Keydrien
30 de marzo 2020
Esto ha sido un verdadero lunes, uff, he trabajado como loco, las agendas han estado muy concurridas y ni hablar de las llamadas, he sobrevivido gracias a Jessica mi nueva asistente, a ella a sus donas bañadas de azúcar
Jessica es una chica que nació aquí, pero por cosa de la vida nunca nos vimos, nunca nos conocimos, o tal vez sí, me es curioso, porque conozco cada persona de Villa Hermosa y a sus padres los señores Betancourt y nunca supe de su hija, por la edad ella iba un curso por encima del tuyo y uno por debajo del mío, debió ser compañera de Rebeca, solo te lo comento porque me resulta curioso que en un pueblo tan pequeño donde todo nos conocemos nunca la había visto.
Esta semana empieza mi trabajo de jardinero casero, espero que no llueva y que todo salga bien, hice las medidas de donde debó cavar para que queden a la misma distancias, al principio se verá feo, pero con el tiempo espero que el resultado sea de envidiar, este será el último proyecto que hago de la listas de tus pendientes, de ahora en adelante mi filosofía será dejar que el destino elija mi próximo paso, pero nunca jamás los olvidaré o los dejaré de amar como lo hago.
Siempre ténganlo presente, los amo hoy, mañana y siempre.
Jessica
Keydrien me pregunta si lo conozco, “el gran Keydrien”, tenía planes de decirle desde toda mi vida, o sea, si revisas mis cuadernos del instituto podrás encontrar tu nombre en una que otra página o quizás uno que otra Jessica de Jacobs
Cuando él iba a comprar pan de centeno y pan de viga a la panadería de mis padres, ahora entiendo que no ponía mucha atención a quien le atendía en la caja registradora.
Coincidimos en ocasiones acampando en las montañas, pero creo que ir vestida con ropas anchas, sombreo y por encima con ropa y bota de pesca pues…
En sus vacaciones antes de entrar a su último año coincidimos en la playa, pasé todo el día sonrojada, babeando como estúpida mirándolo de lejos, camuflajeada con un libro sobre derecho empresarial, esa noche entre todos hicimos una fogata, lo perseguí con la mirada hasta que lo vi retirarse a su casa un poco más temprano que los demás chicos, ¡rayos!, justo cuando llevaba mi segunda cerveza para ver si me entraba el valor para hablarle.
Recuerdo la vez que se iba a la universidad, estaba mirando por la ventana del lado del copiloto del auto de su padre, de repente sonrío y dijo adiós mirando en mi dirección, casi muero de un infarto, como una boba también le dije adiós, pero ¡oh sorpresa! no era a mí.
Cuando regresó de su primer semestre en la universidad, fui una de las primeras en verlo, claro estaba al asecho en el muelle mirando todos los carros entrar y salir, para darle la bienvenida con la misma sonrisa que se despidió, y lo vi, tan bello como siempre y tan indiferente también.
Esas vacaciones, lo vi de lejos, centrado en sus audífonos y buscando como loco algo con la mirada, que definitivamente no era a mí, no tuve el valor de acercarme, aunque hablé con John su mejor amigo en varias ocasiones, pero nunca me atreví a ir más de ahí.
Esas vacaciones lo vi marcharse triste y cabizbajo, creo que decepcionado, decidí centrarme en mi último año y tomar valor para ir hablar con él y por lo menos invitarlo a ver una película o regalarle unas donas azucaradas, sus favoritas.
Llegadas las vacaciones de verano, tomé un curso intensivo de yoga para mantener mi equilibrio y poder no solo ir a su casa, sino también atreverme a tocar su puerta y lo hice, justo la tercera noche de su llegada, pero su madre me dijo que había salido y que no vendría a cenar.
Trabajar en la panadería con mis padres no me dio mucho espacio para volver a su casa, pero en esas mismas vacaciones supe que él era el encabezado de los chismes del pueblo “estaba en una relación con Carmen”, la hermana de Rebeca mi mejor amiga.
Rebeca y yo optamos por la universidad estatal de Damaluz, justo donde estudiaba Keydrien, él no era de fiestas, todo lo contrario a Rebeca y a mí que andamos las mil y una fraternidades de fiesta en fiesta, aprovechando que éramos carne fresca por ser nuestro primer año.
No les miento al decirle que mis ojos no dejaban de buscar a Keydrien por todo el campo universitario, era el chico hermoso, autoritario, disciplinado y equilibrado que todas las chicas suspiraban en el campus, incluyéndome, no era el Bad Boy que jugaría con nuestros sentimientos, ni el poeta que te enredaría en versos para conseguir una noche, él era el príncipe azul, fiel y decidido, el buen partido que todo padre quería para su hija, sin embargo, él había creado una barrera para que nadie se le acerque y la barrera tenía nombre la afortunada Carmen, la cual ingresaría el próximo año a esta misma universidad.
Rebeca desde que llegó a Vista Hermosa, supo que Keydrien era mi platónico, por eso desde el primer día que Keydrien visitó a Carmen, me llamó y me dijo: tengo malas noticias que contarte, Keydrien está aquí por Carmen” quedé un rato en silencio en la línea y solo le pude pregunta ¿Qué hiciste?, ella con sinceridad me contesto: lo mire muy mal, con cara de asco. Ambas nos echamos a reír, aunque en mi interior sabia que era caso perdido seguir aferrada a un amor no correspondido.