—¡Se fue por ahí!
—¡Tagiru, espera!
Habían pasado ya poco más de dos años desde que los siete Héroes Legendarios se habían reunido para derrotar al terrible Quartzmon. Sin embargo, el DigiQuartz aún seguía existiendo y los Digimon Hunters pasaban ahí su tiempo libre, compitiendo entre ellos para saber quién era el mejor.
Dos chicos corrían a través de ese espacio aéreo, persiguiendo a un Unimon salvaje. Uno de ellos usaba una camiseta de color rojo. El otro chico usaba una camiseta de azul.
El chico más enérgico se adelantó un poco más que su compañero, siempre sosteniendo su Xros Loader en alto.
—¡Reload Gumdramon! ¡Chou Shinka!
Gumdramon salió del Xros Loader y de inmediato pudo alcanzar su Digievolución, transformándose así en el imponente Arresterdramon. Sin embargo, no tuvo tiempo de atacar, ya que dos disparos pasaron a pocos milímetros de sus orejas.
—¡Random Lasser!
Tagiru se dio la vuelta y vio a una chica que llevaba puesto un vestido púrpura. Ella era castaña, lucía un peinado extravagante, y sostenía su Xros Loader de color lavanda en alto.
Junto a ella se encontraba Sparrowmon.
—¡Nene! —gritó el chico que usaba la camiseta de color rojo, esbozando una cálida sonrisa.
La chica devolvió el gesto.
El disparo de Sparrowmon logró vencer a Unimon tras un par de segundos, los Datos de aquel Digimon se almacenaron de inmediato en el Xros Loader de Nene.
—Digimon, captura completa —dijo ella.
—¡Nene! —Se quejó Tagiru—. ¡Ese Unimon casi era mío!
—No tuviste oportunidad de atacarlo, así que ahora me pertenece —sonrió Nene.
—Pensé que no te atraían las Cacerías Digimon —dijo el chico aún molesto.
—Cambié de opinión hace poco —sonrió ella—. Esto me da un descanso de todo eso de ser una Idol.
—Ya te extrañaba, Nene —sonrió Taiki—. Ojalá hubiera venido Yuu con nosotros, seguramente le habría encantado verte.
—Bueno, estaré por aquí con más frecuencia. Así tendré la oportunidad de verlos —sonrió ella de nuevo.
—Nosotros tenemos que irnos por ahora —anunció Taiki.
—¿Qué? —Se exaltó Tagiru—. ¿Tan pronto?
—Tenemos que volver a la escuela —le recordó Taiki.
—No quiero hacerlo aún —se quejó Tagiru—. Nene arruinó mi cacería.
Taiki y Tagiru discutieron por un momento, hasta que terminaron por despedirse de Nene. La chica, alegre por haberse reunido con sus dos amigos, subió al lomo de Sparrowmon y comenzó a recorrer el DigiQuartz buscando más Digimon salvajes.
Al cabo de unos minutos se encontraron perdidos.
—¡Nene, mira eso! ¿Qué cosa es?
Algo había llamado la atención de Sparrowmon.
Frente a ellos se encontraba un extraño vórtice resplandeciente, semejante al que los transportaba dentro y fuera del DigiQuartz.
—Vamos a averiguarlo —dijo ella sonriente.
Sparrowmon se acercó lentamente al resplandor, más y más, hasta que pronto se vieron cegados por la luz que emanaba de él. Cuando recuperaron la visión, se dieron cuenta de que se encontraban en otro lugar semejante a una ciudad.
O, al menos, eso era lo que parecía haber sido alguna vez, pues en ese momento se encontraba parcialmente destruida.
—¿Dónde estamos, Sparrowmon? —preguntó ella.
Sin embargo, no tuvo respuesta pues en ese momento se escuchó un sonido metálico detrás de ella. Un robot de color púrpura estaba apuntándola con un objeto semejante a una ametralladora.