La policía de Kavardachi arrivó a donde estaba una escena del crimen. Llegaron a un lugar donde se rentaban habitaciones pues una señora había reportado que alguien estaba muerto dentro de una de ellas.
La visión era grotesca, sesos pegados en las paredes que era de un color amarillo pálido y eso combinado con la sangre daban un toque espeluznante al lugar que de por sí no era nada bonito.
El cuerpo que yacía tendido en el piso tenía la cara desfigurada al parecer la bala le había entrado por la boca y salió por el cráneo. Una escopeta estaba caída del lado izquierdo y una pequeña maleta con algunas pertenencias descansaba sobre la cama en ella venían pistolas, sogas, un par de botas, un pasamontañas y un poco de dinero en efectivo.
Metieron todo en bolsas de pruebas para llevarlas a inspeccionar, examinaron todo el lugar en busca de huellas, luz ultravioleta, cotonotes con químico especial y no había nada, solo un hombre con la cara destrozada por un cañón de escopeta en un inminente acto de suicidio.
Todos estaban seguros que era el hombre conocido como "el asesino de la navidad" pues él mismo fue quien horas antes había enviado una nota de suicidio al departamento de policía de Midgard Valley y en cuanto la recibieron, de manera expedita salieron al poblado de Kavardachi para por fin capturar al hombre que por años tormento a varias ciudades.
Los oficiales cubrieron el cuerpo con una manta blanca y recogieron pruebas de ADN como la sangre, lo subieron a una camioneta y se lo llevaron a la morgue.
- Señora. ¿Este hombre fue quién entró a esta habitación? - preguntó un detective enseñando una foto a la mujer que rentaba las habitaciones
- Sí, si fue él. Estoy segura que si. Fue hace poco que aún lo tengo fresco en mi mente.
- Señora como es posible que no lo conozca. Salió su cara en todos los canales del país. Es un asesino en serie.
- Ay detective, yo no veo tele. Solo vivo de rentar estos cuartos y poco más.
- Está bien, gracias por su ayuda. Es de suma importancia.
Todos los que ahí estaban se marcharon en las camionetas blindadas y carros de policía a las oficinas centrales para solo corroborar la noticia que más feliz tenía al departamento.
72 horas después en el centro policíaco de Midgard Valley mientras todo era felicidad y risas porque habían atrapado al más buscado. Todos voltearon la mirada a un joven que pasó corriendo con un papel en la mano y entraba a la oficina del jefe para darle una impactante noticia.
- Cómo usted puede ver señor no hay semejanzas.
- No, ¡eso no puede ser posible! ¿Hiciste bien las malditas pruebas? - el jefe del departamento, llamado Román, azotaba una hoja contra su escritorio.
- Señor, ya van dos veces que lo hacemos y arroja el mismo resultado. Aquí puede ver el otro. - un joven de lentes le entregaba una hoja membretada con algo escrito en ella.
Román veía con ojos desorbitados ambas hojas, su mirada paseaba de una a otra, con mirada de incredulidad.
- Señor sabe que este resultado tiene un cien por ciento de efectividad, no puede fallar.
- Sí, lo sé por eso estoy atónito, esto es increíble.
Las dos hojas eran unas pruebas de ADN hechas del cuerpo que días antes encontraron en la ciudad de Kavardachi, en ellas decían que el nombre del sujeto que estaba en la habitación era Abraham McKenzie y no Matías Howard
- Ese hijo de puta nos tendió una trampa, no se suicidó, se escapó.
Editado: 09.12.2024