Que asco.
-Por favor, dime que de verdad le dejaste la nariz rota-Cerré la puerta tras de mi. En la sala de estar se encontraban Annie y Chase, junto con más chicos de Kappa sigma, incluido Noah.
-Ni que fuera tanto. Se la puede volver a operar-Se encogió de hombros. Reí, pero los demás se quedaron serios.
¿Y esas caras largas?
-¿Te parece divertido?-Interrogó Noah cabreado. Lo miré confundida.
¿Qué le pasa?
-¿A ti no?-Rodó los ojos.
-Somos la mejor fraternidad. No podemos darnos el lujo de andar peleando, ¿Saben cuánto nos costó construir lo que somos ahora? ¡Años!. No pueden venir y pretender que harán lo que quieran.-Se cruzó de hombros.
-¿Donde fue la pelea?-Le pregunté a los chicos. Sin quitar mi mirada de Noah.
-Fuera del campus.
Perfecto.
-Exacto-Sonreí-No pueden regañarnos por algo que no sucedió en la Universidad.
Levantó una ceja.
-¿Quién te crees que eres?-Me miró fijamente. Me acerqué intimidante.
-Oh no.-Murmuró Chase.
-Mackenzie Miller. Y te aseguro que querrás tenerme como aliada, y no como enemiga-Contesté fríamente.
. . .
-Hasta a mi me diste miedo-Bromeó la rubia. Reímos.
Nos encontrábamos en mi habitación, junto a otras dos chicas de la fraternidad, Lily y Maya, mientras comíamos dulces y hablábamos de la universidad. Hasta que llegó el tema de lo sucedido hace dos horas.
Luego del enfrentamiento entre Noah y yo. Quedamos en la conclusión de que íbamos a olvidar todo. Pero que teníamos que ser más precavidos en ese tipo de cosas. Para no ocasionar problemas a la fraternidad.
Yo también creo que le dí un poco de miedo, debo admitir.
-¿A qué te referías con que es mejor tenerte como aliada?-Preguntó Lily. Con ella debo admitir que me llego muy bien. Es muy simpática, pero lo de simpática, lo tiene de torpe.
Siempre se anda chocando con todo, se ahoga con su propia saliva, todo se le cae. Aunque debo de admitir que es muy divertido de ver.
En cambio, Maya es más ruda, no tan simpática. Es cerrada. Pero, es defensora de la justicia. Igual que yo.
Eso es precisamente lo que hace que nos llevemos bien. En muchas cosas concordamos.
-Mack siempre está ahí para sus amigos, ella hace lo que sea por ellos. Es muy buena amiga-Musita Annie. Sonrío y me dedico a darle un rápido abrazo de agradecimiento.
Como quiero a esta rubia.
-Pero, si es en el caso contrario. A veces puedo llegar a ser muy mala y vengativa-Expliqué. Y ellas asintieron. Annie levantó una ceja.
-Okey, siempre.-Admití y ellas rieron.
Unos sonidos secos en mi puerta, avisan que alguien la está tocando. Y con un simple adelante. Mi mejor amigo se aparece en mi habitación.
Noto como Maya se pone nerviosa, lo cual me causa gracia. Ya que Annie y yo hace unos pocos días después de llegar a Kappa Sigma, discutimos sobre ellos. Ya que según Annie, a Maya, Chase le pone nerviosa. Y por lo visto, es cierto.
-¿Quieren ir a comer helado?-Claro que si-Hace días que no como uno, ya que alguien-Recalcó. Mirándome directamente. Reí-Cuando fue no quiso traerme.
-Se me olvido, superalo-Rodé los ojos.
-¡Nunca!-Exclamó.
Cuando fui a reunirme con Matthew, hace exactamente una semana, en la heladería. Se suponía que tenía que llevarle un helado a Chase. Pero como ven, se me olvido.
Pero es justificable si nos ponemos a ver que ni siquiera me comí el mío.
-¿Van a ir o no?-Asentimos para luego levantarnos y dirigirnos fuera de la casa.
Cuando nos encontrábamos rumbo a la heladería-Decidimos irnos caminando-Mi teléfono empezó a sonar. Anunciando una llamada entrante. Rápidamente miro la pantalla de mi móvil, en la cual sobresale el nombre de Matthew.
¿Matthew? ¿Qué hace llamándome él?
-¿Sucede algo?-Pregunta Chase al ver mi cara de confusión.
Niego y él queda un poco dudoso. Pero continúa en la conversación con la chicas.
Aún confundida por la repentina llamada, descuelgo y me llevo el móvil rápidamente al oído.
Pero, lo que oigo me deja aún más confundida.
Respiraciones agitadas y golpes secos son lo que se escuchan al otro lado de la línea.
¿Qué carajos es esto?
Se escuchó la voz de una mujer.
No puede ser.
Esto no puede estar pasando.
-¡Sigue!-¡Maldito!
Que asco.
Que asco.
Que asco.
Que asco me da Matthew.
Que asco me da la estúpida de su novia, la cual no me sé ni el nombre.
Que asco que me mienta.
Que asco que yo le haya creído.
Que asco de vida.
Y que asco con todo.
Porque Matthew me volvió a mentir.
Al decirme que no le gustaba su novia.
Que no sentía absolutamente nada por ella.
Y luego ir a cogérsela y no darse cuenta de que su teléfono a llamaba a mi número.
-¿Estás segura de que no sucede nada?-Preguntó esta vez Annie.
Nada lograba salir de mi boca.
-Segura. No sucede nada importante.