Me pregunto cuántas veces has roto mi corazón. No puedo recordar todas esas noches en las que comenzaba a notar como todo lo que construimos se iba cayendo a pedazos, ni aquellos momentos en los que soñé que te perdía.
Me gustaría abrazarte una vez más. Escuchar tu voz una vez más. Tal vez así sería más sencillo no pensarte. Quince veces serán suficientes y tal vez así me pueda despedir.