Difícil de admitir

39. "Tarde, no nunca"

Ha pasado un gran tiempo para extrañar con todas las garras a ese chico que hace perder mi mundo. Se fue, pero con la esperanza de que llegue en el próximo año. Recuerdo ese beso como si fuera ayer. El color hermoso de su mirada, aún ciega mi juicio. Y el amor en su tierna sonrisa, me cautiva hasta en mis recuerdos. Extraño todo: el oír de su voz y su tan sencilla forma de amarme, solo impacienta su llegada. Todo vuelve a mí como todos los días, incluso cuando conduzco para llegar a casa. Hoy salí muy temprano del trabajo así que Victoria prometió comer conmigo en casa, por la última vez que me dejó plantada. Ella, a diferencia de mí, ha tenido varios cambios. Recorrió todo el mundo, su último viaje fue con Adam a Escocia. Me prometió regalos, pero ni siquiera llegó con grano de arroz. Falsas promesas.

Me estacioné frente a la casa, a un costado del auto de Adam y me bajé del auto un poco cansada. Últimamente hemos tenido bastante trabajo en la editorial, la revista ha crecido bastante y pronto seremos independientes al diario. Caminé a la puerta principal, la abrí y de golpe me llegó el exquisito olor a hamburguesas compradas. Me acerqué a la cocina y la encontré con un delantal sobre su ropa y friendo con una espátula.

—Hola —La salude de pronto, haciendo que se sobresalte.

Se volteó enojada.

—Hola, Alison —Nombre completo, no era nada bueno. Tragué saliva—. ¿Se te olvidó algo?

Hice un poco de memoria y dejé de ver eso ojos rayos láser. Un simple aparato llegó a mi mente y joder, como no lo recordé. Toda la mañana estuve buscando mi teléfono con Robert y Abby por la oficina.

—Sí —Murmuré tímida—. ¿Tuve algunas llamadas perdidas?

Quise sonar desatendida.

—Claro que sí —Se formó una línea en sus labios—. El teléfono no dejó de sonar toda la maldita mañana, ¡Agh! No pude dormir toda la mañana. Tenía tantas ganas de aventarlo por la ventana.

Evité reír para no recibir un golpe a cambio.

—Perdón —Mentí. La verdad es que no lo lamento, es muy soñolienta—¿Y cuando llega tu novio?

Sonrió como una loca enamorada. Adam y ella, llevan un año de noviazgo y por primera vez noto lo brillantes que son sus ojos al pronunciarlo. Lo ama de verdad.

—Mañana, ¿por qué? ¿te quedarás en el departamento de Ethan? —Preguntó de pronto.

Mis mejillas tomaron un color rojo.

—No, ¿por qué? —mi sonrisa maliciosa se acrecentó—, ¿quieres tu tiempo a solas para darle amor?

—¿Y quién no? Es un dios y es solo mío —Sacó la lengua.

—Bueno, lo pensaré—Le di media sonrisa para ir a mi habitación—. Tengo hambre así que sirve, iré a cambiarme ropa.

Caminé por el pasillo y llegué a mi cuarto, encontrando el teléfono sobre la cama. Lo encendí ¡Guau! 15 llamadas del descocido, ni siquiera tantas para el escándalo de Vic. ¿De qué se trataba todo esto? Añadí el numero colocando el nombre "El desconocido". Ethan no puede ser, lo tengo registrado y además me llamó hace dos semanas. Nuestras llamadas eran lejanas, ya que el costo era altísimo.

Me cambié de ropa con rapidez, me coloqué esa camiseta gris que solo me recuerda a él y unos shorts. Estábamos en pleno otoño, pero hacía un calor infernal. Caminé de vuelta al comedor y Victoria me observaba con una ceja levantada.

—No puedo creer que ha pasado más de un año y estas con la misma camiseta —Se quejó, aunque poco me importó.

—Me gusta —Argumenté.

Negó al mover la cabeza de un extremo a otro.

—Claro que no —Me contradijo—. La utilizas porque es de Ethan.

Me encogí de hombros, ya era tarde para ocultarlo.

—Tal vez —Sonreí sin premeditarlo y recordé todos aquellos momentos únicos.

—Tal vez no es una respuesta —Me contradijo.

Suspiré con fuerza.

—No tienes idea de que significa extrañarlo —Lleve los dedos a mis labios—. Todo me recuerda a él.

Me miró detenidamente por un segundo y sus ojos se agrandaron.

—¡Un momento! ¡Se besaron! —Gritó sorprendida, pero me negué al instante—. ¡OH! No me mientas, es verdad. ¿Qué clase de prima eres, mentirosa? No me contaste nada, ¿Cuándo ocurrió?

—Bueno... yo —Alargué la palabra solo para distraerla—. En el aeropuerto antes de irse, tal vez.

—Ese chico trabaja como una tortuga, al fin ocurrió después de tanto tiempo —Achiné los ojos—. No me mires así, siempre supe que ustedes dos terminarían juntos. Te gusta.

—Enamorada de mi mejor amigo, ¡¿estás loca?! —Chillé no creyendo en esto posible.

—Eres terca —Comentó.

Yo con una sonrisa la miré.

—Si, tal vez —Reí bajito.

—Te cuesta tanto aceptar que te gusta, Ali —Me devolvió una sonrisa—. Lo quieres y lo recuerda todos los días, eso es más que gustar. Te picó el bichito del amor querida prima.

—Yo no...

—¡No sigas negándolo o te arrepentirás! —Me interrumpe, dejándome con la boca entre abierta—. Además, se tratan como novios desde que lo presentaste como tu "Amigo"

—Pero es mi mejor amigo —Me quejé.

—¿Qué tiene que ver? Ali, piensas en Ethan todos los días —Sonrojada bajé la vista—. Tan difícil de admitir que es para ti aceptarlo. Él no te lastimará como el otro idiota, no te traicionará... ¿Alguna vez te ha dañado como amigo?

—Claro que no —Arrugué las cejas y sonreí al recordarlo—. Es maravilloso conmigo. Es mejor de lo alguna vez he podido tener. No puedo dejar de pensar en él, es lo más hermoso que nunca tuve.

—Ves, te enamoraste —Dijo.

Inmediatamente me quede absorbida en mi mundo pensado en sus palabras. Después de todo este tiempo siempre fue él ¿Por qué me di cuenta tan tarde?

—Así que tuve que perderlo para saber que lo amo —Comenté triste y ella leventemente negó.

—Ali, no lo has perdido. Él no se fue, solo está lejos —Suspiró—. Si lo hubieras perdido, él estaría con otra mujer.

—¿Y sí lo está? —Chillo asustada. ¡Joder! Nunca pensé en eso.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 28.10.2021

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