꧁dipsomanía꧂

Capítulo 36

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 36

ℰ𝓈𝓉𝓇𝓊𝑒𝓃𝒹𝑜 𝒾𝓃𝑒𝓈𝓅𝑒𝓇𝒶𝒹𝑜 

 

____________! Gal ¡_____________

 

Que tranquilidad. Que relajación. Se siente una profunda paz. Puedo respirar a gusto. Aunque este con mis ojos cerrados y los párpados pesándome, siento que todo está bien.

O eso es lo que pensaba hasta que empezó a ladrar…

–Gal…–

–¿Qué? – pregunté somnoliento 

–Gal levántese– escuchaba su voz seguido de un ligero jalón de mi camiseta

Abrí mis ojos lentamente, y me enderecé del piso en el que estaba durmiendo. Acomodé mi cabello y sobé mis ojos 

–Quiere salir, pero no encuentro la llave de la puerta trasera…– la miré atentamente

Parecía que durmió poco, de hecho, ambosvno habíamos dormido mucho. 

Ayer en la noche llevamos al perrito a veterinario, compramos una cama, comida, medicina para una laceración que tenía en el lomo, y rematamos con un baño en la madrugada. Pero lo complicado fue que no dejaba de correr por todos lados y esconderse, lo pasamos buscando por mucho tiempo. No nos tenía mucha confianza, pero no lo culpo. Supongo que en algún momento nos quedamos dormidos en el piso de la sala. 

–ARTI– llamé al cachorro. Aun no respondía a su nombre en concreto, pero entendía el mensaje

El animal se acomodó entre mis piernas inquieto y comenzó a sollozar para salir al patio.

–Aquí están– CC tomó las llaves de la casa que reposaban en mi bolsillo. Cargó al cachorro y lo llevó hasta la puerta– Debemos tener cuidado de que no salga de la casa en un descuido–

Revisé mi reloj de muñeca. Eran las seis de la mañana y teníamos trabajo todo el día. Judith se quedaría con Arti así que e limité a alcanzar a CC en la puerta del patio.

–Puedes ir a bañarte y arreglarte, yo haré el desayuno…después no iremos ¿de acuerdo? – ella asintió bostezando.

Subió las gradas lentamente mientras yo seguía fijo en el perrito, masticaba mis plantas perfectamente cuidadas. Era desesperante la verdad.

 

 

–¿Cree que Judith se enojó? – preguntaba ya en el auto mientras se ponía lápiz labial.

Si, Judith se enojó, pero después de una súplica de mi parte aceptó el cuidado del animal. Ella había trabajado años para mí, en verdad siempre la había visto como una nana, velaba por mi seguridad y bienestar. Nunca me había sentido realmente solo cuando ella me recibía con un plato de sopa caliente para la cena todas las noches.

–Espero que no…aunque Arti es bastante travieso– me estacioné en el parqueadero

–Bueno nos vemos a la salida– guardó sus cosas en el bolso y abrió la puerta del auto

–No olvides que el sábado viajaremos temprano para la boda de Vivian ¿Aún quieres ir? – 

–Por supuesto– contestó con emoción

–Nos vemos– dije entonces

Ella sonrió y entró rápido al ascensor. Yo prefería las escaleras para llegar a la recepción, recibir reportes e ir a mi oficina a trabajar. Al parecer el contrato de la zona costera fue un éxito y para Julio de este año podrá inaugurarse, espero poder llevar a CC para que lo vea.

Puse un pie dentro de mi oficina y pude ver la silueta de mi amigo de cabellos castaños con lentes de marco dorado dentro

–Al fin llegas– me regañó

–Llegué temprano– refuté

–Pues sabes llegar aun mas temprano– se acercó a mi– ¿Pasó algo? – 

–No mucho, CC y yo adoptamos un perrito– comenté sentándome en mi escritorio y abriendo mi maletín

–¿Qué? ¿Y NO ME LO CONTASTE DE INMEDIATO? – se apoyó en la mesa

–No seas exagerado, pasó apenas ayer– giré los ojos

–Como haya sido…eso es perfecto– se acarició las manos

–¿A qué te refieres? – le levanté una ceja

–Es decir, CC ya no podrá irse, ahora tienen un hijo juntos– 

–Es un perro– corregí 

–Es lo mismo. Comparten una responsabilidad. Talvez ahora ya no quiera irse con sus demás amigas– comentó con emoción

–No. CC es decidida, ahora más que nunca va a querer irse. Además, ya tomó una decisión, y sin importar cuanto me duela, la respeto–

–¿Y crees que se lleve al perro? – bufó con desgano 

–No quiero pensar en eso tan de mañana… ¿Ya tienes las ofertas de los proveedores? – pregunté

–Están en esa carpeta– señaló

–Gracias…– 

 Antes de salir de la oficina se volteó sobre sus talones por algo que recordó

–Es verdad… ¿Cómo se llama? –

–¿El cachorro? – él asintió– Arturo vigesimotercero. Arti, para abreviar– 

–Parece nombre de rey. ¿Miranda y yo podemos ser los padrinos? – bromeó

–Ángel– reproché chasqueando la lengua

 

 

Hoy había sido un día tranquilo laboralmente, guardaba mis cosas mientras escuchaba hablar a Miranda y CC en los sillones frente a mi escritorio. Comentaban cual debería de ser el color del vestido que CC usaría para la boda. 

CC mostró una foto de Arti a Miranda con orgullo, ella río al ver como yo lo perseguía por todo el jardín para meterlo a la casa antes de venir a trabajar.

–Es tan adorable– comentó pegando su cara a la pantalla del celular– Espero tener uno así algún día– 

–Pues hay mucho tiempo para eso– dijo sonriendo CC  

–Mi vida ideal estaría completa con tres hijos, un perro y un gato– alzó su mirada imaginando ese escenario

–¿Con Ángel? – preguntó CC 

–Pues claro, llevamos muchos años juntos y creo que es el mejor momento, ya mismo voy a los treinta, el tiempo se me acaba– 

Rieron un rato comentando lo lindo que sería una boda en la playa con cangrejos adornando el altar. Algo raro, para mi gusto. Hasta que escuché a Miranda preguntar algo 

–¿A ti no te gustaría tener hijos CC? – se arrimó en el espaldar del sofá

–Antes talvez, ahora no…– contestó tranquila

¿Qué? Dios, juraría que esa mujer iba a ser la que cargara a mi bebe en su pecho acunándolo para dormir. Pero si ella no quería tener hijos, creo que eso nunca pasará. Aparté mi mirada hacia el ventanal detrás de mí.



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En el texto hay: millonario, vida dura, burdel

Editado: 19.05.2024

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