Capítulo 12
“Encuentros inesperados no deseados”
Luego de salir de la clase de historia, me encuentro deambulando por los pasillos de la escuela abriéndome paso entre los alumnos para dirigirme hacia la cafetería. Visualicé a mis amigos en una de las mesas así que me acerqué a ellos para luego sentarme al lado de Adam, el cual desde hace unas semanas, luego del beso que compartimos, se había vuelto más cercano a mis amigos.
―Estoy contando los días para poder verla de nuevo, ya han pasado más de seis meses. ― dijo Liam cuando llegué a la mesa. Fruncí el ceño si saber a quien se refería.
― ¿A quien verás de nuevo luego de seis meses? ― pregunté tomando una papa frita del almuerzo de Adam para luego llevármela a la boca. Él rió antes de pasar su brazo izquierdo por detrás de mis hombros.
―A Emma, volverá dentro de una semana.
― ¿Tu hermana menor ya está de regreso? ¡Eso es genial, Liam!
―Lo sé, la he extrañado demasiado.
― ¿Cómo está ella? ― pregunta Meghan comiendo de su ensalada.
―Ella ya se encuentra bien, el fin de semana estuvimos hablando todo el día por videollamada.
― ¿Ella no se encontraba en un campamento? ― pregunté confundida.
―El campamento terminó hace unos días. Decidió quedarse unos días más en Florida junto a nuestra tía para luego volver a casa.
―Me alegra que ya tu hermana se encuentre bien. Me ha hecho mucha falta la rubia fastidiosa. ― Liam rió.
Todos giramos hacia Adam cuando su teléfono comenzó a sonar. Su expresión pasó a ser de una de confusión a una de preocupación en tan solo el momento que observó la pantalla de su celular.
―Ya vuelvo. ― avisó para luego levantarse rápidamente y dirigirse a una esquina de la cafetería donde no se escuchara mucho su conversación.
Lo observé en todo momento detallando su expresión y cada cambio que había en su rostro a medida que hablaba. Pasó sus dedos por su cabello depeinandolo, lucía frustrado. Cuando finalizó la llamada se acercó a nosotros a paso acelerado. En ningún momento Meghan y Liam se dieron cuenta de las reacciones de Adam, pero detuvieon su conversación cuando tomé el brazo de Adam y lo detuve.
― ¿A dónde vas?
―Lo siento, debo irme.
― ¿Está todo en orden?
―Tranquila, no te preocupes. Te llamaré ésta tarde. ― dijo antes de dejar un beso sobre mi frente y despedirse de mis amigos.
ADAM
Subí a mi auto y salí de la escuela para dirigirme a casa. Esa llamada me había desgarrado el corazón, mi madre me necesitaba. Conducí lo más rápido que pude para llegar cuanto antes. Me preocupaba lo asustada y destruída que se escuchaba en la llamada de hace unos minutos. Odiaba ver a mi madre de esa manera, pero más odiaba no poder estar junto a ella e impedirlo.
Bajé del auto cuando llegué a mi destino. A paso apresurado me adentré a la casa y al observar vidrios rotos en la cocina me alarmé, subí las escaleras rápidamente dirigiéndome a su habitación y sin molestarme en tocar su puerta, entré. Lo primero que pude observar fueron varios papeles en el suelo, junto a pasaportes y una valija con ropa mal acomodada y esparcida alrededor. Y entonces sus tristes ojos verdes se encontraron con los míos y aquella mirada vacía rompió mi corazón. Me acerqué a ella para acotarme a su lado y la envolví en mis brazos dejando que llorara mientras se aferraba a mí, mientras dejaba salir su dolor.
―Tranquila, ya estoy aquí contigo y no pienso irme. Llora todo el tiempo que necesites, te hará bien desahogarte.
―Adam… ― intentó pronunciar entre sollozos.
―Shh, tranquila. ― La detuve mientras mi mano acariciaba su cabello despeinado.
―Lo siento.
―No te disculpes, mamá. No tienes por qué hacerlo, tú no tienes la culpa de nada.
―Hijo, te conozco. Sé que no quieres regresar a Phoenix, pero necesito estar con mi familia y tú formas parte de ella. Entiendo que volver te hará recordar momentos que tanto has deseado olvidar, pero no puedo seguir aquí. No de ésta forma.