Dieties.

Capítulo 2.

Varios años atrás... 

-¿Papá?- llamó el pequeño pálido y con cabello azabaches -¿Dónde está mamá?-  

-Tenemos que hablar Balis- contestó Hades a su hijo -Eres un niño grande, fuerte y muy valiente ¿lo sabes?- mencionó y vio al pequeño asentir, a pesar de la frialdad que habitaba en su corazón Hades amaban con el amor más sincero y puro a su pequeño hijo. -Por eso quiero contarte una historia, una historia que ocurrió mucho antes de que tú nacieras- suspiró -Sé que después de esto tendrás muchas dudas al igual que muchas respuestas pero todo estará bien- 

-Soy un niño fuerte papá- dijo el pequeño con determinación y su padre sonrió con gracia. 

-Hace muchos años, un joven vivían tras estas paredes, era inteligente y poco amable pero tenía un gran corazón- comenzó a narrar -Obviamente era un dios al igual que yo y tus tíos pero él no le daba mucha importancia a eso, no veía a sus demás como inferiores o diferentes, siempre trató a todos por igual y por eso mismo era que visitaba el lugar de los humanos con frecuencia- 

-¿Es en serio?- preguntó el azabache mirándole con asombro -¿No lo castigaron?-  

-Antes no existían esas reglas que rigen hoy por hoy- mencionó -Tus antecesores Balis, los míos, amaban a los humanos con gran devoción; después de todo eran su creación, la obra de sus manos- mencionó con nostalgia recordando el pasado. Balis le miró y asintió en silencio. 

-Un día, aquel joven bajó al mundo de los mortales porque sentía que algo le llamaba, su pecho se encogía ante la sensación, así que siguiendo ese extraño deseo llegó a aquel solitario lago helado. Posó su mano sobre la orilla de este y vio como se derretía ante el calor de su toque, le gustaba, era algo más allá de sentirse bien, esa simple acción le llenaba de paz, alejaba aquellos pensamientos que lo catalogaban como un monstruo aunque no lo fuera. Luego de algunos minutos de jugar con el agua helada se puso de pie con disposición de marcharse hasta que un pequeño murmullo lo hizo asustarse, callendo directamente en el hielo y rompiendolo y déjame decirte que la sensación no fue muy agradable que digamos- de solo recordarlo le dió un pequeño escalofrio y su hijo rió con gracia. -Luego de unos minutos -bastante largos a mi parecer- alguien me ayudó a salir de ese lago. Cuando mi cuerpo entró otra vez en calor pude ver el rostro de la persona que me había ayudado, era una mujer... era tu madre- mencionó Hades con cuidado -Una humana que poseía incluso más belleza que Afrodita en persona pero no le digas a tu tía-  

-Mamá es sumamente hermosa aunque casi no puedo recordarla- mencionó con nostalgia. -Pero padre, aún no logro comprender ¿por qué nos ha dejado? Por que sí, después de un tiempo me di cuenta-  

-Eres tan inteligente- acarició la cabeza del pequeño mientras suspiraba -En su mayoría sucede que nunca terminamos de conocer a las personas, pequeño- mencionó Hades- 

-Ella... ¿no me amaba?- preguntó Balis jugando con el borde de su ropa. 

-Si te amara siguiera aquí- dijo Hades con dureza -Eres un niño inteligente Yoongi y no puedo mentirte- suspiró -Tu madre nunca quiso esto pero jamás la obligué, cuando las cosas parecieron salirse de sus manos solo corrió como una cobarde... dejando todo lo bueno que tenía- dijo refiriéndose al pequeño -Pero aunque ella no esté, te prometo que nunca te hará falta su afecto- 

-No la necesitamos padre- respondió el pequeño -Ella tomó su decisión y quizás sea lo mejor para todos- 

Actualmente... 

-H-hijo... por favor- clamó la mujer mientras se veía perdida en las aguas de aquel estanque -Balis, ayúdame por favor- pidió una vez más. 

-No sé quién eres mujer, ¿por qué habría de ser misericordioso contigo- habló. 

-Soy tu madre- dijo 

-Mi madre está muerta- dijo -Así como pronto lo estará usted- sonrió de lado. 

Tan pronto abandonaron las palabras mi boca, Taehyung envolvió el cuerpo de aquel detestable ser en un torbellino de agua. El sonido de sus balbuceos de agonía era lo único que resonaba en aquel abandonado estanque donde solo nosotros tres estábamos. Las arcadas violentas de la mujer que me había dado la vida cada ves eran menores ya que el aire de sus pulmones había sido reemplazado casi en su totalidad por el agua que yacía en el estanque, sus ojos me miraron con terror una última vez hasta que la vida escapó de su cuerpo. Un alma más que había arrebatado. 

-Balis..- llamó Evan con suavidad al ver la ira y satisfacción de su primo cruzar por sus ojos -¿Estás bien?- 

Balis le miró y una sonrisa surgió entre sus labios -Jamás había estado tan bien- dijo -Y esto es solo el comienzo de todo- 

-Esto será realmente divertido- sonrió el hijo de Poseidón de igual forma. -¿Qué harás con su cuer- la pregunta de Evan quedó a medias cuando en un abrir y cerrar de ojos junto a un chasquido de dedos el cuerpo inerte de la mujer ardió hasta ser consumido en su totalidad. 

-Ven, hay que buscar a los demas- le miró -La guerra ha comenzado- 




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