𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 18
ℰ𝓂𝓅𝒾𝑒𝓏𝒶 𝒶 𝓉𝑜𝒸𝒶𝓇 𝓉𝓊 𝓂𝑒𝓁𝑜𝒹í𝒶
______________! Gal ¡_______________
Me inquietó el hecho de que CC se viera especialmente calmada después de todo lo que se enteró ayer, esa chica Amber no parecía tener delicadeza al comentar las cosas importantes que afectarían directamente a otros no me traía buena espina por eso, y también por el hecho de que me llamó viejo.
Desde que volvimos del burdel CC ahora come conmigo en el comedor y no está todo el día encerrada en la casa, no sé si aliviarme o preocuparme por ese cambio de actitud, pero por ahora me tiene sin cuidado.
Parecía menos distante, aunque sean pocas las frases que casualmente cruzamos, ya no se sienten con hostilidad ni odio, ni tampoco desinterés. Es como si esa visita lo hubiera ayudado a aclarar algo.
–Hoy tengo una reunión, ¿quieres acompañarme? – dije, mientras giraba el volante
–¿Es en la constructora? –preguntó sin regresar a ver.
Era tan fascinante ver como cada cosa la impresionaba, como una niña pequeña al ir de viaje con sus padres.
–No, tendré que ir a una empresa afiliada–
–Prefiero quedarme con Miranda, si le parece–
–No hay ningún problema, puedes comer en mi oficina a la hora del almuerzo, si gustas–
No estaba seguro de que había estado preparando hoy en la mañana, pero tenía una pequeña mochila que le presté, llena de algunos recipientes para almuerzos. Seguro estará bien, si no sale de la constructora no hay por qué preocuparse.
–Si, gracias–
–CC…–
–Dígame–
–Quiero que me veas cuando me hables– yo seguía con la vista fija en el camino, pero vi como regresó a verme, con su semblante confundido.
Me daba ganas de decirle lo mucho que me perturba que no me mire, que sentía que no me prestaba atención o no entendía lo que le decía. Que me apenaba el hecho de tener que verle la cara pero que ella tenía todo el derecho de verme la mía.
Solo mírame
–Como guste…– y volteó su mirada a la ventana nuevamente.
Al llegar a la constructora se mantuvo cerca de mí a todo momento, había venido antes pero su desconfianza persistía. Era como si tuviera la necesidad de cuidarla, una necesidad que no había tenido hace ya tanto tiempo.
La última vez que cuidé algo…
Fue a mi pez mascota
Se murió a la semana
Se que ella era más que un pez mascota, pero se sentía igual. La responsabilidad que tenía de velar por su seguridad y bienestar por algo que yo mismo encontré sin buscarlo. Lo menos que puedo hacer era hacerme responsable.
Pero me acabo de dar cuenta que nunca le pregunté si tenía familia, alguien que se pudiera encargar de ella, ¿Talvez huyó de casa? ¿O fue huérfana desde un principio? ¿Se crió en la calle? Sería muy poco delicado preguntar de mi parte, pero necesitaba saberlo.
–CC…–
Regresó a verme, sus ojos negros no se encontraron con los míos, pero sentí pánico. No podía hacerlo, pero tenía que. El ascensor seguía en curso al piso 50, en cualquier momento llegaría.
–¿Tienes familia? –
–Todos tenemos una…–
–Quiero decir si… ¿Tienes familia aquí? – pregunté después de tragar saliva y acomodar mi corbata
–No soy de aquí…–
Eso no le veía venir, quería encontrar respuestas y terminé con más preguntas. El ascensor se detuvo en seco y CC se adentró rápidamente en la oficina.
–Lo veo más tarde Gal…– levantó su mano para despedirse
–Nos vemos–
Mi semblante serio se fue después de que las puertas se cerraran nuevamente. Peiné mi cabello hacia atrás y acaricié mi entrecejo.
¿Cómo que no era de aquí?
Debió de huir de casa…eso sería razonable
Se notaba como un tema delicado que no debería de abordar por ahora. Es muy probable que haya huido de casa para no volver, pero si tiene padres o alguna persona que se haga cargo de ella, estará mejor allá.
No me parecía sensato que una chica de unos…espera
¿Qué edad tiene?
Joder, te olvidas de las preguntas principales…
…
Llegando a la empresa a la que estaba por afiliarme, me encontré a quien parecía ser su socio comercial, me dio la bienvenida y me indicó pasar a una gran sala con una mesa muy larga y unas diez sillas de cada lado.
–Señor Walker, es un placer soy Marcus Bilmur–
Rápidamente volteé a ver para encontrarme con un señor de estatura baja y con un semblante alegre. Estreché su mano en forma de cordialidad y me invitó a sentarme en una de las sillas que había enfrente de la gran mesa.
–Escuché hablar mucho de usted…–
–¿De verdad? – pregunté mientras ponía mi maletín en la mesa para sacar los papeles del contratista.
–¿Cómo no? Si es conocido por ser unos de los hombres más jóvenes con constructoras reconocidas…–
–Entiendo…su empresa beneficiaría al firmar el convenio con la construc…–
–Señor Walker…– me interrumpió– ya habíamos acorado firmar hace convenio desde hace meses–
–Eso tengo entendido– ¿A qué quería llegar este hombre?
–Por eso…la empresa debe protegerse…–
–¿Qué quiere decir con exactitud? – me estaba impacientando. Solo debía de firmar, quería irme rápido de ahí para encargarme de el resto de trabajo después del almuerzo
–Lo investigué cuidadosamente señor…– se levantó de la silla y se dirigió a una de las estanterías junto a la puerta.
–¿Disculpe? –
–Usted no tiene familiares afiliados a la empresa, ni tiene esposa ni algún miembro considerable que le ayude con su constructora…–
–Como sabrá…mi constructora fue inaugurada hace apenas cuatro años…–
–Y también sé que no tiene ningún sustento de continuar con su filosofía actual…–
¿A qué iba todo esto? Me estaba despreciando por ser joven, por formar mi constructora solo. Todo ese trabajo no había sido en vano y si su empresa no quería afiliarse con nosotros pues buscaré otras opciones…