Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 23. No querer lastimar.

Las horas avanzaban, ellos salen a cambiarse a otra habitación mientras se arreglan. Este momento era solamente para Adeline y su madre. La mujer solo sabía hacer vestidos, era lo único en lo que era buena, pero estaba haciendo el esfuerzo por plancharle el cabello parejo a su hija.

—Mamá, no sería mejor que primero me pusieras el vestido — Le pregunta, pero su madre estaba haciendo un gran esfuerzo en este momento.

—Cariño no te muevas — Su madre se quemó varias veces, logrando el efecto que quería, pero su hija tenía mechones más largos que otros —. Mira como lo traes.

—Dale gracias a Dylan el me ayudo — Su madre lo corta logrando que quede todo pareja, mientras le sonríe a su hija. 

—Enserio ¿Estas bien? — Su madre lucía preocupada por ella.

—Gracias mamá — Esta le daba un beso en la frente a su hija, mientras ella comienza a maquillarse por su cuenta. No podía maquillarse bien, porque los ojos le comenzaban a llorar. Esta se levanta para entrar al baño de su cuarto, y ponerse a llorar tapa su boca temiendo de que salga un ruido. Enserio estaba sufriendo.

—Adeline apúrate para ponerte el vestido — Ella continúa haciéndose algo ligero, su madre la mira orgullosa, poniéndole el corsé. El vestido era de una pieza, largo hasta los tobillos con una abertura al lateral y demasiado encaje dorado en la zona de arriba, que le cubría hasta los brazos. Sin duda su madre había pasado más días confeccionando el vestido de ella, que el propio —. Te miras hermosa.

Adeline no lo creía hasta que lo miró. Su baja autoestima siempre le impidió ver que ella era bonita, que enserio lo era.

—Me encanta…. — Mercy jamás había recibido un cumplido por la ropa que hacía de parte de su hija.

—Iré por tus tenis — Sabía que su hija no podía separarse de sus tenis, pero la chica la detiene.

—Me gustaría usarlos con tacones.

Su madre había alistado unos tacones dorados, para que combinará con todo. Era un balance perfecto entre todo. Estaba con una sonrisa baja con los demás.

La primera persona en mirar era Noah. Este estaba usando un traje color azul marino, estaba en la puerta esperando a Adeline.

—¿Estás nerviosa? — Le pregunta el chico sonriéndole. Mostrándole su traje.

—Demasiado — Adeline se acerca acomodándole la corbata, mientras que le da un abrazo, ambos necesitaban consolarse, porque ninguno sabía quién se iba a sacrificar. Quien los dioses habían escogido para este trabajo —. Noah…

Este se detiene mirándola.

—Gracias por hablarme en la tienda.

—Gracias a ti por aceptar ser nuestra amiga — Ambos se ríen —. Solo prometeme que si nos volvemos a reencontrar en la otra vida, preguntarte si vienes incluida con problemas.

Ambos bajaron juntos, todos estaban nerviosos y peinados. Hasta James, la madre de Adeline había escogido para Anthony un traje negro que combinará con su hija, después de todo iban a abrir el baile.

La madre de Adeline lucía un vestido verde esmeralda pegado al cuerpo muy sencillo a comparación del de su hija, sin duda había hecho todo para que Adeline destacara. Los nueve se suben a la limosina que tenía preparado los padres de Adeline.

—Adeline ¿Traes la copa? — Le pregunta Dylan al revisar que traía su objeto en la mochila. Esta se levanta el vestido enseñándole que la traía atada al muslo. 

—Recuerden el plan: Un grupo irá a Seth, los demás irán por el collar. Atacaremos en conjunto — Les recuerda Adeline.

—Sean inteligentes y astutos — Samuel les recuerda a todos.

Esta siente una turbulencia al indicar que ya estaban llegando. Todos tragan saliva asustados. Una cosa es estar presenciando y otra totalmente distinta estar cerca.

—Vengadores — Grita James recibiendo un golpe de parte de Owen, sin duda, le gustaba hacer eso, golpear a James.

—¿Dioses? — Dice Adeline —. A la batalla.

Era una manera de afrontar lo que estaban por vivir, se bajan de la limusina esperando a que Adeline lo haga para caminar junto con ella. Las luces los estaban abrumando, pero aun así siguieron adelante, como si eso no les afectará. Se toman unas cuantas fotos, sobre todo por el hecho de que sus madres querían verlos en televisión. 

Ella entró detrás de su madre, y lo primero que mira en la multitud es a Malek, sus ojos se conectan a la distancia. Este lucía un traje blanco contrario al de ella. Levanta un poco la copa que estaba bebiendo hacia la dirección de Adeline, mientras que toma a Amira de la cadera sonriendo hacia las personas.

—Adeline… Estas en llamas… — Le advierten los chicos. Noah se lleva a Adeline para que esta se calme —. Tienes que calmarte Adeline. La misión.

—Ese idiota.

Adeline ya le tenía coraje. Su madre les hace señas para que se acerquen la cabeza de ella estaba concentrada en otra cosas. En no dejarse caer. Tenía que ser fuerte, necesitaba serlo, no podía fallar más. 

—Adeline ya es hora — Le dice Anthony mientras la toma del brazo. Ella se había perdido tanto en sus pensamientos. El salón estaba lleno de personas que no reconocía, algunos los había visto en las noticias, mientras que otros por las fotos de su madre. 




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