Capitulo IV: ¡Mi telefono!

Corrí como alma que lleva el diablo, pero en algún punto comencé a ver doble y empecé a caminar más lento… mi cabeza daba vueltas e intenté seguir corriendo, cuando vi al chico correr delante de mí con su horrible gato, entonces hice algo que no debí hacer voltee a ver hacia atrás y los vi demasiado cerca así que me asuste afloje aún más el paso y de repente escuche un grito:

—Corre Lilian, que ahí vienen —

—No puedo res…pirar —. Dije como un pollo blanco con voz asfixiada, mi físico era horrible

Los gansos graznaban frenéticamente, tal vez esto no había sido buena idea, mierda, uno de esos feroces gansos me perseguía y yo me desmayaría, corrí y corrí cuando vi que llegábamos a la carretera la SALVACIÓN, le pediría a alguien me llevara.

Cuando de pronto tropecé y vi como mi oportunidad de no morir se desvanecía, caí lentamente lo juro, el ganso mayor se acercaba más y más y mi rodilla se negaba a seguir, un dolor intenso de desplego a través de mi pierna.

¿Dónde hay una jeringa con anestesia cuando la necesitas? Este debería ser el momento en que me convierto en héroe o algo así, mis poderes surgen y yo vuelo a través del viento, la marea, podría imaginarlo si no fuera porque ese ganso infernal viene tras de mi

—¡Joder Lili! Corre —gritó él, como si yo fuera flash y mi rodilla no se estuviera desangrando y como si ese fuese mi nombre, quería decir es ¡Lilian! Pero no tenía fuerzas y los gansos ya iban a comerme

Cuando de repente sentí que alguien me tomaba del brazo y me instaba a avanzar, era el desconocido, pero yo no podía avanzar más y no es como si  fuese muy liviana así que solo me rendí, moriría ahí desangrada y comida por gansos, sin un talento encontrado, un fracaso total como había dicho ese profesor que yo sería

—Corre tú chico, mi camino de la vida termina aquí

—¿Qué? ¿camino de…? ¿siempre eres tan dramática? ¡levántate! ¡te ayudaré! Que no quiero que tu muerte sea tan tonta—¿gracias?

Así que cuando los gansos ya casi nos alcanzaban logré levantarme con la ayuda del extraño y corrí de nuevo, mi esperanza volvió, llegaríamos a la carretera y estaríamos salvados

Cuando llegamos a la carretera, los gansos solo graznaban a lo lejos como si pudieran estar solo en determinado radio de la casa.

Aun así no paramos.

Despues de unos minutos, estaba cansada y sudada pare porque ya no podía más y porque ya no nos seguían.

El extraño paro también

—¿Qué diablos era eso? ¿son canivales? —miraba su dedo, el cual tenia un poco de sangre. solto su gato y este se desperezo como si nada hubiera pasado.

—No tengo idea —dije sin aliento.

Estuvimos como 5 minutos descansando

—¿Cómo te llamas? —creí que no respondería

—Gael —

—¿Qué hacías allá?

—He escuchado que en esa casa vive alguien capaz de hacer lo que tu le pidas —me dio una mirada severa como de no te burles

—¡ja! y que ibas a pedir… ¿ser amable?

—No, iba desear un cerebro para ti

Auch, ya eran dos chistes del día por mi cerebro

—Idiota

Me dio una sonrisa sarcástica, el sol nos daba directamente en la cara. Busque en mi bolso mi teléfono para llamar a mamá para que me recogiera.

Entonces caí en cuenta…

Los gansos, la bicicleta, correr, el susto, el golpe, el desconocido, ¡EL TELEFONO!

—No, no, no —busque frenéticamente mi teléfono en mi bolso, pero solo había un lapicero y un cuaderno —¿Dónde está? ¿Dónde? si yo fuera un teléfono donde me metería…

Los hechos anteriores pasaron de nuevo frente a mis ojos y pronuncié:

—Tú —entrecerré los ojos y estiré mi dedo índice para acusarlo —¡Tu!

—¿yo?

—¡si!, por tu culpa

—Okay… ¿ya enloqueciste del todo?

—Tire mi teléfono para ayudarte

—¿Qué?

—No puedo perder mi teléfono

—eso no es mi culpa

—Claro que si —, y dije de forma apresurada —¡mierda! olvide mi bicicleta, tengo que volver —intente irme rápido, pero ahora sin la adrenalina mi rodilla dolía aún más.

—¡volverlas allá! morirás chica

—Moriré si pierdo mi teléfono

Suspiro con cansancio

—Si quieres puedes regresar tu sola

—Bien, cobarde

—Dime lo que quieras no iré