Selenio, Metalion
Una hora antes de la invasión de los oscuros.
Izan no había contado con que en medio del camino hacia el bosque los iba a sorprender una lluvia que hizo que la tierra a sus pies se humedeciera y les hiciera más difícil pasar con sus caballos. Veía la desesperación de Scarlett por llegar antes de que el sol se ocultara porque entonces tendría problemas para regresar al templo y tendría que pasar un infierno para llegar a su casa, agradecía de que no dijera ninguna sola palabra y se quedara en silencio. Sabía que estaban teniendo contratiempos y sus guardias trataban de seguir adelante aun cuando las herraduras de sus caballos se hundiera y les impidiera seguir avanzando, tendrían que buscar un refugio para esperar que la lluvia se calmara o los atraparía una tormenta, pero si ahora se detuvieran no llegarían a tiempo para salvar su ciudad o lo que queda.
Eso todos los sabían por eso trataban de seguir moviéndose aun al sentir las gotas frías de la lluvia en su cuerpo mojándolos por completo. Miro a su lado Annia con su mirada seria y calculadora, seguramente ahora debía de estar pensando en que otro camino pudieran tomar para llegar al bosque o estaría ideando una estrategia cuando llegaran al frescor de la batalla.
- ¿No puede crear el portal aquí? -preguntó Annia-. Sería lo mejor para nosotros ya que nos estamos entreteniendo y cansado con esta lluvia y a usted el tiempo es vital.
Scarlett aun con su cabello mojado negó varias veces como respuesta, las gotas escurrían por su rostro y no mostraba ningún signo de debilidad.
-No podemos este lugar es peligroso…
-Es un sendero que nos debe de llevar hacia adentro del bosque donde nadie pueda vernos, pero no tenemos tiempo -interrumpió secamente-. No veo el lado malo de crear el portal aquí, su bosque es el engañoso y complicado, es como un laberinto, y eso se debe para querer protegerlos del exterior. Nadie nos va a encontrar aquí.
-Tiene razón es un laberinto, pero ahí desde la cima de esa montaña siempre hay una guardia de oscuros que vigilan el bosque buscando cualquier error para que nos delatemos ante ellos -replico Scarlett, señalando aquella montaña que se veía alejada a cientos de kilómetros del bosque-. No estamos cubiertos por los frondosos árboles así que si ven actividad mágica en esta parte sabrán que nos escondemos.
-También saben que estamos por aquí -repuso Annia-. Si usted dice que nos pueden ver desde el pico de esa montaña entonces sabrán que estamos aquí.
-No me está comprendiendo -dijo frustrada-. No nos pueden ver directamente eso es obvio, pero pueden ver el rastro de magia que dejo al hacer el portal y con eso nos pueden rastrear. Es como una señal de humo. Si abro el portal en el bosque, cualquier rastro de magia se dispersa por el bosque y como usted ha dicho es un laberinto difícilmente encontraran la entrada a este lugar sino lo conocen.
-Pero si lo hace en el sendero fácilmente podemos ser localizados porque solo tendrán que volar encima del lugar donde no hay nada de árboles -comprendió Izan.
-Exacto, por ese es imprescindible que lleguemos al bosque -dijo aliviada, pues al fin alguien había entendido su punto-. En cuanto lo hagamos abriré el portal hacia Niobio y todos ustedes regresaran a casa.
Estaba a punto de agradecerle Izan a Scarlett por su amabilidad cuando observó que de repente el cielo se había oscurecido cuando todavía faltaba una hora para que sol se metiera, eso solo podía significar una cosa y no era nada bueno. Miraron el cielo con asombro y confusión, la lluvia caía más fuerte, el cielo se había oscurecido completamente sin dejar rastros de la luna o de las estrellas, la única luz que había eran la de los relámpagos, fue entonces cuando vieron como unos caballeros bajaban del cielo en sus pegasos negros. Scarlett sintió como su corazón se aceleraba, miro a Annia e Izan, estos miraban con impacto como los oscuros descendían del cielo con sus espadas en las manos para invadir el templo.
- ¿Pero qué mierda…? -preguntó Annia impactada-. ¿Cómo pudieron encontrarlos?
-No lo sé -susurro conmocionada, mirando como había decenas de oscuros descendiendo-. Se supone que este es el lugar más seguro de todo Metalion, tenemos campos antirrastreo y antimagia que nos protegen.
-Pues parece que eso no funciono -comentó Annia-. Como ya no corremos riesgo de que nos encuentren porque ya lo hicieron deberías abrirnos el portal para ir a nuestra propia batalla.
Scarlett la miro incrédula y después miro a Izan esperando una respuesta.
- ¿Piensan dejarnos después de todo lo que hicimos por ustedes? -preguntó con reproche.
-No hicieron nada más que darnos comida y hospedarnos por un mes o hasta menos -respondió fría, miro a Izan esperando una respuesta de él también-. Nuestra gente está en problemas y aguardan nuestra llegada.
Editado: 26.04.2020