Si todos se ríen es porque seguro ya llegó diciembre.
- De 7 años.
Esta serie de reflexiones nacieron cuando cumplí 16 años el día 28 de octubre de 1982, por ese entonces había acabado el campeonato mundial de fútbol en Uruguay, y poco tiempo en Argentina iniciado una revuelta debido a la guerra de las malvinas, eran tiempos duros, en esos días preferí escribirle a mi mejor amigo para desahogarme y no hallé otro mejor motivo que escribirle sobre lo que mi existencialismo llevaba pintándole a mis preocupaciones cotidianas últimamente, y un día sin pensarlo me hallé derramando con confundida alegría estas líneas caóticas. No les mentiré, odio a las personas y las amo porque yo soy una de ellas, pero sobre todo porque no hallo otra razón para no seguir igual que siempre.
Jueves 17 de Diciembre
11:14 pm
Al fin estamos a vísperas de navidad en esta metrópoli, sólo es cuestión de unos días, una semana exactamente, y podré ver con mis espaldas la felicidad de mi clase por su día festivo tan importante; sin embargo les debo confesar que aunque en realidad me entusiasma la fecha me entristece que sea tan pronto, verme hecho un desperdicio de años, saber que pocos logros he concretado en este último, y sólo haberme logrado volver un vaivén de estrechos incumplimientos. Pero detengámosno un momento, no les seré pesimista, pues en este año me aconteció vicisitudes más relacionadas con el amor que de cualquier otra área, y de alguna manera ridiculamente tóxica agradezco que sea esta y no otros, los motivos de mi sufrimiento actual, sobretodo porque me ha dirigido a la decisión demandante de extinguirme ya, sí, morir, renunciar a mi existencia irrisoria; idea que lo he llevado barajeando no sabría si toda mi vida, pero sí cómo nunca en estos últimos meses tan horriblemente letargados; y sobre todo hoy se me hizo más clara la vil idea. Hace menos de una hora me encontraba almorzando en el restaurant de la calle cortafuegos cuando en medio de una ardiente conversación detrás de la ventana la mirada de un penoso vagabundo apareció, parecía buscar con su mirada perdida hacia aquí cualquier indicio de sospecha que le afirmara que en este día recibiría tal vez algo de comida. Miraba a los comensales de nuestro alrededor por si quizá alguno de ellos le sería su mano auxiliadora, hasta que su mirada reposó en nuestra mesa, no sé porqué mierda voltee y le miré y allí estaba con la barba crecida en vellos oxidados por el sol, coqueto entre la pena y la risa demencial, y con todo ello espeso de mucha familiaridad, tal vez era yo, pues yo soy uno como él, un vagabundo que solicita comida, con la diferencia de que mi alimento no es comestible físico que satisfaga el estómago, sino sentido directo que divaga en el ser. Es en mí, el hambre de un algo que me sobrepasa y me llega en fugacidades pasadas mis peores crisis, y es esto lo que otros temen y del cual huyen, para mí lo único que me colma en plenitud, y esto precisamente lo que me falta...
15:19 pm
Ya será un mes desde que tuve mi último conflicto y aún siento que no lo digiero del todo, no sé si es porque haya rechazado del todo el sufrimiento que me pesaría o porque no me es enviado aún el mensaje ultimátum de sabiduría que tanto espero. Como es todo esto, que no me deja pegar los
ojos en toda la noche, y representa el más gigante de los pavores nocturnos que alguna vez pude haber experimentado. Quisiera tanto acallar estas voces que apalman mi mente en direcciones múltiples, no sé por dónde ir, tantas cosas que me interesan y a su vez me limitan a no moverme, tanto en mí que siento a veces explotar y otras veces sólo verme como un triste miserable genio a quien nadie escucha, no, porque no hay nadie quien realmente me entienda allá fuera ( de mi habitación o el departamento) sino porque verdaderamente no hablo, sí soy de los que callan, y esto es por temor a la crítica y a la destrucción por la crítica, lo que me ha hecho inmóvil y seco, porque el agua de mi fuente regresa a mí en forma de culpa, de karma que pide la paga de su desperdicio y es que no sé, y es que sólo pido a alguien quien me impulse, quien dirija mi potencial, un maestro, uno solo, o una compañía siquiera y podré yo vencer mis temores al rechazo, y podré darle al mundo los secretos de la riqueza que traje en mis entrañas y que ha ido madurando solo para mí.
19:03 pm
Recreo mis pensamientos en la sazón de la noche, bajo la garua que me acomete buscarme refugio, y que sólo hallo en mis cómodos sillones como la noche que me antecedió, estas tan mías, se han ido marcando de mi huella corporal y el olor de mi desenfreno de loco, cuando considero haber terminado una prueba me sucede otra y con ella el galardón siempre oculto durante el camino, mientras los retos existan para mí poseo motivos para
vivir y con esto me basto y me colmo.. camino con la dirección de los que buscan el rastro de sus huellas que aún no ha pisado su calzado, me regodeo de la sonrisa inquieta de los niños de la plaza de aquí, siempre ahí frente a mi ventana, aun cuando ellos ya no están, sus emociones condensadas en energía danzan alrededor de los subibajas y columpios, en
la tierra y en el árbol, y si bien esta no es la única situación para llamar a un ejemplo, es para mí el más puro y sublime de ellos, porque los niños son la esencia que me instiga por su sencillez incomprensible y admirable, como lo sencillo es admirable ¿cómo? No niego que lo complejo, lo abstracto y lo intrincado forma parte de las prioridades mi atención normalmente dispersa para no serlo más. Por ello renuncio a la razón, por un tiempo, para disponerme de mis otras facultades.
23:56 pm
¡Hay! estos yoes que no se ponen de acuerdo ¿Será que es una virtud, o una maldición todo esto? El ser muchos tiene como efecto no ser ninguno. Creo que ya hace mucho me he diluido, que entre ellos continuamente busco un rostro familiar: el mío; pero por ahora confío en ese alguien que nos une. Soy el hombre y la mujer, el niño, también el padre. El que habla, el que escucha y el que a todos vee. Soy ciudad, porque mis habitantes muchos son. Hay tanto me he exteriorizado dentro de mí. Me he multiplicado profundizándome; aunque falta más.. Ser tan frágil como para quebrarse y fuerte como para unirse.
Por ahora, escucharé el silencio morir del día, esto me tranquiliza.