Ot les indico que subieran a su camioneta, ellos no tuvieron otra alternativa que obedecer e iniciar el camino de regreso a la cabaña. El cielo mostraba nubarrones en el horizonte como indicación de que muy pronto una tormenta caería con violencia sobre Eversor. Cuando las tormentas caían cerca de la cabaña grandes coladas de barro, ramas y piedras bajaban impetuosamente por la ladera de la montaña arrastrando y arrasando con todo lo que estuviera a su paso. Esa era la razón principal por la que la cabaña había sido abandonada. La deforestación de la montaña causo coladas enormes que obligaron a los habitantes de Eversor a no cruzar por esa zona.
Ot aumento la velocidad de su camioneta en tanto Carol y Arthur se observaban con mucha ansiedad y temor ante las consecuencias que traería no encontrar las supuestas identificaciones.
Mientras se dirigían al lugar Lot empezó a ser cuestionado por Otis:
- ¿Cuántos años tienes?
- Cumplí dieciocho el mes pasado.
- Carol es un año mayor que ti. Ciertamente no veo mucho parecido entre ustedes-dijo con burla Ot.
-Quizás sea por …
- ¡Cállate Carol! Estoy hablando con él. ¿Ya le contaste lo que hacemos para preservar nuestras vidas?
-Sí Ot, hace un rato.
- ¿Y qué le dijiste? Seguramente que somos un grupo de dementes que creen en tonterías.
-No Ot; solo le mencione que ustedes son un grupo de creyentes que únicamente buscan su salvación.
-Mira muchachito, en Eversor solo nosotros sabemos la forma de preservar nuestra vida de forma permanente. Ellos piensan que su Dios cristiano los salvara de las llamas del infierno y los llevara a su cielo. Nosotros no pensamos así, nuestros Dioses son mas antiguos que su Dios. Al principio de todo solo existía la obscuridad, por lo tanto, los primeros dioses son los dioses del caos y de la penumbra.
Lot empezó a comprender que aceptar el reto que sus amigos, Abraham y Alex, le pusieron enfrente lo condujo, inesperadamente, a un camino que iba directamente hacia las garras del pavor y de la muerte.
Mientras iban los relámpagos hicieron su aparición mostrando que una tormenta atroz caería en Eversor y sus alrededores. En ese instante deseo con todas sus fuerzas que la tempestad fuera de tal magnitud que borrara todas las huellas que él y Carol dejaron por todo el camino; también que sirviera para tener la coartada perfecta: que la colada se llevara toda evidencia, aun aquella que nunca existió.
Repentinamente los relámpagos se transformaron en una lluvia que caí enérgicamente hasta truenos que aturdían el oído y ponían el ámbito cada vez más siniestro. Lot se dio cuenta que la camioneta no podría pasar por el puente porque, para ese momento, el agua circulaba por arriba del puente como marejadas.
- ¡Maldita sea! No podremos pasar; nunca sabre si nos dijiste la verdad.
-Es cierto todo lo que te contamos Otis- señalo Carol.
Ot ya no respondió, solo dio vuelta dirigiéndose nuevamente hacia la casa de Carol. Arthur sentía que la naturaleza escucho sus plegarias y que nunca tendrían la verdad Barnett y Otis.
-Fue imposible pasar hermano-dijo en son de queja Ot.
- Lo sé; no importa, los vigilaremos y de alguna manera obtendremos la verdad. Vámonos, regresemos a casa.