Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 30*: Baile Apasionante

Texas, Estados Unidos

Después de una hora sintió como su cabeza daba vueltas por toda la mansión, nunca se había sentido en su vida tan liberada y tan confundida al mismo tiempo, veía que Henry sentía lo mismo que ella porque no paraba de hablar acerca de su hogar y había varias veces en la que dos estallaron en carcajadas. Probablemente los dos estaban borrachos, pero eso no les importaba sino disfrutar el momento que estaban viviendo. Estaban los dos sentados en un sofá, Regina sentada en el regazo de Henry haciéndole caricias en su rostro mientras este enrollaba un mechón de su cabello en su dedo. Había veces en las que los dos tenían que gritarse para escucharse u otras veces se susurraban al oído. Otras veces estaban demasiado cerca del uno del otro que sentía el aliento de alcohol de Henry sobre el suyo, al estar tan cerca de su rostro no podía evitar perderse en el color de sus ojos, ese ámbar que le fascinaba tanto, se acercó más a su cara para observar más de cerca sus ojos cuando se fijó que tenía una cicatriz que le partía la mitad la ceja.

Sin poder evitarlo toco su ceja suavemente sintiendo su cicatriz, por la cara que puso Henry pudo saber que aquella acaricia le había gustado. Quiso preguntarle cómo se había hecho esa cicatriz cuando escucho que comenzó la canción ni tu ni yo de Jennifer López y gente de zona. Rápidamente se paró del regazo de Henry y comenzó a jalarlo para intentar que se parará para poder bailar, ya que no podía ni quería hacerlo sola, ahora se atrevía a hacer eso al sentir el efecto del alcohol en su sangre porque de estar sobria no se atrevería a bailar con Henry.

-Anda vamos a bailar -le rogó, jalándolo de la mano para que se parara, pero este ponía todo su peso para impedírselo-. No quiero bailar sola.

-Tu seguramente puedes bailar sola.

-Pero no quiero.

-Yo tampoco -replico-. No estoy tan borracho como para hacerlo.

Le tendió otra bebida con ese brillo inusual que se habían estado bebiendo durante toda la noche y que tenía el efecto de hacer menos amargado a Henry, para que se la bebiera.

-Creo que nos están drogando.

-Anda te hace más divertido -le convenció, volvió a darle un trago a la bebida acabándosela de un solo sorbo.

-La respuesta sigue siendo no.

Al escuchar la letra “el amor es así controlador es dictador” comenzó a mover sus caderas, sus piernas y manos en los ocho tiempos de la salsa, dio una vuelta en su propio eje y siguió bailando.

- ¿Sabes que tengo sangre latina por parte de mi abuela? -comentó, sin dejar de bailar enfrente de él-. Soy de ascendencia mexicana.

Le tendió la mano y este la aceptó de mala gana, le dio una vuelta en su propio eje y lo acercó bailando hacia la pista improvisada donde ya se encontraban otras parejas amontonadas bailando al ritmo de la salda.

-No se bailar salsa -repuso Henry.

-Tu solo déjate guiar por mí- dijo coquetamente, se pusieron en una de las esquinas del pista donde no había tanta gente, puso enfrente de ella a Henry-. Cuando yo mueva mi pierna derecha hacia atrás tú mueves tu pierna izquierda hacia adelante, si yo lo muevo adelante tu hacia atrás. Al mismo tiempo que te mueves al ritmo de la canción -puso su mano sobre la de él-. Ahora.

Henry hizo lo que le había indicado Regina: dio un paso hacia adelante mientras que esta daba un paso hacia atrás, luego dio un paso hacia adelante y luego el uno hacia atrás, todo sin soltarse de las manos. Repitieron ese paso como cinco veces, tratando de que Henry agarrara el ritmo de la salsa.

-Ahora dame una vuelta a la derecha completa y luego una a la izquierda -le susurro.

Le dio una vuelta rápidamente hacia la derecha y después una hacia la izquierda, Regina se soltó de su mano y se giró pegando su trasero al cuerpo de Henry dándole la espalda. Movió sus caderas sensualmente meneándolas de un lado a otro, sintiendo como las manos de Henry se deslizaban de su cadera subiendo hasta su vientre, ahí mantuvo su mano sintiendo su toque caliente en su piel desnuda, moviendo su mano al compás de las caderas de esta. Su mente estaba nublada no sabía que pensar o que hacer, solo se estaba dejando llevar por la música y sus emociones.

volvió a darse la vuelta mirando a Henry fijamente a los ojos, puso una mano sobre su hombro y puso la mano de Henry sobre su cintura, volviendo hacer los mismo pasos que la primera vez, pero esta vez estaban bailando más pegado del uno del otro. Dejo caer su espalda hacia atrás mientras extendía la mano, siendo agarrada por Henry de la cintura. Volvió acercarla hacia él, tomando de nuevo su posición inicial. Dieron los mismos bailes básicos, pero esta vez le dio una vuelta y al final Regina se separó de él dando un giro en media luna, después se enrollo a los brazos de Henry dejándose caer hacia atrás, siendo sostenida por este.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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