«El amor puede ser muchas cosas desconocidas, pero ello hay una sola cosa que es imposible de prever: cuándo llega. No importa cuánto se trate, es simple adivinar que te enamorarás, pero no de quien, ni mucho menos el por qué lo hiciste de esa persona, solo queda amarla, entregarse, y darle todo lo que podamos darle, porque después de que pase el tiempo pueden cambiar muchas cosas, hasta tu relación con esa persona».
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—¿Me puedes explicar el porqué de esa expresión? —Atrapé su brazo antes de que fuese capaz de caminar más rápido de lo que me permitiría. No estaba molesta, pero mi expresión estaba así, contrario a lo que sentía—. Porque déjame decirte que cada una de tus acciones confunden a las personas Callum, ¿no te has dado cuenta?
—Creo que deberías de decírtelo a ti también Luna, porque no te entiendo para nada, a pesar de que te conozco desde hace tiempo —refutó con firmeza, aquello me dejó paralizada por unos cuantos segundos porque no entendía a que se refería.
—¿Yo confundiendo a la gente? No lo creo, soy bastante clara con las personas —hice un amago con la mano que hizo que la ceja de este se alzara con incredulidad. Aquello me molestó de cierta manera, porque decía la verdad—. ¿Qué? ¿Acaso es mentira?
—No lo sé, debería revisar con claridad todas las situaciones y conversaciones que he tenido contigo para verificar que lo que estás diciendo es verdad, y que yo simplemente me estoy imaginando cosas, pero sabes —sonrió de costado y me miró tan solo por unos segundos, pequeños, pero los suficientes para ver que estaba realmente molesto. Lo que no sabía si era conmigo—. Dudo mucho que, en este caso, yo esté errado. Aunque todo esto puede esperar para otro día, como siempre haces, no creo que haya una razón como para contestar una pregunta que ni tú misma estás segura, o siquiera te has dado cuenta.
Dio media vuelta y se retiró del lugar dejándome con la interrogante en mi rostro, ¿yo lo confundía? ¿Eso era a lo que se refería? Mordí mi labio distraída, y fui directo a cambiarme, sin dejar que aquellas palabras se fuesen de mi mente. El evento terminó y todo lo que podía hacer es ver en dirección de aquel pelirrojo que tenía el poder de dejarme en tal confusión y seguir pensando en las palabras crudas hacia mi persona. Me espanté cuando unos postres fueron dejados en frente a mi rostro, imposibilitando el avance de mi escrutinio. Miré hacia arriba con mala gana, aunque, de todas formas, mirándole no voy a conseguir que la respuesta llegue a mí por arte de magia.
—Me parece a mí, ¿o estás muy atenta a nuestro Callum? Esa es muy buena señal, pero por ahora tienes que comer algo, aunque sea dulce, has trabajado muy duro, y ese estómago tuyo debe estar completamente vacío, ¿no crees que regalarle un poco de dulzura funcionará? —Sonríe amablemente hacia mí, a pesar de que no tenía la menor intención de comerme algo que yo misma preparé.
—Naomi —la susodicha volteó hacia la voz, dejando de prestarme atención—. Ya recogí la mayor parte, puedes irte a casa tranquila, yo me iré ya, tengo planes para esta noche. Gracias por invitarme, lo disfruté mucho, al menos la mayor parte —fruncí el ceño cuando la última frase no la pude entender completamente. ¿Qué había dicho? Miré hacia Naomi que le daba una sonrisa comprensiva antes de ir hacia él y susurrarle algo. Yo simplemente me escabullí hacia el carro de Sean, estaba un poco incómoda por alguna razón, y no me gustaba esa sensación.
«Luna, ¿por qué estás cada vez más extraña cuando se trata de este hombre? En algún momento tuvo que encarnar en el cuerpo de Orphen, lo sé, tuvo que hacerlo o sino yo no estaría así por su causa. Pero después de todo, ¿yo lo confundía? ¿Cómo?». Esos pensamientos me mantuvieron toda la semana, hasta que una llamada entrante en el celular me desconectó del universo. Fruncí el ceño ante tal llamada desconcertante.
—¿Qué desea Sr. Albertson? Hemos ajustado todos los detalles del nuevo pedido, no se preocupe, nuestro jefe es muy eficiente a pesar de su mal carácter. Se lo garantizo —por un momento verifico que es el mismo número que me indicó Phineas, pero sí lo era, a pesar de que se estaba riendo ruidosamente por algo aparente de lo que no estaba enterada—. ¿Algo le parece gracioso, Sr. Albertson? De mi boca no han salido burlas ni nada por el estilo para que usted ría de esa manera.
—Oh perdona, no quería que se viese de esa manera, lo siento. No pude evitarlo, estás siendo tan educada cuando te conozco desde que eras una niña, pero está bien, ya me contó Callum de lo sucedido, pero eso no es el motivo de mi llamada, es algo un tanto personal, pero que te incumbe, lo que no sé es si querrás escucharlo —miré desconcertada el móvil porque no me esperaba nada de lo que estaba diciendo.
—¿Qué quiere decir? ¿Qué asunto personal? ¿Y por qué tiene que ver conmigo?
—Digamos que tengo cierta debilidad por la relación que tenían tú y mi hermano, eres un sol como cuñada, solo esperaba que dijesen de una buena vez lo que sentían para apretujarte en mi lomo y enseñarte todo lo que aprendía, pero lamentablemente el destino lo pospuso, pero aquí estás, aunque bastante experimentada, puedo enseñarte todavía más. Ya me estoy desviando de lo que te iba a decir, ciertamente hablo hasta por los codos, lo siento, como te decía, tengo cierta debilidad por la pareja que conforman tú y mi hermano, y hay algo que podría impedir eso, aunque no estoy seguro sí después de esto harás algo —dijo aquello en un tono dulzón que me pareció innecesario, pero debía admitirlo, tenía curiosidad de lo que me iba a decir.
—Déjese de rodeos y diga lo que tenga que decir, a pesar de que estoy en mi receso no es como si quisiese pasármelo hablando con usted, tengo otros hobbies que se me son impedidos por su llamada —una mentira piadosa salió por mis labios al momento de sentir el contexto de aquellas palabras que me estaba diciendo, tenía curiosidad, pero no quería que aquello me esté atormentando por toda la tarde, aunque sí lo posponía también me estaría matando la curiosidad, Dios, ¿quién me entendía? Porque ni yo lo hacía en ocasiones.