme por un momento para luego poner la vista en la calle.