Hoy es nochebuena, hoy los niños esperan con mucha ilusión a Santa Claus, pues durante todo el año se portaron bien (o dentro de lo que cabe bien para ellos) para poder recibir todos esos regalos que pidieron. Que ironía, si tan solo supieran que en realidad Santa Claus, Rodolfo, los duendes y todo eso no existe; que todo es un invento más de los padres, así como el hada de los dientes, el señor del costal, el ángel de la guarda, etc... Seguramente todos los niños odiarían a sus padres.
Y ustedes se preguntarán (si es que alguna vez hay un ustedes) ¿Por qué tanto odio a la navidad? La respuesta es sencilla, ¡NO TENGO FAMILIA! ¿Está claro? Soy una persona solitaria, y no es que sea feo. Soy un hombre alto, cuerpo delgado, ojos de color verde, con una barba espesa y sobre todo las canas ya están haciendo estragos en mis patillas. Suelo ser antipático y antisocial. En mi cumpleaños lo único que hago es dormir, comer, y no más. Ahí en mi trabajo no me festejan tampoco, todos los días se han vuelto normales para mí, no hay que festejar, no hay con quién festejar, no hay nada por lo cual alegrarse, simplemente es un día común y corriente que debería ser así para todos, pues los cumpleaños no tienen ningún sentido. Y así me siento mejor he hecho una catarsis en mi vida y creo que ahora me encuentro tranquilo.
Verán, este día está lleno de hipocresía. Gente que sólo tiene sonrisas falsas, gente que en todo el año nunca se vio y siempre hablo mierda el uno del otro y hoy se abrazan y se desean lo mejor cuándo en realidad no les importa en lo absoluto, no digo que todo mundo sea así, claro que hay algunos que si extrañaban ver a aus familiares; pero seamos honestos ¿Cuantos de esos hay este día? Hoy con esa famosa "magia de la navidad" se quieren, pero ¿Por qué solo en estas fechas se demuestran amor? ¿No se supone que debe ser así durante todo el año o por lo menos gran parte de el? Eso no lo entiende la gente y me enferma.
Les contaré algo. Yo amaba la navidad. Me gustaba mucho esperar con ansia a Santa Claus mientras, desde mi cuarto, escuchaba como caían las gotas de agua nieve sobre la ventana, ahí en Midgard Valley siempre neva en esas épocas. Las temperaturas son muy frías, llegando a alcanzar los grados bajo 0.
Recuerdo la ilusión que me provocaba enfundarme en mi pijama navideña (era con un santa en el trineo con todos sus renos y era de un color rojo brillante), siempre cenaba galletas con leche y el resto lo dejaba en la mesa para que Santa pudiera comerlos cuando llegara y viera que era un buen niño. Me acostaba a las 8:00pm pero no podía conciliar el sueño por la emoción, abrazaba a mi peluche de Teddy bear en el regazo, escuchaba cualquier ruido por mínimo que fuera y creía que ya había llegado él pero obviamente no era así, al final me dormía sin darme cuenta.
A la mañana siguiente cuando los primeros rayos del sol se colaban por la ventana y me daban directo en el rostro me despertaba e iba corriendo a la habitación de mis padres, abría la puerta sin tocar y brincaba en su cama gritando:
- ¡Llego Santa Claus!, ¡Vamos despierten!
Siempre despertaba primero mi mamá y decía:
- Calma Mati ya vamos, tal vez nos trajeron regalos a papá y a mí, ¿no cariño?
- Así es cielo, vamos Mati que es tradición familiar abrir juntos los regalos.
Como sabrán al ser hijo único en 1974 conseguía todos o casi todos los regalos que quería. Ese día que les estoy narrando en específico me trajeron una bicicleta Fiorenza que tanto quería. Un simón dice, carritos de bombero y policía de plástico, etc. Pero lo más preciado de aquél 25 de diciembre de 1974 fue un disco de vinil de mi banda favorita Queen. El disco que les comento era "Sheer Heart Attack" (desde pequeño he sido un ferviente fan del rock). En mi rostro se dibujó una sonrisa y todo el año siguiente estuve reproduciendo el disco una y otra vez ¿Han sentido esa sensación de tener lo más preciado del mundo en sus manos? Así me sentí al tener eso. Aún conservo el disco, lo tengo en una repisa en mi habitación. Hoy en día los discos de Vinil valen mucho dinero pero claramente jamás voy a venderlo.
Ahora lo saben no siempre fui la persona fría y dura que soy hoy en día. Tenía ilusiones, esperanza, amor por el prójimo. Pero todo cambio cuando yo tenía 11 años y mataron a sangre fría a mis padres.
Un desgraciado se metió a nuestra casa en aquél entonces mientras todos dormíamos. Eran vísperas navideñas de 1979. Vendría mi familia a casa y pasaríamos una noche increíble pero nada de eso ocurrió, al contrario. El asesino, a quien por cierto ya no le guardo rencor, logró entrar porque mi papá olvidó cerrar la puerta con llave. Se instaló en la sala y empezó a robar cosas que encontraba, como lo eran: Ceniceros, muñecas de porcelana, joyas y todo lo que eran cosas de valor. Cabe mencionar que esto lo supe gracias a los reportes que dijeron los policías cuando investigaron la escena del crimen.
Subió al segundo piso donde se encontraban las habitaciones. Primero abrió la habitación de huéspedes y al no encontrar nada se dirigió al cuarto de mis padres. Ellos dormían plácidamente y mi mamá abrió los ojos, esa mujer siempre tuvo el sueño muy ligero, el asesino por el pánico le dio un disparo en el brazo, cosa que no mató a mi mamá pero si la debilitó, al parecer cayó al suelo y solo gemía, a lo lejos yo escuchaba cuando mamá decía en voz baja:
- ¿Que es lo que quieres? !No tenemos nada que darte! ¡Somos una familia humilde!
Editado: 09.12.2024