Domadores | #1 |

Capítulo 37. Diana

—Nicky, sigo esperando tu respuesta.

La voz de Nate la sobresaltó.

—El entrenamiento va a empezar ya. Hablamos luego —dijo de forma inocente.

Él la agarró del brazo, odiaba cuando ella hacía eso. La miró serio, quería una respuesta.

—¡Que pintas hermanita! —gritó Bruno mientras la abrazaba por detrás—. Ayer lo pasaste bien ¿eh? —preguntó entre risas.

Ella hizo una mueca algo molesta, pero no lo apartó.

—No recuerdo mucho —reconoció mientras su hermano se seguía riendo.

—Bueno, pero has amanecido bien, ¿no?

No sabía muy bien qué responder. Había amanecido con Óscar, ¿eso era bien?

—Buena pregunta Bruno. ¿Cómo has amanecido? Porque a las seis no estabas en tu cama —interrumpió Nate.

Sabía que Nicky lo odiaría por utilizar a su hermano para obtener respuestas, pero era la única opción que tenía.

Bruno se giró hacia Nate y lo miró con una mezcla de enfado y confusión.

—¿Y tú para que has ido a la habitación de mi hermana a esas horas?

Nate tragó saliva.

—Para ver cómo estaba. Me quedé preocupado por lo de ayer...

Bruno ladeó la cabeza, tenía sentido. Nicole miró a los jóvenes, ¿qué habría pasado para que esa excusa tan mala le sirviese a su hermano?

—Y bien, ¿dónde estabas? —insistieron los jóvenes.

—Estaba conmigo.

Nicky se giró de forma violenta hacia Óscar, ¿cómo se atrevía a reconocerlo?

—Habíamos quedado para entrenar —mintió.

Bruno y Nate se miraron sin creérselo. Nicky había acabado ayer como para levantarse hoy temprano a entrenar...

—¡No te acerques a mi hija! ¡Te lo advertí desde el primer día!

Todos se giraron hacia Javier Jaquinot.

—¡Papá! —le recriminó Nicky.

—¡No te metas! Óscar, espero no tener que repetírtelo. ¡No te acerques a ella!

—Javier, es mi alumna, estábamos entrenando.

—¡Basta! Ella no es su madre, ¿está claro? ¡No te acerques!

¿Que ella no era su madre? ¿A qué se refería su padre? Su madre y Óscar se llevarían unos veinte años, seguramente apenas habían coincidido... ¿A qué venía eso?

—¿Qué espectáculo es este? ¡Ya basta! Diana está muerta y ambos lo tenéis que asumir —intervino Angélica.

Nathaniel miró decepcionado a su madre, ¿cómo podía ser tan cruel?

Nicole cerró los ojos y notó como una punzada atravesaba su corazón. Hacía mucho que su madre había fallecido, pero cada vez que la nombraban no podía evitar sentir ese dolor.

Javier miró a sus hijos y a Angélica. Cerró el puño violentamente. La vena de su cuello comenzó a inflamarse. Cerró los ojos tratando de tranquilizarse, pero no fue posible. Su conexión comenzó a brillar y en cuestión de segundos la quimera estaba ahí rugiendo de forma desafiante frente a Angélica. Ella llamó a su hidra que siseaba amenazante a la quimera.

Óscar agarró a Bruno, Nicky y Nate y los echó hacia atrás. Sabía que lo que venía a continuación no acabaría bien.

—¡No te atrevas a volver a nombrarla! —espetó Javier de forma violenta.

Ella le sostuvo la mirada, estaba harta de la "santa" de Diana. Parecía que había sido perfecta. Todos la adoraban. Ni muerta podía librarse de ella... Estaba ya harta. Tenían que pasar página.

La quimera golpeó con una de sus patas delanteras el terreno. Estaba lista para atacar, pero entonces entre la arboleda surgió el majestuoso y plumado dragón azul de la directora.

—Os he traído aquí para ayudar, no para generar más problemas —dijo de forma tranquila, aunque interiormente se moría por dejar que su dragón los devorase.

¿Que ejemplo estaban dando?



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En el texto hay: internado, romance, magia

Editado: 09.09.2018

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