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Capitulo 11

Jake Carter

Entro al cuarto de papá y con el teléfono de su cuarto llamo a David. Para eso saque el papelito que me dio con su numero de teléfono. Marque el numero como he visto a papa hacerlo cuando llama a la abuela. David contesta poco después.

―quien es? ―escucho a David preguntar. No reconoció mi voz.

―soy Jake, David. ―respondo susurrando porque nose si mi papa pueda venir y escucharme.

―ah.. ¿qué paso? ―parece que no recuerda.

―ya tengo la foto de mi mamá. ―le digo para ver si recuerda.

―ah… espera. ―se quita el teléfono de la oreja y grita. ―! Keith! ¡Ven!

― ¿qué quieres? ¡ya voy! ―se escuchan los gritos de su hermano.

―rápido que mi Abu esta abajo―le digo porque me puede descubrir.

― ¿qué querías? ―pregunta Keith.

―es Jake, mi amigo. El gemelo. ―escucho que dice.

―ah ya. ¿Qué paso? ―parece aburrido.

―tengo la foto. ¿Qué más debo hacer? ―quiero saber para que asi podamos ver a mamá mas pronto.

―tu nada. Déjamelo a mi niño. Lleva la foto mañana a la escuela y se la das a David. ―dice aun  aburrido.

―okay, esta bien. Gracias Keith. ―me siento mas emocionado porque falta menos para ver a mamá.

―si, lo que sea. ―cuelga el teléfono asi que dejo el teléfono donde lo encontré y corro hacia la sala. Ahi esta Jamie que juega con la abuela.

―wow que rápido volviste del baño Jake. ―dice abu así que yo creo que Jamie le dijo que fui al baño para que no sospechara.

(…)

Hoy le daré la foto a David, apenas vamos llegando a la escuela. Jamie está nervioso porque dice que papá puede descubrirnos, pero no le hago caso.

Bajamos del auto y Jamie y yo nos despedimos de papá. Juntos corremos a la entrada del salón para ver quién es más rápido. Jamie va corriendo tras de mi y no puede respirar igual que yo porque él está enfermo. Así que me detengo para ver que no le de un ataque que no pueda respirar, seguido le pasan.

Una niña de la clase que se llama Sydney se detiene frente Jamie que tuvo que sentarse en la barra que protege los árboles.

―Jamie, ¿estás bien? ―toma su mano.

―ugh niñas. Vámonos Jamie. ―como mi hermano se ve mejor, lo tome de la mano y lo jale para ir al salón.

―tonto. Yo solo quería saber si Jamie esta bien―grita Sydney. No me gusta estar cercas de las niñas porque lloran mucho y se quejan de todo cuando las invitamos a jugar. El único que juega con ellas es Joe.

Caminamos al salón y adentro encontramos a David sentado en su lugar jugando con unos juguetes raros asi que toco la foto de mama que llevo en mi bolsillo y vamos hacia el.

Olivia

Desde lo sucedido anteriormente me encuentra en la habitación que me corresponde. Cada dia es más difícil el esperar aquí. Necesito ver a mis hijos, pero Chester me tiene muy vigilada.

―Olivia, necesito que vengas conmigo―lo escucho llamarme. Me levanto de la cama y cierro el libro que pretendía leer. La verdad es que no leí nada. Camino tras Chester.

La casa tiene la apariencia de tener paredes de madera. Los muebles han seguido igual todos estos años. No es una casa de lujo, pero no podemos cambiar nada, es solo una casa proyecto. Mientras camino por el pasillo comienzo a recordar el primer dia que llegue a esta casa y todo lo que esto trajo consigo.

Años atrás…

El aterrizaje fue un poco pesado, pero nada lo es mas que el haberme separado de mis bebes. Tuve que tomar la peor decisión que cualquier madre hubiera tomado. Hare lo mejor de mi para que esto solo dure un par de semanas. Además, tengo que prepararme para cuando regrese y tenga que enfrentar a Ethan.

El desembarcar nunca se sintió tan mal. No era una persona común por la que había viajado a investigar y posiblemente salvar. Se trata de un gran amigo y compañero. Aiden me informo que me recogería un tal Chester. Solo me dijo que lo reconocería muy fácilmente pero no me dio mas detalles. Mientras camino entre el pasillo para llegar a la sala donde me estará esperando el tal Chester voy intentando pensar en que mis hijos estarán bien con Ethan. Una vez llego a la sala descubro a lo que se refería Aiden. En la sala hay un hombre de talvez unos 25 años, cabello pelirrojo, piel blanca. Lleva unos shorts color beige y una ridícula playera de “ Recuerdo de San Carlos, Sonora” con las letras de diferentes colores. Ademas un cartel con su nombre.

―Chester―digo llegando hacia el .El ahora llamado Chester solo asiente bajando el letrero.

―Olivia. Sígueme. ―al parecer es de pocas palabras, pero aun así lo sigo.

―Spencer estaba esperando que llegaras. Debemos darnos prisas, aquí cada minuto cuenta. ―vamos pasando por los pasillos del aeropuerto y puedo ver a la gente de México. En cuanto llegas lo notas, se siente una vibra muy distinta a la de Inglaterra. Con mi pequeña maleta continuamos el camino hasta la salida del aeropuerto. Una vez ahí subimos a un taxi lo cual me sorprende, pero entiendo que puede ser para no levantar sospechas.

― ¿acaso ese tal Spencer no podía venir a recibirme? ―rompo el silencio. Chester voltea a verme con rostro serio, parece que no es muy amable.

― tiene asuntos mas importantes que atender. Pero no desesperes que te verá en un par de horas. Iremos a la casa donde podrás comer y descansar. ―saca su móvil y comienza a teclear en la pantalla.

El resto del camino decido no preguntar mas así que solo estamos en silencio. El taxi se detiene en una casa parecida a una cabaña. Toda la estructura esta así, es color café como la madera y al bajar del taxi caminamos hacia esta misma. Es un barrio lejos de la ciudad justo donde termina. Por lo que hay un par de casas nada más.

Chester abre la puerta de la casa. Antes de entrar me fijo en el pequeño silloncito en la terraza. Camino atrás de el hacia adentro, la sala es chica. Cuenta con un sillón negro, una mesita y un televisor mediano. Las paredes adornan retratos de paisajes. Hay una pequeña chimenea y algunos extraños objetos en una repisa. El estar dentro me trae un extraño presentimiento que espero no se cumpla.