Notas de Makkia: Realmente estoy muy asustada, mi amiga fue secuestrada por aquellas bestias sin ojos. ¿Por qué? Tenemos que rescatarla a como dé lugar.
Tiempo:
12:20 pm, 20 de noviembre de 1915.
Lugar:
Casa de Ripper, Nación de Órohme, Continente Apsurer.
Días de inagotable trabajo para los soldados y Ripper habían dado paso a una nueva estación las hojas comenzaban a caerse, pero los árboles que Ripper recreaba no se veían afectados, claro, al fin y al cabo, terminaban sin una hoja entre sus ramas, otras personas de la Nación de lady Kindre se le habían unido al antiguo herrero. Las zonas de metros y metros que habían sido deforestadas por los dos grupos de individuos se habían recuperado con lentitud pero favorablemente para el ecosistema de aquella Nación atrapada en el tiempo. Los novedosos inventos tecnológicos no eran del agrado de lady Kindre, por un lado tomaba la dirección contraria de la de su padre el rey Baggerty y por el otro no terminaba de confiar en aquellos inventos como el teléfono, las luces violetas y automóviles.
El resto de los seguidores que habían quedado en la Nación de Acekrop al no haber oído nada de Ripper en meses se habían terminado mudando hacia la Nación de Lady Kindre. Gracias a algunos constructores que se habían unido a Ripper le habían construido una casa, a donde las personas que necesitaban de ayuda acudían sin pensarlo dos veces, más que nada lo veían como un semidiós por haber recuperado gran parte del bosque. Cada día que pasaba Ripper se sentía peor.
Una mujer pasó por frente de la fachada de la casa que le habían construido a Ripper, era sencillas como la mayoría de las casa de la Nación, construida con madera, y una galería que se encontraba detrás de una cerca, con un letrero que decía “Hogar de Ripper Gravana: Salvador del bosque”. La mujer abrió la puerta y pasó a la galería de Ripper tocando la puerta del ingreso a su casa, una señora salió a atender a la mujer.
—Buenos días —saludo Esmeralda—, ¿Qué es lo que necesita?
—Quiero tocar las manos de Ripper traspasar su energía a mi esposo que se encuentra enfermo en nuestra casa —dijo la preocupada mujer.
—Venga por aquí —dijo Esmeralda haciendo pasar a la mujer a la habitación principal de la casa. No era grande, después de todo allí solamente vivían, Esmeralda, Ripper y Raslyl. Allí tenía una pequeña cocina y mesa, enfrentada a la entrada había un pasillo largo que en el fondo estaba cubierto por un par de telas, Esmeralda invitó a la mujer a seguir por el pasillo—, hoy está de suerte, Ripper no ha tenido que acudir a los bosques, y ya casi está terminando su labor así que dentro de poco nos iremos, de eso no cabe duda —expreso Esmeralda, Aclarando la garganta.
—Pase por aquí —se oyó desde detrás de las cortinas, la mujer abrió la cortina y se encontró con una diminuta habitación, en el centro estaba sentado Ripper sobre sus rodillas en medio de un altar circular que estaba sobre cinco escalones en cada escalón había numerosas velas alrededor, Ripper llevaba una extraña túnica y maquillaje con extraños símbolos en su rostro pintado de color blanco y las letras negras, Ripper abrió sus ojos—, bienvenida mujer hija de Narelam. ¿Qué puedo hacer por usted?
—Oh señor Ripper. No quiero gastar mucho de su tiempo —expresó la nerviosa mujer.
Menos mal, que no me hará rezar con usted durante horas como otras personas, pensó Ripper en su interior. No quería ser desertor de Narelam, pero estar durante cinco horas rezándole a su dios ya era suficiente. Agotador en todos los sentidos.
—Solo quiero tocar sus manos para que así pueda traspasar la energía y así hacer sentir mejor a mi esposo que se encuentra enfermo en nuestra casa —explicó la mujer.
Por Narelam la de historias que inventa la gente para tener algo a lo que aferrarse, pensó Ripper dentro de su mente totalmente serio, él asintió y la mujer se acerco hasta el primer circulo de velas se agacho como para reverenciarlo quedando cerca de Ripper este extendió su mano fuera de la túnica de color amarilla y ella acaricio su mano durante unos momentos, después se retiro unos pasos rezo en voz muy baja mientras que Ripper se quedaba inmóvil con sus ojos cerrados, pensando en cómo se arrepentía con cada persona que llegaba en búsqueda de ayuda. Luego de cinco minutos aproximados, la mujer agradeció y se retiró de la casa de Ripper Gravana.
Esmeralda ingresó a la habitación abriendo las cortinas.
—Ya te puedes mover Ripper —dijo la mujer—, creo que por hoy no vendrá nadie más.
—¡Gracias a Narelam! —vociferó Ripper sacando el maquillaje de su cara, de todo lo que tenía que hacer lo más molesto era permanecer con el rostro pintado, su piel se secaba y después le costaba hasta abrir la boca para comer—. Ya estoy cansado de esto, Es. Siempre es lo mismo, las personas vienen para hacerme gastar mi tiempo.
—Las personas vienen porque confían en ti Ripper —dijo Esmeralda—, sé que no te agrada, pero, Narelam te ha dado un don para que lo uses y afortunadamente eres una buena persona. Imagina solo por un segundo si el poder hubiera caído en manos, de… —Esmeralda hizo una pausa—, no sé, el rey Baggerty. Todo sería un completo descontrol, y da gracias a que lady Gina y lady Kindre te han encontrado primero, son buenas mandatarias y han podido hacerte pasar desapercibido frente a ojos del rey.