Capítulo Final
Día de la venganza.
7:00 am.
Me desperté sintiendo en cuerpo de Matthew junto a mi. Y aunque no tenía ganas de levantarme, sabía que hoy era el día.
Así que me levanté y apagué el despertador.
-¿A donde vas?-Escuché la voz adormilada de Matthew atrás de mi.
Lo ignoré porque no quería que me diera un sermón sobre que lo que quería hacer era muy arriesgado.
No me importa.
Lo vulnerable que me sentí ese día lo va a pagar muy caro.
A veces puedo llegar a ser muy mala cuando se meten con mi lado sensible, y esta chica sobrepasó la línea límite.
Vamos a ver si luego de esto se sigue sintiendo tan bien.
Luego de alistarme en pocos minutos, con mis jeans oscuros pegados al cuerpo, mi camiseta negra junto mi chaqueta de cuero negra y mis botas negras.
Bajé rápidamente y en silencio las escaleras llevando en mi hombro mi mochila la cual tenía lo necesario para esto.
Entro a mi auto y luego de encenderlo me dirijo a la floristería más cercana y compro un ramo de rosas rojas. No sé porqué a la anciana que vende las flores le gusta abrir tan temprano pero bueno.
Me dirijo rápidamente a la fraternidad donde vive Allison y me asomo por la ventana que da a la cocina. Ella se encontraba en pijama preparando su jugo verde.
Perfecto.
Rápidamente me dirijo a la puerta de entrada y dejo ahí el ramo de rosas rojas junto con la caja devorada y una nota que decía Perdón por todo, no era mi intención que sucediera lo que sucedió, encuentrame en la entrada de la universidad en una hora. Ella simplemente va a creer que se lo mandó Matthew. Lo cual es estúpido porque, si ya está ahí ¿Por qué no hablar de una vez?. Pero no importa, porque ese regalo me va a dar el tiempo que necesito.
En cuanto a la caja de regalo simplemente tiene papelitos pequeños con cosas cursis las cuales va a leer y me va a dar más tiempo a mi.
Aclaro que esto lo hice cuando Matthew se quedó dormido. Sí, así de sigilosa soy.
Hago lo planeado y nuevamente me dirigo a la ventana de la cocina y al ver que Allison se dirigió a abrir la puerta rápidamente abro la ventana y entro por esta.
Sin perder mucho tiempo, saco el pequeño frasco de mi mochila y vierto su contenido en su cosa verde que se encontraba apunto de ser licuada en la licuadora. Antes de que ella regrese vuelvo a salir por la ventana rápidamente.
La veo llegar de nuevo a la cocina y encender la licuadora. Sonrío victoriosa. Mientras la licuadora sigue encendida ella aprovecha para tomar su móvil y al parecer enviar un texto.
Luego de diez minutos ella ya se tomó su licuado y por lo visto el calmante empieza a hacer efecto, y unos segundos después ella cae al piso dormida.
Listo.
Luego de meterla con mucho esfuerzo a mi auto- Lo cual me costó mucho, no sabía que esta chica pesara tanto- enciendo mi auto y me dirijo al puente de los deseos.
En esta ciudad existe un puente llamado El puente de los deseos, este se encuentra en el lago de los deseos. O también conocido como El lago del amor, es un puente que está hecho de cemento, su nombre se debe a que hace unos años, cuando todavia existian los hombres romanticos. Estos llevaban a sus parejas a este lugar a desear que su amor fuera para siempre. Luego muchas otras personas iban solo a pedir deseos, como salud, viajar por el mundo, tener hijos, entre otros. Por eso empezó a llamarse El puente de los deseos.
Sin embargo, hoy en día las personas que van no es precisamente para pedir deseos. Es un puente muy conocido por los jóvenes de hoy en día simplemente como el puente al que van a coger o drogarse por las noches.
Triste, la verdad.
La verdad es que si van puedes llegar a ver lo asquerosamente sucio que está, se encuentra lleno de condones usados y bragas olvidadas. Un asco.
Y por eso ahí realizaré mi venganza.
Un lugar de idiotas para una idiota.
Es perfecto.
El puente está a unos 23 metros de la altura del lago, y aunque existen puentes más altos y más conocidos, este es perfecto.
Sobretodo por el hecho de que Allison le tiene miedo a las alturas.
Supongo que ya se imaginan lo que voy a hacer.
Cuando llego al lugar estaciono el auto, saco las cosas y también a la cosa esa. Digo, también a Allison.
Luego de llegar a la mitad del puente, reviso la hora y ya son las 8:03 am. Ya todos deben estar despiertos.
Saco la soga y la ato a la cintura de Allison y el otro extremo en una de las columnas de cemento del puente. Luego de confirmar que es resistente cojo el alcohol que tengo en mi mochila junto con el móvil de Allison que agarré de la cocina.
Y le mande rápidamente un texto a su mejor amiga Eva -que es igual de estúpida que ella-, junto con una foto de Allison en estos momentos. El texto decía Ven a buscar a la zorra. Y listo.
Ya vienen.
Ahora toca actuar rápido.
Le ato las manos y los pies con unas sogas que tenía aparte y Derramo un poco de alcohol en mi mano y luego la paso por la nariz de Allison logrando que despierte. Antes de que diga una palabra le tapo la boca con cinta adhesiva.
Ella me mira confundida y asustada, obviamente al no saber dónde está.
-¿Con quién creías que te metias?-Le susurré al oído.-Si hay alguién que puede ser más mala que tú, soy yo querida-Me reí en su cara. Ver su cara de desespero me llega a dar un poco de lastima.
Solo un poco.
-Espero que de ahora en adelante aprendas a no meterte con las personas incorrectas-La miré con rencor.-Y quiero que tengas claro que yo, estoy por encima de ti-Aclaré-Tú empezaste este juego y yo lo voy a terminar, ¿Entiendes?-Asintió con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Llora perra maldita, quiero que llores el doble de lo que yo lo hice.