Diez razones para estar contigo.

Capítulo 6.

10 de Diciembre.

Sábado y el clima estaba horrendo. Había empezado a llover desde hace casi una hora y no se veía con intenciones de calmarse, lo bueno es que era de día, ya que si hubiera sido de noche y estuviera relampagueando como ahorita probablemente no hubiera podido dormir. Abrí mi computadora y me metí a Netflix, hacia frio y era el típico día en el que no querías hacer absolutamente nada. Tenía que admitir que gracias al clima había tenido una excusa para no salir, había quedado con Cecy y Jackson de ir al centro comercial, así que se podía decir que tenía bastante suerte.

Cuando mi película acabo quise ir a limpiar mi cuarto pero el timbre me interrumpió. Abrí la puerta de mala gana encontrándome con la última persona que pensé que vendría a mi casa.

-¿Qué demonios haces aquí?-Le pregunte con la cabeza ladeada. Chase no me contesto. Vi que estaba empapado de agua y me moví a un lado para dejarlo pasar. Así lo hizo.- ¿Por qué estás tan mojado?

-Había ido al supermercado cuando empezó la tormenta.-Se quitó la chaqueta gris que tenía y la dejo en el respaldo de una silla, sí que se había remojado.-Jackson me dijo que tu casa estaba cercas así que vine corriendo, prefería venir aquí que estar soportando a dos ancianas hablar.

-Qué lindo…-Rodé los ojos y fui a la cocina.- ¡¿Té o café?!

-Café por favor.

Llene la cafetera de agua y la encendí para que el agua se calentara. Saque todas las cosas que ocuparía para el café y las deje de lado para volver a la sala donde estaba Chase. Lo encontré parado al lado de una silla viendo su celular, aún seguía remojado y mi lado amable salió a la luz. Como siempre lo hacía cuando estaba con él.

-Te puedo dar ropa de mi papá.-Le dije haciendo que me mirara a mí en vez de a su celular.

-¿Te preocupas por mi Meg?-Sonrió arrogante y rodé los ojos.

-No idiota.-Tome la chaqueta que antes se había quitado y abrí la puerta de la lavandería para aventarla ahí.-Solo que estas mojando todo el piso.

-Eres tan amable.-Le sonreí con los ojos cerrados y subí al cuarto de mis padres para agarrar ropa, agarre solo unos pantalones holgados y una camiseta negra, baje de nuevo y le avente la ropa a Chase.-El baño es ese.-Le señale la puerta de enfrente y el asintió y fue a cambiarse.

En eso sonó la cafetera, y fui a verla viendo que el agua ya estaba hirviendo, la serví en dos tazas diferentes y le agregue la leche, café y azúcar. Deje las tazas en la mesa y subí rápido a mi cuarto, cerré la puerta con seguro, me quite el camisón que tenía puesto y me puse un sostén, baje de nuevo las escaleras y vi que Chase estaba sentado en el sofá tomando su café. La camiseta de mi padre le quedaba casi como una segunda piel, el pantalón no pude ver cómo le quedaba pero suponía que bien. Tome mi taza de café y me senté junto a él.

-Deje mi ropa en la lavandería.-Asentí tomando un sorbo de café.

Me levante del sillón sintiendo la mirada de Chase en mi espalda, fui a la lacena de alcohol que tenía papá y saque una botella de Whiskey, volví al sillón y abriendo la botella, serví bastante del whiskey en mi café, le pase la botella a Chase quien gustoso también se sirvió una cantidad abusiva de alcohol.

-Estaba a punto de dormirme.-Bebí de mi taza y cerré los ojos sintiendo como el líquido quemaba mi garganta.-Si no bebo seguro lo hare.

-Lamento haberte molestado.

-No te preocupes.-Me deje desparramar en el sillón y cerré los ojos sintiendo como el alcohol comenzaba a hacerme efecto, no había comido nada fuerte en todo el día, estaba segura que había sido una mala idea beber, pero no me importo.

***

 

 

 

 

 

**

 

 

*

 

Si había sido una mala idea beber. Ahora estaba en el regazo de Chase riéndome a carcajadas, no recordaba lo que había dicho pero me había dado tanta risa que había comenzado a llorar. La botella de whiskey se notaba muy vacía y los dos estábamos más que alegres. Limpie mis lágrimas con el dorso de mi mano y mire a Chase, se veía increíblemente guapo, tenía sus mejillas sonrojadas y sus ojos estaban muy dilatados. No lo pude evitar y lo bese de una manera muy torpe, roce mis labios con los suyos, daba pequeños mordiscos a su labio inferior, él tenía sus manos apretujando mi trasero meciéndome sobre su reciente erección.

-Megan…

-Follame.-Susurre sobre sus labios, lo mire a los ojos haciendo un puchero.-Por favor.




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