Dónde está Carmen?

Capitulo XVII

Keydrien

Dormí, pero no descanso, ya que las pesadillas no me dieron tregua en toda la noche, repetí una y otra vez el mismo tormento, Carmen se marcha dejándome solo triste y decepcionada, pero con una sonrisa adornando su hermoso rostro y animándome a seguir adelante, veo que lleva en sus brazos a Ney que esconde su carita entre el cuello de su madre, no logro ver la cara de Ney, como siempre es solo una cara sin rostro.

Suena mi celular, lo ignoro, aun no tengo el valor de hablar con Carmen, entro a la ducha y me baño con agua caliente, estrujo mi cuerpo queriendo quitarme el peso de la culpa, en vano, el exterior es fácil de limpiar, pero el interior, se toma su tiempo

Siguen las llamadas, estoy empezando a sentirme mareado y moribundo, las náuseas me amenazan con no dejarme trabajar, me aferro al lavamanos donde intento cepillar mis dientes, pero el llanto mudo no me permite continuar, haciendo que me tire lentamente en el suelo, sintiéndome como la basura miserable que soy.

Cuento hasta 20, hago ejercicio de respiración, los cuales son interrumpidos por las lágrimas, cuento 10 más, me mentalizo, me enfoco, respiro con más determinación y continúo contando hasta que me doy cuenta de que casi voy por el 1000

-puedo-

Afirmo con la cabeza, me pongo de pie y termino de cepillarme ignorando ver mi reflejo en el espejo que se burla de mí, me cambio, me dirijo a la reunión pautada para primera hora de la mañana

- ¿se encuentra usted bien? -

Es lo que me pregunta el cliente desde que me acerco a las mesas

-alergias, hay polvo en el hotel que me hospedo, ya me quejé-

-parece que estuvo llorando toda la noche, menuda cara, tiene los ojos como un boxeador-

Finjo una sonrisa

-me encuentro bien- aseguro enfocándonos en el tema a tratar

Al terminar la reunión, suena el celular… Carmen, no contesto y dejo escapar una lagrima

- ¿las alergias? -

Me cuestiona nuevamente el cliente

Bajo la cabeza, asiento y me introduzco en el vehículo estrangulando el volante.

Las reuniones pese a mi estado de ánimo, obtengo buenos resultados, la constante pregunta de si estoy bien, me deja entre ver que la situación está acabando conmigo

-debes parar-

Me digo

-no has hecho nada malo-

Es de lo que me trato de convencer.

***

Ha pasado una semana y sigo en lo mismo, no contesto las llamadas de Carmen, me limito a leer y releer el “te amo Key”, que tengo en mi WhatsApp

La cabeza me da vuelta, esta semana mi cuerpo solo se ha mantenido atento a café y té de manzanilla, el sueño ha decido abandonarme dejándome en compañía de la migraña, menuda mierda

Estoy agotado y debo confesar y tratar de enmendar las cosas, los hombres dan la cara de frente, los sabios corrigen los problemas de raíz

- ¿Aló? -

-Carmen, debemos hablar-

Un silencio sepulcral agobia mis oídos

-Carmen, ¿estás ahí? -

-siempre Key, siempre estoy aquí-

-Sabes que te amo- comienzo diciendo avasallado por las lágrimas y la mala coordinación de mis pulmones que al parecer olvidaron como respirar

-Yo nunca he querido fallarte, nunca he querido dejarte sola- el llanto me toma haciendo cimbrar mi cuerpo, me desconsuelo llorando, irónicamente me tranquilizo sintiendo las manos suaves de Carmen acariciando desde mi cabeza hasta el final de la espalda

-continua-

-Me creí más de lo que soy, intenté demostrarle al mundo lo que era, cuando solo debió importarme que tú creías en mí, dije que lo hacía para hacernos feliz, pero ignoré que yo era feliz con tu sonrisa y tú con mi compañía-

Siento un ardor en mi pecho, me tiro de espalada a la cama apretando con la mano libre mi pelo

-mis conceptos erróneos han ido menguando tu luz y en cuanto a mi luz es solo un espejismo creado para que el mundo veo lo fuerte que soy, pero solo me engaño a mí mismo-

-Key...-

-Carmen lo siento mucho, pero te volví a fallar-

- ¿Qué hiciste Key? -

-Yo… volví a solo pensar en mí, te volví a dejar sola, Carmen te fui infiel, no significado más que placer, pero te fallé, lo volví hacer-

No esperé la respuesta cerré la llamada, mientras se deslizaba poco a poco el celular de mis manos y angustiado, pero con menos peso encima me dormí.



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En el texto hay: amor, odio, depresión ...

Editado: 15.12.2021

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