Diario de una suicida

Capitulo 27

La siguiente narración esta extraída de parte del diario de Nadia que escribió antes de su muerte, y las acciones de los personajes son las reacciones de cada uno al enterarse de su muerte, con esto quiero decir que veremos cómo Nadia creía que sería la reacción de las personas frente a las reacciones que se dan realmente.

Día 423

Estoy sentada en mi habitación sola, acabo de leer un libro, y me he quedado sin nada que hacer, pero se me vino algo a la mente y es que cuando muera nadie llorara por mí, no soy nada importante para nadie, lo intente de mil maneras para ganar el corazón de mi padre, aunque no ha funcionado nada, aun siento que mi muerte no será de importancia para nadie y me duele. Me duele saber que las personas a las que tanto quise les deje de importar de alguna forma para siempre, me siento culpable pero también sé que es algo necesario.

-No, Nadia- lagrima tras lagrima caía del bello rostro de Leo mientras caía derrotado, no tuvo fuerza para mirar al piso donde acababa de caer su novia- Es mentira- su corazón roto y su mente dejaron ver como sentía el dolor más grande del mundo, tomo su cabeza y maldijo a todos incluso a la propia Nadia, por ser tan egoísta y dejar todo este dolor en su corazón.

Sé que tal vez nadie se enterré por días que estoy muerta dentro de esta casa.

-Señor Lauden su hija- la enfermera corrió asustada después de ver como Nadie se lanzaba del edificio a avisarle a Lauden, sabía que ella estaba muerta en el camino lo confirmo con un paramédico

- ¿Qué tiene? - la mirada fría del hombre atemorizo a la enfermera.

-Se ha tirado del piso 8- lagrimas fugaces se derramaron, pero no eran de Lauden eran de Mirta quien estaba a su lado, al escuchar la noticia su corazón se paró y dejo de latir, la culpa la consumió.

-No, eso...-su voz se cortó ver a Mirta dolida por la muerte de Nadia conmovió a la enfermera quien la ayudo a sentarse, en la silla que tenía a lado.

- ¿Está viva? - la forma de preguntar que tuvo Lauden dejo muy confundida a la enfermera- No lo está- sonrió amargamente, mientras se respondió a si mismo

-No, murió al instante aun así ya he mandado a doctores a revisar su cuerpo, pero está destrozado, la caída no dejaría que algo de ella se pudiera salvar- se sintió mal por Lauden sabía que no era fácil perder a un hijo.

-Iré a casa- Mirta tenía sus ojos llenos de lágrimas, se veía muy mal Lauden la miro de mala gana, saco su teléfono y marca el número de Lis

Mi madre no reconocerá mi nombre cuando lo mencionen, hace años que no se de ella, tal vez pregunte, ella ¿quién es? o solo diga lo siento por tu perdida, me duele pensar eso, pero nunca me ha querido, yo siempre he sido despreciada por mis padres.

-Lis- extrañamente la voz de Lauden esta algo tensa.

-Lauden ¿qué paso? - la mujer está a punto de llegar al aeropuerto para volver a Italia.

-Nadia se suicidó- sin pausas ni rodeos ha soltado tan fuerte noticia, sin rastro de empatía.

- ¿Qué? - una pequeña punzada en el corazón de Lis ha dejado la noticia- mi Nadia- su voz se quiebra y su esposo la mira preocupado, deteniendo el auto a un lado.

- ¿Estas bien? - observa a Lis preocupado por la expresión de su rostro.

-Tengo que colgar- una pequeña lagrima recorre la mejilla de Lis.

- ¿Quién era? - su mirada esta fija en Lis ella regresa su mirada dolida a su esposo.

-Mi hija- más lagrimas caen y el aire le empieza a faltar.

-No Maddie está bien- regresa a ver a su hija y vuelve a mirar a Lis.

-No Nadia, me ha dejado- pega su cabeza a su bolso mientras se quiebra algo muy dentro de ella.

- ¿Tu hija? - mira el volante y la carretera asombrada por las palabras que salieron de Lis- dijiste que era tu hermana.

-Está muerta qué más da- grita descontrolada- es injusto ella no tenía que morir, ella no merecía eso, yo la culpe de todo y me salve deje que mi hija se hundiera en el fondo.

- ¡Me mentiste! - el hombre está furioso y los niños lloran asustados después de escuchar los gritos de su padre y su madre.

La familia de mi padre sentirá como una gran carga se les va, sonreirán y por fin serán felices, yo no les estorbare nunca más, aunque siempre quise ser parte de su familia ellos me aborrecieron.

-Madre ¿qué tienes? - Andrea ve a su madre pálida y con ojos rojos - ¿qué paso?

-Nadia- logra articular

- ¿Que te ha hecho Nadia? - suena furiosa ama su madre con su vida y a Nadia no la tolera, si le ha hecho algo a su madre la hará pagar

-Nadia se ha suicidado- pestañea un par de veces mientras baja las escaleras.

-Mamá Nadia- se tapa la boca y su sorpresa la invade con cierta culpa- ¿Dónde?

-Se ha tirado desde el 8 piso y ha caído a la acera, pero no lo he visto, salí por la puerta de emergencias, no me sentía capaz de soportar algo así, no lo podía ver- se toma la cabeza- me siento culpable- esboza y se sienta en la pequeña silla de la sala.

-Mamá- abraza a su madre y no puede, no llorar, se siente culpable al igual que su madre.

Yo estaré por fin lejos de ellos y seré feliz, ya no me sentiré sola y encontrare la paz que necesito, tengo mucho miedo, pero sé que es necesario para mi es algo que necesito, tengo miedo, pero no tengo salida, ahora mismo no la tengo las injusticias que viví todo este tiempo ya no serán un problema para mí, solas se enmendarán.

-Señor Lauden su hija ya recogieron su cuerpo- los hombres altos de traje blanco iban detrás de Lauden viendo como el no mostraba expresión por lo que acababa de pasar- lo llevaron a la morgue debe ir

-¿Dónde está el joven Ladino?- una mujer pequeña de avanzada edad detiene a Lauden

-No lo sé, ¿por qué debería saberlo?

-Señor sus padres los buscan están asustados han escuchado de la muerte de su hija- algo dentro de Lauden se cae, pero no concretamente por la muerte de su hija.



#7676 en Thriller
#4314 en Misterio
#18496 en Otros

En el texto hay: miedo, angustia, muerte

Editado: 12.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.