-Está vivo.
-¿Qué?
-Que está vivo- recalcó -Alberto está vivo. Para informarte de eso te hice venir hasta el hospital. Te estuve marcando un millón de veces y jamás me respondiste.
Pablo estaba turbado y tardó en reaccionar. Natalia lo puso al tanto de la forma en que encontró a Alberto.
-No hay duda de que Diego decía la verdad. Jorge, o al menos alguien, golpeó a su amigo con una herramienta de acero. Lo mandó a un coma.
Pablo cortó la respiración para despabilarse del asombro.
-Es increíble. ¿Se va a salvar?- Dijo al fin Pablo, rascándose la cabeza.
-Probablemente. Él está estable. Es cuestión de que despierte. En cualquier momento lo hará.
-Mañana se casa. ¿Te das cuenta, Natalia? Su novia lo ha de estar buscando como una loca, desesperada. Él ya debería estar con ella en Ciudad Victoria.
-Hay algo muy raro que debes saber-. Natalia no pudo evitar imprimir un dejo de misterio a su voz.
-¿Qué cosa?
-Estuve revisando el facebook de Alberto y el de su novia. Y encontré que ella tiene a otro hombre.
-No te entiendo.
Natalia sacó el celular de su filipina, y mientras accedía a su cuenta de facebook para desde ahí enlazar a la de Brenda, siguió explicando.
-Si tú observas el perfil de Alberto, efectivamente, se ve muy enamorado y a un paso de dar el sí en el altar a esa chica. Sin embargo, en la cuenta de ella se ve otra cosa.
-¿Otra cosa?
Natalia le puso la pantalla del celular enfrente de los ojos.
-Es ella y no tiene ninguna foto con Alberto. En cambio con este tal Edgar Aparicio se ve muy entusiasmada.
Pablo escudriñó los ojos para ver con atención la publicación.
-Y checa lo que el tipo dice en sus etiquetas.
Pablo tomó el celular de Natalia con ambas manos y leyó con atención el encabezado de la fotografía.
-Caramba. ¿Entonces, como es que Alberto hace una semana le presumía a Diego que se casaría con la mujer más maravillosa del universo?
-¿Es extraño, verdad?
-Completamente.
Pablo manipuló con sus dedos el celular de Natalia.
-No lo vas a hallar-. Advirtió Natalia. -Esa Brenda no tiene ninguna fotografía de Alberto. Y esas etiquetas del tal Edgar tienen menos de tres días.
-O sea que Alberto no las ha visto.
-Lo mas seguro es que así sea.
-Esa mujer acaba de interrumpir la boda.
-¿Tú crees? Quizás ella se enteró de las andanzas de Alberto con la tipeja de mi vecina.
-No lo sé. Pero es preciso buscar a Diego para avisarle.
-¿De modo que no lo has visto?
-No. Tampoco responde las llamadas ni ve los mensajes. Anoche fui a su casa.
-¿Y?
-Su mamá me dijo que se disgustó y se fue de la casa.
-¿Qué pasó con su mujer?
-Carmen hizo sus maletas el mismo día que salió de la delegación.
-Yo habría hecho lo mismo.
-¿También habrías peleado a golpes por un hombre?
-Pablo, ella no peleó por él. La prueba es que se fue de la casa, lo dejó. Se cansó de ser humillada y mal querida. Que el esposo de una mujer no la valore ni respete no es para menos.
-¿Entonces no le interesa Diego?
-Quizás lo que pasó en el baile fue la gota que derramó el vaso y le abrió los ojos. Ella se enfrentó a esa mujer por la rabia de sentirse humillada y tenía que descargar su coraje. No es fácil luchar todos los días en casa por sostener un matrimonio, un hogar, y un día comprobar que tus esfuerzos no rindieron frutos. Carmen fue humillada y sólo supo reaccionar con dolor. La comprendo.
-Me imagino.
-Busca a tu amigo porque cuando Alberto se recupere va a necesitar de alguien para que venga por él y lo lleve a recuperarse en casa.
-De acuerdo. Te veré cuando ya lo haya encontrado. ¿Hoy es tu última noche en este lugar, verdad?
-Si. La doctora regresa mañana de su viaje.
-Que oportuno fue que estuvieras aquí. Eres el ángel de la guarda de Alberto. Dios te puso aquí para él.
-Vaya selección de Dios para estas misiones.
-Alberto no es un mal tipo.
-¿No? Mira dónde está. Un buen hombre, que no se mete en líos de faldas, se casa con el amor de su vida y no acaba medio muerto con un agujero en la cabeza por coscolino.
-No seas tan cruel con él. Seguro la estaba pasando muy mal por el rompimiento del compromiso con su novia. No es fácil cancelar una boda a un par de días de realizarse.
-Pues ve tú a saber. No sé qué historia se teje en torno a ellos.