Capítulo 07
“Abrir mi corazón”
― ¿Sabes? Tienes razón, debo dejar el pasado atrás.
―Me alegra mucho escucharte decir eso. Es un avance.
―Necesito sacar todo lo que llevo guardándome por años, ahogando mi dolor en el silencio.
―Cuando te sientas lista, solo si lo deseas, estaré aquí para escucharte.
―Eres la primera persona que me ha dado vida con pequeños momentos nuevamente, no quiero arruinarlo contándote mi historia.
―Nada de lo que digas va a alejarme de ti, no soy esa clase de persona. Tu pasado no debe afectar tu presente o de lo contrario estarás poniendo en riesgo tu futuro, nada de lo que vayas a decirme cambiará lo que pienso sobre ti.
― ¿Qué es lo que piensas sobre mí?
―Pienso que eres una chica con muchos sueños y aspiraciones, con un pasado trágico que dejó una marca afectando tu presente, pero veo en tus ojos, ese deseo de superar tus miedos y demostrarle al mundo que puedes levantarte sin importar cuan dura sea la caída. Eres valiente y puedes hacerlo, pero solo evitas cruzarte con miles de barreras e ir por el camino fácil, el silencio… solo te guardas tu dolor.
―Creí que solo me veías como toda la escuela lo hace, la chica loca que se corta las muñecas y llora por todo.
―Y si ese fuera el caso, no podría juzgarte, cada persona libra con una batalla diferente. ― tomó mi mano ―Si hablar te hace recordar tus peores momentos y no estás lista para hacerlo, no hay prisa.
―Puedo hacerlo. ― El asintió esperando pacientemente a que comenzara a abrir mi corazón. Tomé aire y dejé las palabras salir. ―Cuando vivía en Pittsburgh todo en mi vida era normal, era como cualquier otra chica, me divertía, era feliz. Mi madre decidió inscribirnos en clases de danza a mi hermana y a mí. Hannah siempre le gustó dar más de lo que ella daba porque sabía que ella podía hacerlo y fue así como se convirtió en la mejor bailarina de la academia. Mi madre estaba muy orgullosa de ella, yo simplemente seguía bailando pero a mi manera, no a la manera que mi madre quería. Ella quería que yo fuera tan perfecta como Hannah, y yo solo era una chica de doce años la cual bailaba por diversión. Mi madre empezó a obsesionarse por la perfección de Hannah y solo me veía como su sombra. Mi padre era el único que me daba apoyo y me seguía tratando igual que siempre, como su pequeña niña.
—Entiendo…
—A dos días de que yo cumpliera mis quince años, mi padre tuvo que viajar a Nueva York por su trabajo, me dolía no pasar mi cumpleaños junto a él, pero entendía que debía irse. Soporté esos días sin papá, pero nunca imaginé que debía soportarlo por tanto tiempo. Dos meses después fue cuando me enteré de que había tenido un accidente al llegar al aeropuerto, estaba muy débil y herido. Lo encontramos en el hospital y a duras penas podía hablar. Se veía triste, como si supiera que ese sería su último respiro. Cuando lo vi me dijo “Las estrellas no desaparecen y son más que una sola sombra para la luna, eso eres tú, una estrella que brilla sin parar e ilumina la oscuridad. Tú eres más que solo la sombra de Hannah, no dejes que el éxito de tu hermana afecte tu felicidad”. ― suspiré ―Esas palabras jamás podré olvidarlas.
— ¿Por esa razón amas tanto las estrellas?
—Así es… sé que suena estúpido pero…
—No lo es… es dulce. Es una bonita manera para recordar a tu padre. ¿Luego que ocurrió?
—… Su corazón… dejó de latir… Desde ese día me he sentido sola, él era la única persona que me comprendía, la única persona que creía en mí y me hacía entender que yo era más que la sombra de Hannah. El me enseñó a ver la vida de otra manera, al hablarle a las estrellas siento que el estará ahí escuchándome. — Adam secó mis lágrimas. — ¡Oh Dios!, me siento una tonta.
—Bee, no lo eres. Eso se llama creer y es algo que pocas personas siguen conservando, pero tú eres una de ellas y es eso lo que te hace conservar ese brillo que llevas dentro de tu corazón, no eres más, ni menos que nadie, eres única y eso nadie puede quitártelo. Siéntete orgullosa de ser tú, sé tú misma, todos esos problemas son un simple obstáculo en tu camino para que tropieces y no llegues a la cima, pero sé que tú eres fuerte y te levantas para seguir adelante, eso te hace una chica especial.
—Eres muy dulce… — suspiró —Creo que es obvio decir que desde ese momento no fui la misma, toda mi vida se tornó gris, ya no comía, no salía, solo lloraba acompañada de las cuatro paredes de mi habitación. Desde ese día cambié completamente, caí en la depresión, y mi madre alabando a Hannah solo hacía que mi autoestima bajara aún más. Mi mejor amigo, Travis, siempre estuvo allí, cuidándome, animándome y protegiéndome, pero nada de eso me importaba, solo quería estar cerca de mi padre. Luego de tener una pelea con mi ex novio por mi padre fallecido, fue cuando decidí hacerlo… decidí suicidarme…— lloré recordando cada detalle de ese día, Adam me acercó a él envolviéndome en un abrazo.