Domadores | #1 |

Capítulo 55. ¿Qué acaba de pasar?

—No lo entiendes, no vas a ganar. No puedes hacerlo. Nadie te va a dar ese maldito diario y aunque lo consiguieses jamás serías capaz de derrotar a la directora y al resto de Domadores. Te escondes detrás de tus hombres y solo te atreves a atacar a alumnos que están solos. ¿De verdad crees que tienes alguna oportunidad de vencer? Eres patético. Ya has perdido —le dijo Nicole con una gran sonrisa.

María abrió los ojos sin entender nada, ¿qué acababa de pasar? Eso ella ya lo había vivido... Miró al resto para averiguar si alguno estaba tan confuso como ella, pero nadie parecía haber vivido ya la situación. ¿Es que acaso había vuelto al pasado? O, ¿quizás había visto el futuro? Fuese como fuese no tenía ningún sentido.

Miró a Nicole preocupada, sabía lo que venía a continuación.

—¡No! —chilló.

Todos se giraron a mirarle desconcertados, ¿a qué venía eso? ¿Qué le pasaba? Esa chica era demasiado rara.

—Nicole, no lo hagas. ¡Por favor, no! —le pidió con las lágrimas a punto de desbordarse.

Aún recordaba la escena en la que Nicky apretaba su cuello contra el pico del estirge, no podía volver a ver eso...

Nicole la observó sin terminar de entender del todo a lo que se refería. ¿Acaso María sabía lo que planeaba hacer? ¿Cómo? No, eso era imposible, la única capaz de leer la mente era la directora.

—¿De qué hablas? —le preguntó Bruno sin entender nada.

María no lo escuchó. Toda su atención seguía centrada en Nicole, debía convencerla de que no se sacrificase.

—¿Confías en mí? Pues no lo hagas —le rogó.

Nicky no estaba muy segura de qué responder a la pregunta. ¿Que si confiaba en ella? En realidad apenas la conocía. La chica le resultaba simpática, pero de ahí a confiar en ella había un gran cacho...

Además lo poco que había visto de la joven demostraba que, aunque tuviese buenas intenciones, solía meter la pata con excesiva frecuencia, así que lo de confiar en ella...

Por otra parte tampoco tenía muchas más opciones. Suspiró, ¿qué tenía que perder? En ese momento ya no tenía esperanzas de nada y quizás con lo que María estuviese tramando lograba el tiempo suficiente para que la directora y el ejército de Domadores llegasen. A estas alturas ya tenían que haber sido alertados de lo que estaba ocurriendo en el internado.

—¡Ya basta de tonterías! —exclamó Gael.

No sabía de qué estaban hablando las chicas, pero tampoco le importaba mucho. Él quería que le diesen de una vez el diario para así poder marcharse del lugar.

—Óscar, tienes tres minutos o le rebano el cuello, ¿está claro?

—Él no sabe dónde está, pero yo te puedo ayudar —interrumpió María.

Ninguno cabía en su asombro. ¿Qué estaba haciendo? ¿Estaba cambiando de bando? Además, ¿cómo iba a saber ella dónde guardaba la directora el diario? Y eso si estaba escondido por algún lado, porque conociendo a Adrianna lo más probable era que se lo hubiese llevado con ella.

—Ella lo sabe. Su padre se lo confesó por si les pasaba algo a la directora y a él en el viaje —aseguró señalando a Nicole.

Nathaniel soltó al profesor y se giró violentamente hacia María. ¿Cómo se atrevía a traicionar a Nicky así después de lo bien que se había comportado con ella? La estaba vendiendo tan solo para lograr salir ilesa, era algo despreciable.

Bruno tuvo que esforzarse para frenarlo cuando este iba a increparla. La miró decepcionado, no entendía como había sido capaz de hacerle eso, y menos después de lo que acababa de pasar... Él tratando de protegerla y ella traicionando a su hermana...

—Vaya, vaya, qué interesante. Así que lo has sabido tú todo este tiempo —dijo Gael con una gran sonrisa—. Y tú ven aquí bonita, no te haremos daño.

María avanzó hacia él dejando al resto atrás mirándola entre decepcionados y furiosos. Al final la más inocente había resultado ser la más embustera...

Gael ordenó a su estirge que retirase su pico del cuello de Nicole, no quería dañar a la única persona que conocía el lugar donde se escondía una mercancía tan preciada para él.

—Ahora dejémonos de jueguecitos. Llévame hasta el diario y todos seréis libres.

Nicole miró a María, no sabía muy bien qué estaba tramando, pero por ahora confiaba en ella. Ambas sabían que Nicky no sabía dónde estaba el diario, y por ahora estaban ganando tiempo y el estirge ya no amenazaba su cuello.

—Esto no se va a quedar así. ¡Me las vas a pagar mosquita muerta! No me importa si es ahora o dentro de diez años, ¡pero te vas a arrepentir! —la amenazó Claudia.

Estaba hecha una furia, ella nunca había confiado en la joven. No la quería dentro de su grupo, sabía que no era trigo limpio. Solo la había aceptado por Bruno, y mira lo que había ocurrido...



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En el texto hay: internado, romance, magia

Editado: 09.09.2018

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