Dile al corazón

Capítulo 12: Amistad.

«No importa que tan cubierto estés, en algún momento tendrás que soltar todo lo que escondiste tanto tiempo con tanto empeño, ¿y sabes qué? No está mal, no mientras sepas a quién le enseñas esa parte tan bonita que has tratado de deshacerte, y que esa, esa personita que has elegido, sepa que te tiene en sus manos, como no tuvo a ninguna otra persona en ellas».

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El transcurso de la noche no se hizo pesado, ni siquiera sentí como pasaba el tiempo, ni como el sonido de las voces molestas de Zack y Naomi inundaban mis oídos, mucho menos como aquella canción que había enviado Callum, argumentando que estaba escuchándola y quería que yo lo hiciese también, me hacía sonreír cada vez que la repetía. Hace mucho que no me quedaba con los audífonos e ignoraba el mundo con tal de disfrutar la canción cuantas veces quiera, y esta, esta lo hizo hermosamente.

"I'll look after you" , no puedo creer que me haya enviado esta canción —miro una vez más el último mensaje que me envió.

El sabía muy bien que no podría contestarle después de semejante canción, que a decir verdad, me dejó pensando en tantas cosas, en como me gustaría que fuese otra persona que me la dedicara, pero que en estos momentos, se siente como si de verdad sus sentimientos estuviesen llegándome, de esa forma tan sincera, y a la vez honesta que me regala cada vez que tiene oportunidad.

«Desde ahora no serán mensajes, sino melodías, canciones que sepan como me siento, como quiero que te des cuenta de que de una u otra manera, mis sentimientos han seguido allí durante tanto tiempo, y el momento en que me rinda será una de las cosas más dolorosas porque tal vez pude hacerlo mejor, tal vez, solo tal vez te dejaría ir, pero ahora, ahora no importa lo que haga, todo me lleva a ti. Y espero que esto no te atormente mucho, no estaré invadiendo tu espacio todo el tiempo, sé que la calma, la tranquilidad, y el amor son parte de ti, no debo apresurarme cuando sé que podría perderte, cuando ya una vez lo hice, así que, disfruta de esta bella canción, que si un día decides cantarla, si un día lo haces, sé que me has dado una respuesta, y sin duda seré el hombre más feliz cuando lo hagas. Dulces sueños, querida Lulú».

Atrape mis labios con una sensación completamente distinta en mi pecho, no podía creer lo que había dicho, oh santo cielo, ¿cómo fue que hiciste a este hombre? Me di fuerte en el pecho, tratando de evitar aquel sentimiento cálido que se formaba cada vez que leía una de esas líneas, esas preciosas líneas que tenían tanta sinceridad que no me dejaron dormir en toda la noche, pensando en la letra de la canción, en su significado, y en como pudo ser la expresión de él en aquel momento que lo escribía.

¿Cómo pudiste meterte en mí con tan simples palabras? Me pregunto, que tanto poder puedes tener tú en mi vida, realmente me da curiosidad.

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—¿Están seguros de que no pasó nada anoche? Los veo... un poco molestos, ¿algo interesante sucedió cierto? —Miré a Naomi que estaba inmersa preparando el desayuno.

No me sentía mal en lo absoluto que ella decidiese hacer el desayuno, de todas formas estaba primero en la cocina no podría quitarle ese derecho. Ambos hicieron una mueca y se miraron entre sí con fiereza, fingí tener escalofríos a pesar de que estaba loca por reírme.

—Deberías enseñarle a tu amigo que es de lacras el hacer movimientos tramposos contra un jugador que únicamente estaba jugando dignamente, ah, ya recuerdo, ¿no podías hacerlo de otra manera, no es así? A pesar de todo no te enfrentaste a mí de manera justa, cobarde —voltea las tortas con prisa, sin dejar de sonreirle sarcásticamente. Este le alzó la ceja a la vez que negaba con la cabeza, medio molesto y... ¿alegre?

—Sé muy bien que no hice trampa ayer, que tú seas una mala perdedora no está a mi jurisdicción, además, de Luna aprendí todo lo que sé, ella ha sido mi maestra aunque estes decidida a no creerlo. Te agradecería que te apuraras con el desayuno, tengo entendido que ambas tienen que llegar temprano a la universidad, y yo por supuesto, quiero devorar algo de comida —sonrió radiante hacia ella.

Pero esta únicamente le propinó un golpe fuerte a la mesa para aliviar las ganas que tiene de asesinar a mi querido amigo, no hay ni siquiera que observarla detenidamente para saber que está muy cabreada en este momento, no solo por como le había hablado Zack, sino que odiaba que le ordenaran algo, lo cual es curioso, porque ella vivía de aquello.

—Sigue tentando a la suerte que verás como te va, no será tan fácil deshacerse de lo que te pienso hacer si continúas hablando, parásito andante —sacó las tortitas del sartén y me las pasó con aparente tranquilidad.

Evitando todo contacto con cierto hombre que no dejaba de mirarla con una expresión de victoria en su rostro. Yo solo me dediqué a reírme a sus espaldas, total, no me estaban prestando la mínima atención.

—Tengo el oído muy fino, sabes. Puedo escucharte aunque estés susurrando en este momento, lamento desilusionarte, pero no podrás cometer asesinato, la ley terminará atrapándote y imagino que eso no es lo que deseas, ¿o sí, Naomi? Porque no me importaría seguir fastidiándote hasta ver que tanto terminas aguantándome, nadie ha superado a Luna, en vez de yo terminar dándole dolor de cabeza a ella, ella terminó por dármelo a mí y me prometí no atormentarla tan a menudo porque sino muchas cosas malas podrían pasarme —fingió escalofríos, y suspiró al acordarse de algo en particular, yo sonreí a medias antes de dirigir una tortita a la boca—.  Me pregunto, ¿cuánto durarás tú? ¿Una hora, 20 minutos, 3? ¡Oh, ya estoy viendo como sus venas están apareciendo! Vaya, no sabía que sería tan bueno, necesito mejorarlo incluso más, tal vez reciba una paliza más a menudo después de todo.




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