Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 15: Desastre Inminente*

Kalium, Metalion

- ¿Quién eres y que hacías escondida entre los árboles? -preguntó directamente el general.

Al quedarse callada los guardias apuntaron aún más con sus lanzas la garganta de Leari, y esta ni siquiera se sintió intimidada.

-No tengo porque responderle.

- ¿A caso pequeña campesina sabes con quien tratas? -preguntó entre dientes-. Estas en la presencia del gran general de Flunork y de su alteza el regente.

Leari miro indiferente al regente y luego lo miro a él y solo se encogió de hombros.

-Sigo sin saber quiénes son ustedes.

Eso hizo enfurecer al general lo cual causo una sonrisa en el rostro de Leari, Clark solo miraba como ella se regocijaba al hacer enojar a uno de sus más crueles generales, no sabía si era estúpida o valiente.

-Creo que te voy a tener que refrescar la memoria.

Le hizo una seña a los guardias para que levantaran a Leari, dos guardias la agarraron bruscamente cada uno de ellos de un brazo y la pusieron enfrente del general. Miro con tranquilidad al general en sus ojos no mostraba algún signo de miedo lo cual admiro este.

-Acércate más a lo mejor me reconoces.

Al resignarse Leari acercarse a su cara un guardia agarró bruscamente su cara y la acercó al rostro del general.

- ¿Me reconoces ahora?

Con toda la tranquilidad del mundo Leari le respondió:

-Si soy honesta sigo sin saber quién es usted.

Soltó una pequeña risita el general y se dio la media vuelta fingiendo irse cuando se volteó rápidamente y abofeteo a Leari con tanta brusquedad que se hubiera caído sino fuera por el agarre fuerte de los guardias. Sintió como su mejilla se enrojecía y se marcaba su mano, en otro momento le hubiera doblado las manos a los guardias y encajado su daga en la garganta del general. Entonces sería arrestada y estaría condenando a todo su pueblo porque entonces buscarían por cada centímetro de Metalion para hallar los templos escondidos y es algo que Leari no permitiría.

- ¿Sigues sin recordarme? -preguntó sarcástico.

Leari le sonrió como respuesta y justamente cuando el general estaba dispuesto a volver a golpearla cuando la voz de Clark lo detuvo:

-Basta Erick -exclamo calmado-. Estas tratando con una señorita y ante todo una hija de Nixer merece respeto.

- ¿Entonces porque no sabe quiénes son sus autoridades? -preguntó molesto-.

-Usted mismo lo ha dicho soy solo una simple campesina -respondió inocentemente-. Aquí las noticias no llegan tan rápido como en la capital menos si te encuentras en una zona rural.

El general no pareció creerse su respuesta, pero tampoco la negó. Asintió no tan convencido de sus palabras y ordenó que sus guardias la soltaron, estos lo hicieron sin dudar y se sobo sus brazos por el agarre tan fuerte de ellos.

- ¿Es así como suele tratar a las señoritas general? -ironizó Leari-. Eso no dice nada bueno de usted.

-Solo a las mentirosas.

-Pero si yo ni he mentido -dijo inocentemente-. Solo he dicho que no lo reconocía y me empezó a golpear.

El general suspiro agitado tratando de calmarse.

-Perdone señorita si mi actitud no fue la correcta -dijo sin remordimientos-. Y ahora que sabe quiénes somos ¿No nos piensa hacer una reverencia?

-Oh claro.

Les hizo una reverencia a cada uno de ellos y luego miro divertida al general.

- ¿Eso está bien? -pregunto burlona.

-A decir verdad, no -dijo seriamente-. De rodillas.

Leari se maldijo por no saber callarse cuando lo necesitaba. Se quedo inmuta sin hacer nada lo que ocasiono que se enojara aún más el general.

- ¡Dije de rodillas!

Los guardias le golpearon su pantorrilla haciendo que se arrodillara ante ellos dos.

- ¡Y yo dije que basta! -dijo Clark molesto-. ¿A caso no obedeces las órdenes de tu superior?

Inclinó la cabeza respetuosamente ante él.

-Mi regente perdoné, pero pensé que tenía que enseñarle modales a esta…

-Eso lo decido yo -dijo tajante-. Mejor piensa dos veces antes de actuar quieres Erick.

Asintió a regañadientes y no dijo nada. Clark se acercó hasta Leari y le tendió la mano para ayudarla a levantarse, esta no supo si aceptar su ayuda, pero al ver sus ojos supo que lo hacía de buen corazón, aceptó su mano ayudándola a pararse del suelo.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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