Capítulo 16| Poetas

M A R
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Escupo el jugo de algas marinas que mi padre intento preparar para el desayuno, sabe horrible y lo único comestible parecen ser las tostadas. La risa de Bianca inunda el comedor mientras que nuestro progenitor me mira disgustado, tomando un vaso de agua intento sacarme el gusto asqueroso del jugo mal hecho.

– perdón papá, pero esto sabe horrible – señalo el vaso con el líquido verde que alejo llevándolo al centro de la mesa, quedándome con las tostadas y el queso de para ponerles encima. Bianca la cual esta bebiendo un licuado de frutillas no parece tener problemas con su bebida lo cual es un alivio ya que siempre es un dilema lograr que coma el desayuno.

– intente recrear el jugo que hace tu mamá, pero parece que no lo logre – soltando una risa algo forzada mi padre levanta el vaso con el jugo verde para tirarlo por la pileta de la cocina.

– ¿Dónde está mamá? – pregunto al no verla caminando en camisón por la cocina ni escucharla cantar mientras toma un baño o mientras se arregla en su habitación. Al escuchar mi pregunta deja su desayuno para ver a nuestro progenitor que se acerca a nosotras con un vaso de jugo de naranja para mí.

– tuvo que irse temprano a la casa de los abuelos al parecer su tío Tadeus está dando problemas – asiento mi tío Tadeus desde que tengo uso de razón fue un chico problemático. Ahora dentro de la universidad no me sorprendería que siguiera con su actitud de chico rebelde con mis abuelos. Por más intimidante que mi abuelo Poseidón sea no logra surtir ningún efecto en mi tío que continua con su actitud de bromista, chico rebelde y como un auténtico dolor de cabeza para mis abuelos.

– ¿se puede saber que hizo ahora? – pregunto llevando una tostada a mi boca, mi padre revuelve su cabe soltando un suspiro desaprobatorio para luego tomar un sorbo de su café.

– dejo calva a la rectora de la universidad – la comida en mi garganta casi se va hacia donde no debería por lo que tomo un trago de jugo para sacarme la sensación fea de la garganta. – van a expulsar a tu tío de la universidad y lo único que nos queda es pedir que lo acepten en UCLA¹ – ir a la universidad donde mis padres fueron implicaba que mi tío podía ser aceptado en la fraternidad Delta Sigma Phi cosa que dudaba por la altura en la que estábamos del año. Entonces comprendo por qué mi está en casa de mis abuelos a pesar de que no es la primera vez que expulsan a mi tío de un centro educativo.

– ¿están manejando la posibilidad de que el tío Tadeus viva con nosotros o le compraran un apartamento cerca del campus? – esperaba que sea la primera opción. Vivir con mi tío implicaba además de buenas bromas alguien que me cubra cuando salía y tener la posibilidad de descifrar mejor los acertijos que recibo por parte de los dioses.

– no lo sé hija, es una decisión que además de tus abuelos debemos hablar con tu madre – guardo silencio y continúo comiendo mi desayuno hasta terminarlo. Ayudando a mi padre lavo los platos sucios del desayuno y subo con Bianca para darnos un baño y cambiarnos para que nuestro padre nos lleve.

Peino a mi hermana luego de secar su cabello coloco una diadema para apartar los cabellos de su rostro. Tiene puesta una blusa de color blanco con estampado de cabezas de Mickey Mouse en color negro y un jardinero de jean con falda recta con unas medias blancas y converses del mismo color. Simplemente se veía adorable con su atuendo.

Por mi parte opte por ponerme un jean de color azul claro ajustado a mi cintura con un cinturón de la misma tela pantalón. Una blusa roja ajustada a mi cuerpo con las mangas acampanadas a partir de mis codos. Atando mi cabello en un moño flojo me miro al espejo mientras me maquillo con algo muy sencillo para verme natural. En mis pies me pongo unas converse rojas y bajo junto con Bianca con nuestras mochilas prontas.

En la sala estaba mi padre con nuestros almuerzos en la mano y algo de dinero para ambas por si nos queríamos comprar algo en la cafetería. Sin perder más tiempo nos vamos de la casa directo al liceo que es la primer para que siempre mi madre hace ya que queda más seca que la escuela de Bianca. Ni bien bajo del auto de mi padre me despido con la mano para correr por la entrada del liceo yendo directo hacia Melione.

Mi tía está sentada en las escaleras de la entrada con su mirada concentrada en su celular y ni siquiera me escucha cuando la llamo. Ruedo los ojos al momento de tener que quitarle el aparato de sus manos para que me preste atención.

– hola zombie – saludo de manera alegre al ver las enormes ojeras que carga Mel bajo sus ojos. Como si hubiera despertado de un trance Melione sacude su cabeza antes de ponerse de pie con un rostro de dolor ante cada movimiento.

– hola rubia ¿Cómo estás? – su pregunta me causa algo de gracia. Debería ser yo la que le esté preguntando como esta o que fue lo que tuvo que pasarle para que se vea tan mal el día de hoy.