Diario de una suicida

Capitulo 16

“Algún día tu desearas irte y yo no te detendré”

Adlihj

 

Mi cumpleaños la fecha que siempre estará marcada en mi piel no como un día hermoso al cual quiero recordar por siempre, si no como un día nublado lleno de recuerdos rotos que deseo borrar para siempre, a pesar de todo lo que me ha pasado en este tiempo ahora soy consciente de algo, yo era una guerrera pero no una fuerte si no una que prefirió dolerse por sus heridas y no avanzar se quedó estancada sufriendo no aprendió de sus errores o de las heridas solo se quejó, dejo que los demás avanzaran y la usaran como un escudo para cumplir sus metas, jamás dijo no o se buscó una solución era y soy una guerrera que fue a la batalla con tantas armas, pero perdió cada una de ellas por no aprender.

-Ese hombre ¿era tu tío? - parados frente a la gran casa mirando las grandes puertas que la protegen ambos confundidos y con miles de preguntas sin responder

-Él era un monstruo al que le tenía tanto- me regresa a mirar, lo sé porque siento su mirada, yo sigo mirando las puertas negras, las imágenes de la tarde me tienen aún desconcertada y la actitud de Leo conmigo antes de todo aún me parece rara.

 Saber que la bronca y coraje que mis padres me han tenido hasta el día de hoy tiene un ¿por qué? de manera extraña me consuela, pero también saber por qué mi madre me aborrece y a mi padre también me causa un gran nudo en el estómago.

-Sé que tienes que decirme algo- ahora yo regreso a mirarlo- tomate tu tiempo y dímelo- baja su mirada y abre la pequeña puerta- entremos hace frío- sin decir nada me acerco a él y entramos, mi estómago está totalmente vacío y me arrepiento de la decisión que tome en la mañana, aunque hasta ahora no tengo ganas de comer nada, me siento atrapada pero libre es raro un peso se fue y otro menos pesado, pero igual de irónico se puso en su lugar.

-Señores buenas noches- la ama de llaves nos recibe en la puerta- el joven Alejandro y la señorita Leyna los esperan en la sala llegaron hace una hora- me desconcierta la visita de dos personas que no conozco ¿los conocerá Leo?, aun mojados y con tierra en la ropa nos miramos los dos, estamos empapados nos vemos muy mal

-Es mi hermano y su esposa- sabía que tenía un hermano, pero no le tome gran importancia- debemos subir a cambiarnos tu llévalos a la mesa y diles que bajamos de inmediato- nos escabullimos silenciosamente por la sala para que los invitados no nos descubran 

-Me tengo que duchar- digo bajito- tú también así que nos vemos en 10 minutos aquí- ambos corremos a nuestras habitaciones, el piso queda todo empapado por nuestros zapatos.

Me ducho muy rápido y tomo lo primero que encuentro para vestir, conocer a el hermano de Leo me tiene nerviosa, solo quiero que todo salga bien y que podamos congeniar, no me interesa ser su amiga, pero tampoco deseo convertirme en su enemiga.

10 minutos después, ambos nos encontramos en la mitad del segundo piso, arreglados él, tenia puesto un traje de color negro y yo un vestido pegado a mi cuerpo de color azul muy oscuro con un pequeño escote muy discreto, toda esta ropa no la tenía antes, ahora es esencial para mí, el cabello recogido en un moño para que así no se note que esta mojado zapatos de taco color azul pero no muy altos.

Hace unas horas estaba desecha, ahora puedo decir que todo va a pasar y que debo comenzar a vivir por mí y dejar cosas como esas que se hundan en las interminables aguas del pasado trágico. Ambos bajamos las escaleras yo tomada del brazo de el para no caer.

-Hermano- un joven alto de ojos grises al igual que Leo, de traje azul y cabello castaño muy apuesto y de gran parecido con Leo, fija su atención a en mí y no disimula para nada la forma descarada en la que recorre todo mi cuerpo recuerdo cuando conocí a Leo el hizo lo mismo- vaya- me sigue mirando- linda casa- vuelve a mirar a Leo

-Hola hermano- terminamos de bajar las escaleras- ¿por qué no están en el comedor? - detrás de Alejandro esta una muy linda chica con un vestido blanco no pegado a su cuerpo si no como en copa, su piel bronceada y sus ojos cafés de color muy oscuro, su cabello negro con rayos de color dorado, su figura delgada y bien proporcionada un rostro como el de un ángel de unos centímetros más alta que yo, pero no tanto.

-Decidimos esperarlos- se dan un abrazo y yo dudo en si acercarme o no después de su forma rara de mirarme, quise que no pasara este tipo de situaciones, pero es lo primero que pasa- mucho gusto Alejandro- se acerca a ni y toma mi mano dándole un beso sin quitarme la mirada de encima, resultándome muy incómodo, pero a nadie más parece interesarle.

-Nadia- me mantengo seria y le restó importancia a su actitud tan desagradable, ya que a todos les parece normal tal vez sean solo imaginaciones mías.

-Hola Leo- Leyna se acerca a Leo de forma amigable y le da un abrazo- que grande estas- parece una madre mirando a Leo-Tu eres Nadia- me abraza- eres tan linda es un gusto- se separa de mi- Leyna, ese es mi nombre- me guiña el ojo y de inmediato siento la buena vibra de Leyna que es una mujer encantadora y que desprende un aura muy relajada.

- ¿Qué los trae por aquí? - Leo le indica el camino a el comedor y todos lo seguimos, Leyna y yo vamos detrás de ellos, me pregunto ¿cómo es que ellos dos se casaron? y más ella como acepto a una persona tan desagradable como esta.

-Hace ya tiempo que no te veía y quise aprovechar estas vacaciones que me di- sonríe, es muy guapo bueno lo lleva en sus genes, aunque es un completo idiota - como te vas a casar muy pronto pues tenía que venir a ver a mi cuñada- me vuelve a mirar mientras se toma el contenido de la copa de vino-Nos quedaremos esta noche y mañana nos vamos a casa de nuestros padres, ellos insisten y no les puedo decir que no, además solo tengo esta semana.



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En el texto hay: miedo, angustia, muerte

Editado: 12.10.2023

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