Selenio, Metalion
Estaba enfrente de su puerta hace media hora y todavía no sabía si tocar a su puerta o irse como si no hubiera nunca estado. ¿Pensaría que era muy empalagosa? ¿Tal vez le es una molestia, pero es amable con ella por ser hija del hechicero? No lo creía ayer estaban solos en la azotea pudo haber sido grosera con ella si lo hubiera querido, pero había sido todo lo contrario. ¿Cómo reaccionaría al verla? ¿Se molestaría o le agradaría? Tenía tantas preguntas y se sentía nerviosa, era la primera persona que sabía acerca de su poder y no se asustaba como cualquier otro en el templo.
Se alistó su vestido de color beige asegurándose de que estuviera perfecto, había elegido ese día ponerse un vestido de escote cuadrado con estampado de flores, sin mangas y con un moño enfrente de la cintura. Su cabello lo traía suelto perfectamente cepillado sin ningún cabello salido de su lugar con una diadema de color beige. Estaba a punto de tocar su puerta cuando se volvió a detener y se maldijo mil veces por ser tan insegura. De repente apareció Zuky y le dio un pequeño empujón para animarla a que tocará su puerta.
-Zuky -le reprendió-. Nos van a descubrir.
El lobo le miro con ojos amables y la volvió a empujar para que tocará de una buena vez.
-Tu ganas -dijo de mala gana-. Pero si quedó en ridículo será tu culpa.
A Zuky pareció no importarle y se mostraba ansioso por Celine, estaba vez estaba decidida a tocar su puerta cuando escuchó las risas de Tarian provenir de adentro de su habitación. Sintió como su corazón se apachurraba al saber que seguramente su hermana había llamado la atención de Izan. Si entraba sólo quedaría como una estúpida delante de ellos, miro a Zuky desilusionada y este parecía también desilusionado.
-Bueno creo que tendré más tiempo para ti -dijo derrotada, sonrió dulcemente a su lobo-. Vamos a fuera el clima está agradable -se quedó pensativa unos segundos-. ¿Qué tal si hacemos una carreras?
No tuvo que decir mucho cuando vio correr a Zuky delante de ella, Celine se recogió la faldas de su vestido y comenzó a correr detrás de él.
Izan le dolía las mejillas de sonreír tanto dada a la inesperada visita de Tarian a su habitación, se sentía decepcionado pues no era la hermana que esperaba que lo viniera a visitar, tuvo que disimular su cara de desilusión cuando vio a Tarian cruzar el umbral de su puerta. A veces Tarian llegaba a ser tan fastidiosa cuando se lo proponía que cuando creía que le caía bien pasaba a ser todo lo contrario. Le había rogado con la mirada a Annia que no lo dejará sólo y esta lo único que hizo fue encogerse de hombros para después dejarlo a solas con Tarian.
Llevaba una hora dentro de su habitación pidiendo que le contará acerca de cómo era el paisaje de Niobio y ella hizo lo mismo con su ciudad natal, no le había contado nada nuevo de lo que ya le había relatado Celine ayer, pero no le dijo nada para no herir sus sentimientos, aunque ahora estaba dudando si fue la decisión correcta. Fingió prestarle atención a sus palabras mientras miraba aburrido por la ventana, cuando observó a Zuky correr y detrás de él corría Celine intentado alcanzarlo mientras reía melodiosamente. De repente apareció detrás de ella Sidney que saltó sobre ella haciendo que las dos se cayeran al suelo mientras se reían. Zuky daba vueltas divertido alrededor de ellas, luego las dos se levantaron y volvieron a correr.
-Izan me estas escuchando -se quejó Tarian-. Parece que estas aburrido de mi si quieres puedo irme.
-Claro que no -mintió-. Solo que estar encerrado en estas cuatro paredes aburre a cualquiera ¿No crees?
Esa repuesta pareció satisfacerla porque sonrió de oreja a oreja mientras le daba un sorbo a su taza de té.
-Concuerdo contigo mi querido Izan -Tarian le dio la razón-. Es tan aburrido estar en este templo no sabes cómo llegó a sentirme.
-Me imagino querida -dijo cortes-. ¿Qué haces para divertirte?
-Montó a caballo para distraerme y de paso tomar aire fresco, aunque es aburrido cuando siempre ves lo mismo -dijo aburrida-. Nunca hay nada nuevo en este lugar… más que tú.
Izan casi se atragantó cuando estaba tomando el té, Tarian le lanzó una mirada intensamente que lo hizo sentirse incómodo, su única respuesta fue sonreírle cortésmente como siempre hacía cuando no sabía que responder.
- ¿Y tus hermanas que hacen para no aburrirse? -preguntó, tratando de desviar el tema-.
Tarian soltó un resoplido fastidiada como si esa pregunta le causará dolor de cabeza de solo pensarlo.
Editado: 26.04.2020